Capítulo 31 - PICNIC AND MORE THINGS

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Cuando las chicas anoche me vieron entrar con Flavio bastante sonrientes ambos, no pudieron evitar mirarme con cara de “tú tienes algo que contar”, mas aun cuando el resto de la fiesta nos la pasamos bailando juntos como si fuéramos buenos amigos, por lo que les dije de pasar la tarde del domingo juntas y ellas aceptaron emocionadas. El resto de la semana sería complicado por nuestros trabajos y el colegio de Debbie.

El domingo al mediodía les envié un mensaje diciéndoles de ir a un parque para que de paso pasaran tiempo con Debbie, ella estaba tan emocionada como mis amigas de volver a verse, se puso a saltar de contenta por toda la casa cuando se lo conté. Decidí  que sería una tarde de mates. Me hacia demasiada ilusión compartir con ellas una costumbre que había adquirido en mis últimos años en Inglaterra.

Un día que había hecho las firmas de mi tercer disco, una fan argentina que andaba de vacaciones por ahí, me regaló un equipo de mate personalizado con la portada de mi disco en el que se incluían los nombres de las canciones, mi nombre y la fecha de lanzamiento, había sido un detalle tan bonito que no pude evitar soltar lagrimas de emoción, como agradecimiento le di entradas gratis para mi siguiente concierto. Desde ese día, varias veces a la semana tomaba mate, ahí entendí por qué eso es algo tan valioso para los argentinos. Cuando decidí que regresaría a España, me comunique con esa chica para pedirle que me encargara varios equipos de mate personalizados con sus nombres para cada uno de mis amigos, Anaju y mis padres, y para Flavio también. Ella me hizo ese enorme favor y me los envió. No sabía si a ellos les gustaba el mate o si alguna vez lo habían probado pero el detalle era lo que importaba.

Llegamos al parque y Mai y Eva ya nos esperaban allí, al vernos se levantaron para saludar a Debbie y ella fue corriendo a darles un gran abrazo a cada una. Estuvimos un rato jugando con ella hasta que le dio hambre, entonces nos sentamos a merendar, yo había llevado todo para armar un picnic así que eso hicimos. No solo había llevado mate sino también unas facturas y unos alfajores con dulce de leche que había aprendido a hacer y que eran deliciosos, fue una merienda bien argenta y las chicas estaban fascinadas, mas aun cuando cada una tenía su propio mate. Estaban encantadas con todo.

Terminamos de merendar y llevamos a Debbie a los juegos para que ella estuviera entretenida mientras yo les contara lo que estaba pendiente a las chicas. Le conté desde la noche del beso con Flavio, mi decisión, lo que había ocurrido en la fiesta de Rafa, lo que hizo Flavio por mi y como decidimos darnos una tregua. La cara de las chicas era de una sorpresa increíble por todo lo que habían escuchado que me sucedió

Eva: Sam, ¿de verdad ese imbécil no te hizo daño?

Yo: de verdad, les dije que Flavio llegó a tiempo

Mai: al final, no hay mal que por bien no venga, ¿no Sam?

Yo: en eso tienes razón, porque yo la verdad lo que menos me imaginaba era estar medianamente bien con el

Anaju: pero hermana, ¿tu lograste ver la cara del chico?

Yo: no, es decir, cuando entró si lo vi pero luego, del susto, se me olvidó por completo. Es como si mi mente hubiera decidido borrar ese recuerdo.

E: es entendible Sam, creo que a cualquiera le hubiera pasado lo mismo

A: ¿tú crees que si  ves una foto suya ayudará a que lo reconozcas?

Yo: no lo sé, posiblemente

A: así le digamos a Rafa que nos ayude

Yo: es que yo no sé si quiero hacer algo, es decir, no quiero tener que volver a verlo.

M: yo creo que Fla no se quedará tranquilo y lo buscará

E: lo pensé, pero él no es nada violento

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora