Capitulo 12 - THE FAMILY

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Las cosas con Samantha iban perfectamente. Nunca pensé que una chica a la que apenas conozco iba a causar tantos sentimientos en mí, me iba a inspirar tanta confianza y me iba a tratar de una manera que nunca me hubiera imaginado, mucho menos viniendo de una chica tan hermosa como ella. Porque ella es así. Ella es hermosa pero también inteligente y tiene unos ideales tan marcados y de los que habla tan orgullosamente que son de admirar. Tiene las cosas demasiado claras y puntos de vista de las cosas que a mí nunca se me hubieran ocurrido ni en sueños, ni hablar de su positivismo que te hace creer de verdad que si pensabas que las cosas saldrían bien efectivamente lo harían, por más que hayas tenido experiencias que prueben todo lo contrario. Y su belleza. Madre mía, esa belleza nunca antes lo había visto en otra chica. Ella es de esas mujeres que cuando llegan a un lugar no pasan desapercibidas y dejan una huella permanente porque su belleza deslumbra y estoy seguro que cualquier persona podría enamorarse de ella fácilmente. Además, su sonrisa y el brillo de su mirada son capaces de iluminar hasta el rincón más oscuro. Eso era lo que sentía que había provocado en mí. Cuando la miraba, sentía que mi mundo entero se iluminaba. Ella era mágica, y se había fijado en mí, cosa que todavía no lograba entender.

Pero lo más importante de todo es que ella había logrado devolver la felicidad a mi vida que hacia tanto tiempo había perdido. Y ella no lo sabía, nadie de hecho. Al llegar aquí les había contado a mis amigos que éramos solo mi mamá y yo. Pero no. En parte sí, porque hace ya mucho tiempo que mi familia terminó de romperse. Cuando tenía unos 12 años, mis papás se separaron y el al poco tiempo se había casado con una mujer mucho más joven que él. Nunca supe si ella fue la razón por la que quiso separarse de mi mamá pero tampoco quería saberlo. A esa mujer solo le importaba su dinero y nunca le habían gustado los niños, era eso o simplemente no nos quería a mi hermana y a mí porque debía compartir su fortuna con nosotros.

Poco a poco fue logrando que mi papá se alejara de nosotros y más adelante incluso dejo de ayudar a mi mamá económicamente. Ambos estudiábamos y ella debió empezar a trabajar horas extras para pagar nuestra educación y para darnos una vida decente. Mi papá desapareció por completo de nuestras vidas, lo último que supimos de él fue que se había mudado a otro lugar con ella. Por un tiempo seguimos esperando que el regresara, o que al menos llamara. Nunca hubo noticias de él. Dejamos de esperar cosas de él cuando, un día que llegábamos del colegio con Bea, mi hermana, encontramos a nuestra madre llorando con los codos apoyados sobre la mesa y todas las boletas vencidas esparcidas sobre ella. A ambos se nos rompió el corazón a verla así, desde que él se había ido ella había sido fuerte por nosotros, pero ese día exploto, cargaba con demasiado peso sobre sus hombros y llega un momento que el cuerpo no quiere más. Sin dudarlo fuimos a abrazarla y darle fuerzas, le dijimos que nosotros siempre la apoyaríamos, que estábamos orgullosos de ella y que de ser necesario reduciríamos los gastos para que alcance el dinero para pagar las cuentas, pero que no se preocupara porque ya pasaría la tormenta ya que las personas buenas como ella solo merecían cosas buenas y merecían ser felices.

Tras esto con Bea fuimos reduciendo los gastos, las cosas eran difíciles porque yo asistía al conservatorio y eso era costoso pero ninguna de ellas quería que lo dejara porque el día de mañana me iba a arrepentir si lo hacía. Llegábamos a fin de mes con lo justo, mi mamá trabajaba como enfermera porque aun no había conseguido trabajo de medica, ya que se había recibido hace no mucho tiempo, y también atendía a otras personas de manera particular para sumar un poco de dinero. Pero como nosotros le dijimos, la tormenta pasaría y por fin parecía que iba a salir el sol cuando después de dos meses de esa charla a mi mamá le llego una llamada en la que le pedían que se presentase para una entrevista de trabajo, como medica. Era un sábado y con mi hermana estuvimos esperando ansiosos a que regresara y nos contara buenas noticias, y si no eran buenas ahí estaríamos nosotros para decirle que seguro tendría otra oportunidad.

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora