- Pero, ¿Qué es lo que sucedió?
- Son ellos, Sam Tuvieron un accidente
- ¿Qué? Pero, ¿Cómo están? ¿están bien? Por favor Anaju dime que mi hija está bien – le dije y mis lagrimas ya habían comenzado a recorrer mi rostro
- No me dijeron Sam, debemos ir al hospital ahora mismo, los están atendiendo
- Vamos, yo las llevo – dijo Flavio y nos dirigimos al hospital, intentamos llegar lo más rápido posible. Flavio de vez en tanto me miraba intentando descifrar lo que sentía pero yo aun estaba en shock. Por que tenía que estar pasando esto. Porque a ellos, por qué a mi pequeña. Necesitaba saber si ella estaba bien. Llegamos al hospital y tras preguntar en recepción nos dijeron a dónde dirigirnos y eso hicimos. Allí nos recibió un medico que nos dijo que nuestros padres estaban fuera de peligro, tuvieron unos golpes pero nada más que eso. Luego vino lo peor, nos informaron de Debbie.
Iban de camino a la playa cuando un camión chocó de lado la parte trasera del coche, donde iba Debbie, por lo que ella había recibido el golpe de lleno. La llevaron a cirugía inmediatamente porque estaba teniendo una hemorragia cerebral. Y allí estaba. Habían pasado horas y aun seguía adentro. Mi pequeña estaba luchando por su vida en esa habitación. Solita. Sin mí. No podía estar a su lado tomando su mano para darle apoyo. No podía estar a su lado susurrándole que todo saldría bien. No podía cantarle esa canción que tanto le gustaba y que me la pedía cuando tenía pesadillas porque era la única que la tranquilizaba. Estaba sola. Con su pequeño cuerpito recostado sobre esa camilla, rodeada de aparatos, de médicos, de enfermeros. Rodeada de personas que harían todo lo posible por salvarla. Pero yo no podía, debía esperar afuera. Me sentía inútil. Impotente por no poder ayudar a mi hija.
Y allí me encontraba, sentada en el suelo frente a la puerta de la sala de cirugías, esperando que alguien saliera y me dijera que mi hija estaba bien. No lloré en todo ese tiempo porque algo que tenía claro era que si quería que mi hija resistiera, yo también debía ser fuerte. Pero no emití palabra desde que llegamos. Anaju y Flavio seguían ahí. Ella ya había ido a ver a nuestros padres pero le dijeron que estaban bien, que no nos preocupáramos por ellos y cualquier novedad de Debbie, les avisaran. Ella iba y venía por el pasillo, impaciente, soltando palabras de vez en cuando. Flavio intentaba calmarla y luego se acercó a mí, se puso a mi altura, tomo mis manos y me habló
- Samantha, ella estará bien. Es una niña fuerte y tiene a una madre luchadora, estoy seguro que ella heredó eso de ti y saldrá adelante. Tu confía
- Tengo miedo Flavio. Es mi hija. Esta allí adentro sin mi, no puedo hacer nada para ayudarla, ni siquiera se que está pasando adentro y eso me preocupa mas. Yo me muero si llega a pasarle algo. Ella es mi vida entera, sin ella no soy nada
- Lo sé, pero sé fuerte. Ella te necesita más que nunca – asentí y lo abracé. Sabía que sus intenciones eran que me sintiera mejor pero era imposible.
Los minutos seguían pasando y ella seguía allí. Mis nervios aumentaban cada vez más. No podía ser que demoraran tanto, ¿tan mal estaba? A cada minuto que pasaba me preocupaba aun más pero seguía ahí firme, sin moverme.
Minutos después salió el doctor y nos acercamos todos a él. Nos dijo que la cirugía se había complicado porque a causa de los golpes su cuerpito estaba demasiado débil. Habían logrado detener la hemorragia pero su estado era grave. Solo quedaba esperar. Dijo que quedaría en unidad intensiva pero aun no podríamos verla, debíamos esperar un par de horas para hacerlo.
Anaju se fue a casa a recoger unas cosas para nuestros padres hasta que fuera hora de poder entrar a ver a Debbie. Flavio no se movió de mi lado. En un momento me armé de valor y me acerqué a verla a través del vidrio. Y lloré. Me derrumbé. Ella estaba ahí rodeada de maquinas luchando por su vida. No podía ver sus ojitos brillosos que iluminaban mi vida, no sonreía, no reía, no hablaba. Estaba ahí. Simplemente estaba. Flavio se acercó a mí para verla, paso su brazo por sobre mi hombro y la miró, y pude notar como una lagrima corría por su mejilla, pero se la limpio inmediatamente. En ese momento miré nuestro tenue reflejo en el vidrio, él, su padre, dándome fuerzas sin saber que la pequeña que estaba allí era su hija y me sentía culpable por no decírselo, mas ahora que la vida de Debbie está en peligro, pero si antes no pude ahora menos, no tenia las fuerzas para hacerlo y tampoco sabría como hacerlo en una situación asi.
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¿El sueño o la realidad? (Flamantha)
FanficSiempre te dicen que persigas tus sueños, que trates de cumplir lo que siempre deseaste. Pero nadie te dice que no es fácil y que ello puede traer consecuencias.