Capítulo 11- LOVE IS IN THE AIR

458 20 2
                                    

Desde nuestro primer ensayo juntos, la relación con Flavio iba para mejor. Luego de eso fui a su casa a ensayar unas tres veces más hasta que decidimos que ambos temas estaban perfectamente bien y si le seguíamos dando vueltas arruinaríamos la magia que habíamos creado. Nuestros amigos nos habían insistido para que cantáramos frente a ellos pero los íbamos a hacer esperar hasta el día de la audición así sabríamos mejor si los habíamos sorprendido o no.

El último día que fui a su casa me enseñó su habitación y me invito a ver una película allí. Me fascinó lo organizada que estaba su habitación, no era demasiado grande pero no había ningún objeto fuera de su lugar, como si la hubiera ordenado antes que yo llegara. Esa habitación reflejaba una elegancia que pocas veces puedes observar en algún lugar, parecía como decorada por una de esas personas que se dedican a la organización de interiores porque el color de las paredes, los detalles, los muebles, los cuadros, todo parecía haber sido pensado meticulosamente, nada hecho al azar. Mi habitación era todo lo contrario. Lo único que me había gustado era el color, pero después todo lo que use para decorar era comprado porque me gustaba al momento, luego no me gustaba porque no combinaba con nada de lo que tenia pero no me quedaba otra opción que dejarla ya que no iba a tirarla.

Cuando la película finalizó nos recostamos en su cama y estuvimos mirando al techo un momento comentándola. Al haber terminado, nos quedamos en silencio. Ambos parecíamos querer decirnos mil cosas pero no sabíamos cómo, hasta que ambos nos decidimos, nos giramos y quedamos enfrentados, íbamos a hablar al mismo tiempo y al darnos cuentas nos reímos y luego otra vez, en silencio pero esta vez mirándonos a los ojos. En ese momento lo supe. Supe que lo que había sentido por John no era ni una cuarta parte de lo que estaba sintiendo por Flavio porque mientras lo miraba me sentía bien, sentía que nadie más existía en el mundo, que solo éramos nosotros dos y que por fin iba a ser feliz. Eso era, con el era feliz, cada momento que compartíamos era especial porque aunque fuera que estuviéramos en clases o estudiando yo era feliz. Era feliz con tan solo su presencia. Además, me transmitía paz, esa paz que hace tanto tiempo está ausente en mi vida. El se había convertido en esas personas que llegan a tu vida para marcártela, y estaba segura que él era esa persona que yo tanto necesitaba. Sentía algo por él, algo a lo que aun no quería ponerle nombre porque todavía no estaba segura de ello. Además, estábamos dejando que todo fluya, para qué íbamos a buscarle nombre si así estábamos bien. No éramos nada aun pero nos hacíamos bien, la compañía, el apoyo, la comprensión todo en nosotros estaba fluyendo desde el minuto uno. Ojalá y durara todo el tiempo posible. No sé cuánto tiempo habremos estado mirándonos pero también me dio tiempo a pensar que lo que sentía por él era tan fuerte que si algo salía mal, si me lastimaba, eso sí que no lo superaría. Y ahí estaba de nuevo, con pensamientos negativos en mi mente y no me lo podía permitir, no ahora, no otra vez.
- Me gusta mucho pasar tiempo contigo – le confesé finalmente.
- Y a mi Samantha. Sabes, hay algo que quería decirte.
- Dime, no me asustes por favor
- No te preocupes, no es nada malo. Es solo que yo sentí algo por ti desde el primer momento que te vi.
- ¿Cuándo nos presentó mi hermana?
- No, un momento antes, tú estabas en el estacionamiento y te vi
- ¿De verdad? ¿Y por qué no me lo habías dicho?
- Porque me apenaba hacerlo y cuando quería no tenía la oportunidad.
- Entonces, ¿Fue algo así como amor a primera vista? – le dije y sabia que me había excedido con mis palabras, no lo pensé y ahora me arrepentía de haberlo dicho, hablar de amor ahora era muy apresurado y lo estaba poniendo en un lugar incomodo – perdón Flavio, olvida que dije eso, es muy apresurado hablar de amor
- No te preocupes, no sé que fue, lo que si estoy seguro es que causaste en mi algo que no me había pasado con nadie – me dieron mucha ternura sus palabras y me acabé sonrojando no esperaba esa confesión pero me gustaba saberlo
- Tú también causaste algo en mí que no puedo explicar pero siempre me sentí cómoda a tu lado – le confesé.

Luego de eso nos quedamos mirándonos un momento otra vez hasta que se acercó a mí y me dio un beso suave y dulce como la primera vez. Para mi mala suerte mi estómago empezó a hacer un ruido muy fuerte, ya habían pasado varias horas desde que habíamos merendado y mi estómago pedía a gritos comida. Eso nos hizo separarnos y reírnos.
- Creo que tienes hambre – me dijo aun riéndose
- No te burles, es solo que tu no me das de comer – le dijo con un tono de voz como una niña
- ¡Oye! Si merendamos juntos
- Pero te recuerdo, querido Flavio que eso fue antes de ensayar y de ver la película y tu elegiste una película bastante larga, no me culpes a mi
- Es verdad – dijo mirando su reloj – ya son casi las 9
- Es muy tarde Flavio, debo irme. Mi mamá debe estar preocupada.
- Está bien, tienes razón. Pero te acompaño – tras decir esto nos levantamos y salimos rumbo a mi casa.

Al llegar a casa nos dimos un tímido beso de despedida y se fue. Cuando entré a casa fui hacia donde mi mamá para decirle que había llegado y explicarle por que había demorado. Ella estaba al tanto de lo que ocurría entre Flavio y yo así que no le sorprendía en lo absoluto.

Cenamos y fui a mi habitación pero como no tenía absolutamente nada que hacer y era muy temprano aún para dormir me fui a la habitación de Anaju. Me la encontré tumbada en la cama con el móvil en la mano súper concentrada y con una sonrisa tonta en el rostro, hacía años que la había visto así y me extrañaba un poco.
- Anaju, ¿Estas bien? Ni te enteraste cuando entré
- Sam, que susto por Dios
- Pero bueno Anaju, acabo de entrar e incluso hice ruido, ¿Quién te tiene tan concentrada? – le pregunte sin dar vueltas porque le tenía la suficiente confianza para hacer, además sabía que había alguien por ahí que tenia así a mi hermana ya que no era la primera vez que la veía así de embobada.
- ¿De qué hablas? No es nadie
- ¡Anaju! No te olvides que somos hermanas, te conozco bastante bien como para saber que estas así por alguien. A mí no me engañas – no éramos hermanas de sangre pero tantos años conviviendo juntas la conocía perfectamente y a mí no me iba a engañar fácilmente.
- Está bien, está bien – apenas dijo eso me senté a su lado a escucharla atentamente - Hace un par de semanas, uno de mis compañeros de diseño me invitó a tomar un helado a la salida de la facultad, uno de esos días que tú te fuiste con Flavio, y luego me invitó unas veces más porque nos divertimos mucho y bueno ahora nos escribimos bastante y me acaba de invitar a cenar el fin de semana – lo ultimo lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja, estaba muy contenta y por lo que veo el chico le gusta bastante, y yo así sentada empecé a dar pequeños saltos de la emoción
- ¡Qué bien hermana! Me alegro mucho por ti y espero poder conocer a ese chico que te trae tan loquita – le dije con una sonrisa picara
- Claro que te lo presentaré, cuando coincidamos en la facultad te lo presento
- ¿Y cómo se llama?
- Rafa. El es muy divertido y no para de hablar ni un momento y compartimos muchas cosas en común y cómo podemos estar hablando de algo serio, de un momento a otro me sale con una tontera o un chiste y ya nos estamos riendo
- Se ve que de verdad te gusta
- Sí, me gusta. Pero no quiero apresurar las cosas. Es muy reciente.
- Como lo mío con Flavio – le digo yo con una sonrisa tímida y mirando para abajo
- Es verdad, quien iba a decir que estaríamos igual. Y hablando de él, ¿Qué tal hoy? Por tu mirada veo que algo sucedió
- Sí, bueno… no
- No te entiendo Sam
- No ocurrió nada, vimos una peli y nos tumbamos un rato en su cama y al habernos estado mirando a los ojos un buen rato me di cuenta de que por el si vale la pena dejar los miedos atrás y permitirme ser feliz, quererlo y dejarme querer
- Eso suena muy bonito, nunca te había escuchado hablar así
- Lo sé, es que ahora es que me doy cuenta que lo que siento por él es especial
- Se nota a leguas que se quieren Sam y que se quieren bien
- Solo espero que hayamos tomado la decisión correcta y podamos ser felices
- Yo también, nos merecemos ser felices

Hablar con mi hermana siempre era algo necesario, y esta vez fue una conversación feliz, no hablamos de nada que nos causara tristeza. Ambas estábamos en un buen momento de nuestra vida y por fin veía la luz al final del túnel. El último tiempo fue muy oscuro pero ahora ya tenía fe de que todo saldría bien y de que la vida me estaba dando esta oportunidad que tanta falta me estaba haciendo.

Había amor en el aire y el amor siempre trae cosas buenas siempre que lo dejemos ser. 

.....
Lo prometido es deuda. Les traigo otro capítulo como agradecimiento por leer mi historia y haber pasado las mil views.
Espero lo disfruten.
Un beso❤

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora