¿El sueño o la realidad? (Flamantha)

Capitulo 43 - EVERYTHING CHANGES

Narra Flavio

Luego de ver a mi padre sentí un enorme alivio dentro de mi, saber que el estaba bien y que habíamos podido hablar y aclarar mis dudas me quito un enorme peso de encima. Me explicó todo lo que sucedió y lo arrepentido que estaba, todos estos años se sintió perdido porque no encontraba la manera de recuperarnos y con la gran incertidumbre de si lo perdonariamos o no. Lo cierto es que, segun sus propias palabras, su mujer lo habia impulsado a buscarnos, ella le habia dado las fuerzas y el animo que tanto necesitaba para ello. Empezó por donde solíamos vivir y no nos encontró y desde ese momento se le tornó todo mas dificil porque habían pasado tantos años desde que se fue que no tenia la mas minima idea del rumbo de nuestras vidas. 

Estaba perdiendo las esperanzas hasta que, por cuestiones del destino, Jennifer, su mujer, había conocido al marido de Bea sin saber quien era por supuesto. Jennifer es dueña de una cadena de hoteles muy conocida en Londres y el marido de Bea, Jackson, que es muy conocido a nivel internacional, los administra y diseña. Empezaron el proyecto juntos y habían quedado tan satisfechos con el resultado que decidieron reunirse para celebrar. Allí fue que se reencontraron padre e hija. Fue incómodo en un principio pero luego todo fue para mejor. Un par de dias después de ello es que mi padre tuvo el accidento y Bea no pudo contarme nada. 

....

Al salir de la habitación vi a Samantha hablando con Jennifer y noté el cansancio en el rostro de esta primera. 

- Samantha puedes regresar a España si eso quieres  yo quedaré hasta la noche para volver a verlo a mi padre de nuevo

- Si no te molesta Flavio prefiero quedarme a acompañarte

- ¿Estás segura? Debes estar exhausta

- Tu también lo estas y no por eso vas a regresar. Regresaré a España contigo a la hora que tu decidas irte, no pienso dejarte aqui solo - sus palabras eran seguras pero la conozco y sé que en su interior estaba dudando de mi reacción 

- Chicos, ya tengo resuelto yo eso. Les reservé una habitación en uno de mis hoteles del centro. Afuera esta mi coche con mi chofer, el ya sabe que ustedes iran para ahí. Y no se preocupen que va por cuenta mia

- No es necesario Jennifer- respondo inseguro

- Si que lo es, tu eres hijo de mi esposo, por lo tanto formas parte de mi familia también.  Me sentiría mal si no aceptan mi propuesta - con Samantha nos miramos y aceptamos su propuesta porque realmente estabamos muy cansados. 

... 

Ya en la habitación del hotel que, debo decir, era perfecto desde donde lo mires, nos tiramos en la cama. Habíamos pasado sentados toda la noche en esas sillas duras de hospital y sin dormir. Necesitábamos descansar urgentemente

- Creo que tendremos que compartir la cama Flavio

- Ya lo hicimos alguna vez

- Pero fueron otras las circunstancias,  ¿o me equivoco? 

- Lo eran, pero creo que podemos cambiar esta circunstancia al menos - ella me miraba extrañada, no sabia lo que queria decir con mis palabras 

- No entiendo Fla

- Sam, quiero que hablemos - ella asiente y nos sentamos frente a frente 

- ¿Empiezas tú?

-Si, por favor. De camino aquí estuve pensando mucho, y no quiero que contigo pase lo que con mi padre. No quiero perderte por mi estupido orgullo y arrepentirme en el futuro. No quiero que de aqui a diez años nos miremos como dos desconocido que a pesar de tener una hija en común y amarse con locura, no están juntos. Quiero mirar de aqui a diez años y ser feliz contigo y con Debbie a mi lado, como una familia unida. Quiero amarte cada dia de mi vida y compartir contigo mis alegrias, dudas y todo el rollo que se forma siempre en mi cabeza. Pero no solo eso, quiero que tu tambien compartas conmigo todo lo bueno o malo que te suceda. Quiero ser tu mayor fan y sentarme en la primera fila de cada uno de tus conciertos o tus presentaciones de libros. Quiero que estemos ahi, el uno para el otro. Siempre. - cuando terminé de hablar pude notar como las lagrimas recorrían sus mejillas - Y si te veo llorar quiero estar ahí para secar tus lagrimas y hacer hasta lo imposible porque esas lagrimas sean de alegría y no de tristeza.