¿Colegio de magia y hechicería? ¿Chica muggle sin saber hacer algo de magia? Nada de esto podría salir bien. Secretos, traiciones, amores, amistad. Bienvenidos a Hogwarts donde, créanme, jamás tendré una clase normal.
La mayoría de los personajes pe...
Hoy por la mañana volvieron las chicas, no me había dado cuenta lo mucho que las extrañé. Pudimos intercambiar nuestros regalos navideños. Hailey me regaló una edición de el principito, pero en francés "Le petit Prince", creo que se tomó muy encerio cuando le conté que tomé clases de francés con mi abuela años atrás. Abby trajo muchísimos dulces rusos para todas, y algunas postales también. Con la llegada de las chicas y por consiguiente, de todos los alumnos que se habían ido me di cuenta que tan vacía estaba la escuela. Draco llegó y ¿Que fue lo primero que hice cuando lo ví? Sonrojarme como una idiota, porque claro, por más que lo niegue y lo niegue.. siento algo por Draco Malfoy, y no específicamente odio.
*** Ahora nos toca pociones con gryffindor.
-Pasaron muchas cosas estos días Ann?.- Preguntó Hailey.
-Demasiadas.-Finalicé. No quería hablar del tema, llegamos al aula y nos sentamos delante de Blair. Al instante el profesor Snape entró ondeando su capa negra.
-Abran la página 165, quiero que hagan esa poción. Es básica, deberían hacerla en menos de 15 minutos, pero como la mayoría de ustedes son unos impertinentes los pondré en pareja. Si uno se hunde se hunden los dos.- Snape creó las parejas, a mí me tocó con Blaise, gracias a Merlin. A Hailey con Ron Weasley y a Blair con Draco.. suertuda.
-Esta poción es pan comido para tí, ¿No Ann?.- preguntó Blaise divertido.
-Supongo, amm, ambos somos buenos.. hagamos una maravilla.
Mi vista se desvío hacia la mesa de Blair y de Draco, me fue inevitable ver lo que hacía, cortaba unos ingredientes, mordía su labio concentrado, su cabello que siempre estaba peinado perfectamente hacia atrás tenía unos cabellitos rebeldes callendo en su frente..
-Anastasia.. una foto dura menos.- Interrumpió Blaise asustandome.
-No se de qué hablas niño.
-Pues nada, ví como comías a tu enemigo con la mirada.
-Inventos tuyos Zabini, aquí no ha pasado nada.
-Oh claro que no, ojos que no ven, corazón que no siente.
Fuimos los primeros en terminar la poción, claramente Snape nos puntuó con extraordinario. Alabó que la poción era perfecta. La mirada de recelo que tenía Malfoy lo decía todo, a pesar de que a él también le fue muy bien junto a Blair. La clase terminó y levantamos nuestras cosas, estaba saliendo con Hailey y Blair hasta que...
-Señorita Morgan, puede quedarse un momento?.- Preguntó Snape, asentí y las chicas me dijeron que me esperaban afuera.
-Si?.- pregunté tímida.
-Ayer encontré estás pertenencias en el sector restringido de la biblioteca, asumo que son suyas.- Dijo entregandome el libro que me regaló anónimo y el pequeño broche que llevo siempre para atar mi cabello.
Diablos, me lleva la mierda. Snape me descubrió es mi fin, miré esperando un regaño pero él solo me miraba a los ojos. Tienes que responderle, gritaba mi subconsciente. Se me ocurrió decir lo más estúpido del mundo.
-Ah, amm, si son míos gracias.- Para mí sorpresa Snape solo asintió, bajó la mirada y siguió corrigiendo, pero a mí la indiferencia me causa más intriga.- Profesor..
-Honestamente, señorita Morgan, no sé que hacía a medianoche en una sección restringida del castillo, estoy muy al tanto que Filch la descubrió, no sé cómo se las ingenió para escaparse. La próxima vez que la vea infringiendo las normas de la escuela el castigo no será leve, se lo aseguro.- Finalizó y yo solo asentí con la cabeza y me retiré un poco intimidada.
-¿Qué pasó Ani?.- Preguntó Hailey.
-Digamos que Snape descubrió mis escapadas de medianoche a la sección restringida de la biblioteca.
-No quería decir te lo dije pero, te lo dije Anastasia Morgan. Es peligroso ese lugar.- Me retó Blair.
- Mierda Ana, cuántos puntos nos restó Snape?
-Puntos Hailey? Ninguno..
-JA! y después dicen que el murciélago grasiento no tiene preferencias hacía slytherin.- Sonrió triunfante Blair.
Seguimos caminando, teníamos una hora libre de descanso y luego volvíamos a las clases. Algo me distrajo, la risa del grandísimo Draco Malfoy. Le dije a las chicas que se adelanten, iría luego, y me escondí detrás de una columna para observar más de cerca al rubio que últimamente ocupaba mis pensamientos. Hablaba con sus dos amigos y de vez en cuando giraba la cabeza dándome un perfil perfecto de él.
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Mírate Anastasia Morgan, pareces una Hufflepuff enamorada, debo olvidarme de Draco sea como sea. Le di una última mirada y me fui corriendo para alcanzar a mis amigas.
Lástima que no me di cuenta el ruido que ocasione corriendo como una loca, llamando la atención de cierto rubio que miró con un toque de diversión y curiosidad a mi dirección.
