Capítulo 10: Extraña sensación.

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Justin.


Me levanté de la mesa con mi bolso de golpe, tratando de mantener la calma. Pero la ira se había estado amontonando dentro de mí y apreté los puños con tantas fuerzas que hasta mis nudillos perdieron por completo su color.

Y sin titubear caminé en dirección a la escena, que ya toda la cafetería miraba mientras reían. Y cuando llegué, el grupo de Gabe y él, me miraron como sí esperasen una risita de aprobación de mi parte, como confirmación de que éramos un grupo que se apoyaba mutuamente, pero sin poder evitarlo mi boca se convirtió en una tensa linea y hablé con la voz gruesa, por instinto.

- ¿Qué coño creen que hacen?- solté en un gruñido, y todos en la cafetería hicieron absoluto silencio-. ¿Qué coño les pasa?- dije casi de manera brusca, mirándolos con fijeza a cada uno.

- Solo le damos su merecido al traga semen- me contestó Gabe sin importancia, mirando con fijeza a Sam, quien yacía aún tirado sobre el suelo con el rostro desencajado de miedo, supuse, que estaba asustado por lo que le llegase a pasar.

Y, todos ante el "chiste" de Gabe: rieron. A excepción de mí, que no me pareció nada gracioso en absoluto.

- Déjame. Si estás amargado no vengas a joderme la vida a mi, no es culpa mía que la perra de Angelina no éste aquí contigo para coger- dijo Gabe, y todos rieron a carcajadas. Yo lo miré sin sentimiento alguno, y sin poder creer lo que había dicho, me acerqué más a él para que quedásemos cara a cara.

- ¿Qué fue lo que dijiste?- le pregunté, apretando la mandíbula por la ira acumulada, y él soltó una cínica carcajada.

- Dije que Angelina es una zorra- dijo sin miedo alguno frente a mi cara, y el mundo se detuvo en ese momento para mi.

Y por primera vez, sin tener miedo de lo que podría pasar después. Apreté con fuerzas mi puño, y sin dudarlo dos veces golpeé a Gabe con él en la cara, provocando que este se cayera de bruces contra el suelo de una vez. Entonces, todos nos rodearon en un circulo, sorprendidos por mi reacción, mientras que murmuraban cosas sin parar y la cafetería se llenaba de ruido.

Sin embargo, segundos después sus perritas falderas se lanzaron sobre mi para morderme por haber golpeado a su amo. Pero en ese preciso momento todo el bullicio se calló, y abrieron paso a un hombre alto y negro: el director Porter. Quién detuvo el show enseguida que apareció en la escena.

- ¡¿Qué diablos es todo esto?!- gruñó él, mirando a todos a su alrededor-. ¡Todos vuelvan a clases o los expulsaré por violencia escolar!- ordenó y toda la multitud comenzó a desaparecer. A excepción de Gabe, su maldito grupo, y Sam, quién seguía en el suelo con ojos llorosos y una carita asustada-. Tú, otra vez como siempre. ¿Por qué carajos no me haces caso? ¡Voy a expulsarte! ¡Tú sigues, y sigues agrediendo al joven Pride! ¡Y ya basta!- le gritó a Gabe, quién se estaba poniendo de pie con ayuda de sus perritas por el fuerte golpe que le había dado en su asquerosa cara y que le había roto la nariz.

- Y-Yo, no he tenido la culpa, s.r Porter. ¡Fue él!- se defendió Gabe haciéndose la víctima, levantando su dedo indice para señalarme. Porter volteó a verme, pero yo hablé primero para defenderme.

- Es falso, sr. Porter. ¡Él estaba agrediendo a Sam! Y yo solo intervine.

- ¡Eres un jodido hipócrita!- me interrumpió Gabe, y Porter le mandó a callar la boca-. ¡No me callaré ahora, Porter! ¡Porque ese bastardo también ha agredido al maricón de Sam como nosotros! ¡Y ahora él viene a hacerse el hipócrita héroe!- me sonrió con arrogancia y me miró a los ojos, diciendome-: ¿Por qué no le dices al sr. Porter cómo también le decías a Sam? Dile, Justin.

Frágil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora