Capítulo 27: Anuncio escolar.

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Justin.


Dejé solo a Sam.

Y sólo fui detrás de Angelina.

Cuando llegamos nuevamente a mi casa, Angelina subió rápidamente las escaleras atravesando la multitud de la fiesta, y se metió en la habitación de huéspedes de la casa (donde se había estado quedando), y antes de que pudiera pasarle el pestillo entré al instante, y ella me gritó:

-¡Lárgate! ¡Déjame sola!

Me acerqué a ella con la culpabilidad en la cara, y ella me empujó y comenzó a llorar sin parar. Estaba dolida por la escena que había visto.

-Puedo explicarlo, Angelina, mi amor. -sollocé, y ella se acercó a mí y comenzó a empujarme para que saliera de la habitación.

-¡Vete! ¡Lárgate, Justin! ¡No quiero verte, maldita sea! ¡Vete! -gritó en lágrimas, golpeándome el pecho.

Yo me mantuve rígido, y ella no pudo moverme así que sólo se sentó en la cama con la cabeza abajo.

-No puedo creer... que tú en serio me hayas hecho esto, Justin. -dijo en un llanto, agarrándose la cabeza-. Yo creí en ti.

Me acerqué a ella, dolido, y me senté a su lado y tomé una de sus manos para tratar de consolarla.

-Eso fue solo un error, amor, yo-

-¡Ya no mientas! -me gritó de golpe, apartando su mano de la mía y encarandome finalmente-. Yo en serio creí que no había nada entre ustedes... Jamás creí... que fueras gay, y que te gustara ese chico.

-No, no, Angelina.

-No mientas, Justin.

-P-Pero, amor...

-¡Basta de mentiras, mierda! -gritó tan fuerte que su voz resonó en la habitación, y su mirada de volvió más dura para mí-. Cuando huiste aquí con tu madre las cosas comenzaron a cambiar. Al principio, estaban normales, hablábamos seguido..., pero después ya no tanto. Y ahora, que vine hasta aquí para verte, te has portada muy extraño conmigo, y ya veo porqué no es lo mismo...

-No, bebé, amor... -levanté las manos, y quise tocarla, pero ella me dio un manotazo con esa mirada fría.

-No me toques, Justin.

-No, por favor, yo te-

-¿Amo? -me interrumpió, mirándome con los ojos rojos de lágrimas-. ¿En serio me amas, Justin? ¿Y qué fue eso de hace un momento? -cuestionó sollozando-. Sólo vete, Justin.

-No, Nina..

-¡Vete!

-¡Angelina!

-¡Que me dejes sola!

-¡No me iré, mierda! -le grité finalmente, y ella se quedó llorando en silencio-. ¡Me he estado sintiendo de la mierda desde que llegaste aquí!

Me quedé mudo. Maldita sea, ¿qué le había dicho? Mierda, mierda.

-Lo siento, Nina, yo sólo estoy muy estresado. -me disculpé, y ella trató de dejar de llorar, pero no podía.

-Está bien, solo fuiste sincero. -dijo con un semblante apagado, con la mirada perdida en sus manos-. Pensé que venir a verte sería lindo, como siempre lo dabas todo por mí... yo también quise darlo todo por ti. Pero lo arruiné. Lo siento... Creo que fue un error haber venido. Y estoy más segura de que lo nuestro fue un error...

Se tapó la boca con las manos, y agachó la cabeza para que sus largos cabellos le cubrieran el rostro. Me sentí la peor persona del mundo. Angelina no era una mala persona, y yo la había lastimado, como lastimé a Sam.

Frágil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora