Justin.
Lunes, 13 de Agosto de 2012.
Me senté en la mesa para cenar con mi mamá y con mi... papá. Como siempre. Todos los días exactamente lo mismo, papá hablaba de su trabajo y de política, y nosotros estábamos de acuerdo con lo que él decía.
Giraba mi tenedor alrededor e la pasta sobre el plato. No dejaba de pensar, en cosas sin importancia. Aunque Angelina apareció en mis pensamientos tres o cuatro veces. Por eso él notó mi ausencia en la mesa, y preguntó:
- ¿Cómo vas en la escuela?
- Hasta ahora nueve en literatura y ocho en economía- contesté por lo bajo.
- ¿Y en química?- cuestionó él, sabiendo que era la materia que peor llevaba.
- No... estoy muy seguro. Pero, tenemos exámenes en unos días, podría subir la nota- respondí, inseguro. Él asintió con la cabeza dándole un bocado a su plato.
- ¿Cuánto tienes ahí ahora?- me preguntó, analizándome fijamente. Tragué saliva.
- ¿De calificación?- dije lo obvio, y él asintió sin apartar la mirada sobre mi-. No lo recuerdo- mentí.
- Tú dijiste que puedes subir- dijo fríamente, y yo me mordí el labio, nervioso.
- Lo decía... como algo en general- alcancé a pronunciar, desviando la mirada torpemente.
- No me mentirías, ¿verdad, Justin?
- No, señor.
- Dime la calificación entonces.
- Ya te lo dije... no lo sé- repetí, tratando de sonar creíble.
- ¿Quieres que tengamos problemas?- habló, clavando sus ojos en mi piel, y yo negué rápidamente con la cabeza.
- Es seis- respondí, finalmente. Él sonrió. Mi madre se quedó paralizada en su silla, junto a mi.
- Es seis- repitió él sonriendo-. No creas que estoy molesto, pero tendré que castigarte por esto. Es mi obligación como padre- dijo, y tiró el tenedor sobre la mesa. Mi cuerpo se tensó completamente-. Comenzaremos con algo simple... lava los platos y limpia la cocina- mencionó sonriente, y yo lo miré sin palabras, incrédulo.
- ¿En serio?
- Si, así que quiero ver este lugar impecable- me respondió con aquella sonrisa, tomando su vaso de vidrio para quebrarlo contra el suelo-. ¿Me entiendes?- su rostro se desencajó-. Hablo de toda la cocina- agregó, y en un parpadeo lanzó la pequeña mesa redonda en dónde comíamos a un extremo de la cocina, destrozando varias cosas-. ¡Quiero ver todo esto impecable!- me gritó, y me quebró otro vaso de cristal en la cabeza y yo caí al suelo con la vista nublada.
Sentí un dolor agudo en la cabeza, y doloroso. Mamá alarmada se arrodilló enseguida para ayudarme y verme la herida. Pero él la tomó de los cabellos y le dio una fuerte bofetada que me estremeció por completo.
Observé como mi madre cayó al suelo en un llanto, y como mi padre tomaba una de las sillas de madera del pequeño comedor del departamento y me la quebraba sin más en la cabeza. Todo se nubló enseguida.
- ¡No! ¡Mamá!- grité desesperado, cubierto de lágrimas por ese maldito ser, mientras que me estremecía en la cama por aquella fuerte pesadilla. Segundos después, mi madre y la abuela May entraron a abrazarme.
***
- ¿Tienes todo listo?- me preguntó mamá, mientras tomaba su cartera y se paraba en la entrada, esperándome.
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Frágil ©
Mystery / Thriller- Sam, ¿te has masturbado alguna vez? - Masturbarse es pecado, Justin. Madre me lo dijo. ADVERTENCIA: Mis libros contienen temas inquietantes. Esto incluye gore, asesinato, secuestro, asalto sexual (solo lo toco, nunca entro en detalle, pero se reco...