Capítulo 06: Sangre sucia.

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Sam.


¿Él era religioso? Si no lo era... ¿qué hacía aquí? Dejé de darle vueltas al asunto, y retrocedí un poco asustado ¿y si venía agredirme?

Oh Dios.

- Hey- habló por fin, su suave voz hizo eco en mis oídos. Las manos me sudaban dentro de mis guantes.

- ¿Q-Qué?- tartamudeé, por alguna razón los nervios no me dejaron digerir lo que él decía. Entonces, él metió las manos en los bolsillos de su negra chaqueta, y se levantó de los asientos de la iglesia.

- Me estás mirando..., has estado observándome los últimos tres minutos, hombre- me dijo, mirándome de arriba a abajo, acercándose lentamente a mi.

- A-Aléjate de mi- logré responder en un susurro, temeroso. Y él rió dulcemente, como antes.

¿Qué le pasaba?

- Pareces un gatito asustado- comentó riendo-. Y para que sepas, vine a la iglesia por Dios. No por ti, engreído- agregó, dando otros pasos más a mi. Yo lo miré un poco horrorizado, y con miedo a que me golpeara, o qué, mi madre me encontrara hablando con él, caminé rápidamente con mi bastón fuera de la iglesia.

Pero, al salir sin rumbo, él me detuvo tomándome del brazo.

- Vaya, para tener una condición en las piernas, eres rápido, enano- dijo entre risas, fingiendo estar cansado de perseguirme, y yo traté de soltarme de su agarre.

- No les basta con golpearme en el instituto, si no que también lo quieren hacer afuera de este- susurré, mordiéndome el labio, mirándolo con dolor. Sabía que él quería agredirme, como todos sus amigos.

Él quería abusar de mi. Él quería abusar de mi. Él quería abusar de mi. Él quería abusar de mi. Él quería abusar de mi.

Porque, ¿entonces para qué él querría hablarme? Si nadie quería ser mi amigo... Él solo quería aprovecharse de mi como Gabe y su grupo.

- Sam, ¿no?- me dijo suavemente, y yo me di cuenta de que tenía la mirada en el suelo de concreto, esperando recibir un golpe de él.

- ¿D-Dónde están los demás? ¿Están escondidos esperando a que me golpees?- lo interrumpí, temeroso. Y él levantó una de sus gruesas cejas, confundido.

- Vine solo. Soy solo yo- respondió, intentando mantener esa dulce sonrisa que tenía, qué ya no sabía si era real o falsa.

- No te creo- dije al instante, y mis ojos se humedecieron un poco-, ¿y entonces para qué más vendrías aquí? Si al parecer no vienes por Dios.

- Está bien, no vengo por él. Me atrapaste- dijo, haciéndose el sorprendido-. Vine por ti, Sam- añadió, yendo al grano. Entonces, el mundo se detuvo por un momento.

- ¡M-Mientes!- le grité, y me deshice de su agarre-. ¡Tú me has llamado homosexual, y no quieres estar cerca de mi! ¡Eres amigo de Gabe! Eres como él...

- No soy Gabe. Soy Justin Wilson, Sam- me corrigió enseguida, y yo lo miré fijamente a los ojos-. Sé que fui un idiota. Pero...- noté que se le dificultó un poco terminar sus palabras-, quiero que seamos amigos...- dijo por fin, y no lo podía creer.

- N-No, no, no- dije una y otra vez, negando con la cabeza-. ¿Por qué quieres lastimarme? Yo jamás te hice nada.

- ¿De qué hablas? Digo la verdad.

- ¡Mientes!- le grité-. Mientes...- repetí, y las lágrimas amenazaron con correr por mis mejillas-. ¿Por qué alguien querría ser mi amigo?- dije finalmente, dándome la vuelta cubierto de lágrimas, para comenzar a caminar lo más rápido que podía, para alejarme de él, con mi bastón.

Frágil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora