Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]

37 Aún no se acaba

Blanco.

Todo lo que puedo ver es un espacio en blanco con un lejano pitido al lado mío.

Poco a poco siento que vuelvo a tomar el control de mi cuerpo, trato de mover las manos y creo que finalmente lo logró pues la calidez de otra me envuelve por completo a la vez que escucho una voz decir mi nombre.

No puedo abrir los ojos pero puedo sentir como apreta mi mano y acaricia mi cabeza mientras me llama.

—Lily, por favor amor, abre los ojos. —Dice y por el tono de su voz podría jurar que estuvo resfriado o llorando quizás. —Por favor pequeña, abre los ojos.

Lentamente logró abrir mis párpados que se sienten pesados, las luces que hay en la habitación a demás del pitido a mi lado me molestan demasiado, me siento mareada y algo desorientada.
Rápidamente veo una sombra frente a mi y luego otra que coloca una luz frente a mis ojos. Escucho que hablan pero no logró entender que dicen, aún así me siento tranquila pues empiezo a recordar mi último sueño con Gabriel.

Todo va estar bien, Gabriel me lo prometió y yo creo en él.

—Lily— Dice un chico a mi lado mientras se arrodilla junto a mi cama sin soltar mi mano ni un solo sengundo, más bien llevándola hacia sus labios donde la besa con mucha ternura. —Ay Dios mío, pensé que te perdía amor, pensé que nunca más podría verte a los ojos y decirte lo mucho que te amo, que siento tanto haberme alejado de tí dejándote sola cuando más me necesitabas. Lo siento tanto pequeña; por favor perdóname... Perdón.

Lo observo con lágrimas al borde de mis ojos pues ahora recordaba todo, como fue que alejé a Alex de mi lado, como abandoné a mi Pequeño con Daniel, las semanas tan duras que viví sin la compañía de ambos y como había intentado terminar con mi vida. Lo recordaba todo y ahora estaba viva, tenía una nueva oportunidad para vivir mi vida plena y felíz con quienes me amaban a pesar de todo pero... ¿Y mi pasado?

—Alex— Digo sin dejar de observar a mi precioso chico de cabello tan negro como la noche y ojos tan verdes como esmeraldas. —Yo tengo que decirte algo.

—No pequeña, ya lo sé todo. —Dijo provocando un miedo en mi a su rechazo. Si Alex ya sabía que estaba sucia se alejaría de mi, me repudiaría y no sé si pueda soportar su alejamiento. —Y te amo hoy más que nunca.

Sus palabras me dejan sin aliento, ¿realmente sabe que fui violada? Y si él lo sabe, ¿cómo es que aún me ama?

—Lo que te pasó no fue culpa tuya mi niña, para mi no hay mujer más pura y digna de todo mi amor en esta tierra que tú. Te amo Lily y eso nada ni nadie podrá cambiarlo. —Deposita más besos en el dorso de mi mano sin perder de vista mis ojos, pues hay tal amor y sinceridad en los suyos que logran alejar todos mis miedos. —Te quiero a tí pequeña, te quiero para formar una familia, para crear nuestra propia historia de amor, te quiero a tí por toda la eternidad y nada me haría más felíz que el que tú me quieras como yo te quiero por que sabes mi historia, lo jodido que estoy en esta vida... Y ahora lo perdidamente enamorado que estoy de tí.