16 Quiero que sepas

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—Creo que la historia de Daniel tendrá que esperar— Alex voltea verme, apreta los labios y con delicadeza acaricia mi mejilla— Prometo que te contaré todo solo... Solo dame tiempo, no es fácil para mi rememorar mi vida, hablar de esto.

Inclino ligeramente la cabeza hacia la caricia de Alex sobre mi mejilla, su mano cálida recorriendome de arriba abajo la mejilla con el pulgar hacen que un cosquilleo se forme en mi estómago.

Cierro los ojos y me dejó guiar unos segundos por su tacto, cuando tomó conciencia de todo, me doy cuenta que los labios de Alex están sobre los míos; con su lengua acaricia mi labio inferior mientras su mano continua acariciando mi mejilla.
Por Dios, me siento presa de él, por un segundo todo se detiene a mi al rededor y todo lo que puedo sentir es lo cálido de su boca contra la mía, su lengua suave recorrer mis labios y su respiración que va subiendo de nivel.
En ese mágico instante pude sentir una de las sensaciones más bonitas que pude imaginar, era el mejor beso del mundo, no sólo por que movía sus labios contra los míos... Si no por que era un beso lleno de sentimientos, lleno de amor; un amor por mi.

Con toda mi fuerza de voluntad y sin querer hacerlo, me separé de Alex con los ojos cerrados aún sin querer verlo a la cara

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Con toda mi fuerza de voluntad y sin querer hacerlo, me separé de Alex con los ojos cerrados aún sin querer verlo a la cara. Una sensación de tristeza se apoderó de mi pecho, lo que era un pequeño cosquilleo, un toque de magia desapareció cuando nuestros labios se separaron ¿qué es lo que me pasa? Entonces lo recordé.

Empecé a negar con la cabeza, había traicionado a Gabriel al posar mis labios sobre Alex; sin embargo algo en mi no se arrepentía de haberlo hecho, no se arrepentía de haber saboreado su boca, de haber sentido su respiración tan cerca de mi.

—Lily —Susurro Alex pasando la yema de sus dedos sobre mis mejillas calientes y sonrojadasuna y otra vez.

Hasta entonces pude darme cuenta de que había empezado a llorar.
Mi mente estaba revuelta, llena de pensamientos he ideas que me confundían aún más respecto a Gabriel y Alex. Mi corazón no me deja prestarle atención a mi mente, sentía como si quisiera gritarle algo, algo que mis pensamientos no me dejaban oír.

—No fue mi intención hacerte daño— Murmura en voz baja sin dejar de acariciar mi mejilla y tratar de limpiar aquellas lágrimas que salían sin permiso alguno de mis ojos; aún así, podía oír la tristeza en su voz.

—¿Daño?-— Le pregunto con una sonrisa irónica— Fue el beso más bonito que podría haber recibido

—¿Entonces?

Mordí mi labio inferior y agache la mirada, no quería que Alex supiera de Gabriel, no sabía cómo es que podría explicarle que me había enamorado de un sueño. Quizás Alex pensaría que he perdido la cabeza por completa al enamorarme de algo que quizás cree inconscientemente en busca de cariño aunque en el fondo yo sabía que no, Gabriel no era un simple sueño.

—Ese es el problema... No sé el por qué— Susurre

—¿Hay alguien más, no es así? —Pregunto retirando su mano de mi mejilla y mirándome serio y ansioso ante mi respuesta aunque por la mirada que tenía Alex en los ojos... supe que ya lo sabía.

Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora