Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]

23 Adiós... papá

El corazón me dolía y mi cuerpo no dejaba de temblar, ¿Cómo debería reaccionar al verlo de nuevo? Tanto daño que me había causado... tando dolor, tantas cicatrices que llevo en el alma.
Ahora después de mucho volveré a verlo a los ojos una última vez para decir adiós o quizás... hasta pronto.

Tomo aire y lentamente abro la puerta. Ahí esta, acostado sobre una cama con los ojos cerrados... Dios mío, es mi padre el que se encuentra en aquella cama, es él, es quien me dio la vida y quien me arruinó parte de ella.
El corazón duele al verlo, mis ojos empiezan a picar por las lágrimas mientras siento mis piernas flaquear.

Lentamente lo veo abrir los ojos, algo que me había heredado a mi fue aquél color que poseían. Esas esmeraldas verdes que me lo recordaban y me lo recordarían de por vida y que quizás heredarían mis hijos.

Pero aquellos ojos estaban llenos de dolor, súplica, arrepentimiento y muchos otros sentimientos mientras su cuerpo estaba demasiado delgado ya había perdido todo su cabello; la escena era verdaderamente triste.
No era así como yo recordaba al hombre dominante que imponía su voluntad. Había cometido tantas estupideces por ganarme su amor, por que mi padre se sintiera orgulloso de mi. No habría habido mayor alegría para mí que el haberlo oído decir : 'felicidades hijo, lo hiciste muy bien'

—Hijo... —Susurra casi sin poder hablar rompiendo momentánamente mis pensamientos— Por favor... por favor... ven

Me quedo inmovil unos segundos mientras siento como poco a poco las lágrimas quieren escapar de mis ojos.
¡Quiero gritar, quiero llorar! ¿¡Por qué la vida se ensaña conmigo de esta manera!? ¿¡Por qué Dios mío!?

Dudo en acercarme pero finalmente obligo a mis piernas a caminar y me acerco a él.
Me acomodo en un sillón al lado de su cama, él tan solo mueve su cabeza débilmente para verme.
Trato de esquivar su mirada, no quiero ver mi reflejo en sus ojos, no quiero pensar en lo que hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferente.

—Hijito— Susurra mientras una lagrima cae hasta perderse en la almohada— Hijo... per... perdoname... no supe ser... un padre para... para ti

Había añorado tanto volver a oírlo llamarme así, hijo.
Hago puño la mano derecha mientras la posisiono frente a mi boca, me duele tanto, tanto, tanto.

—Te hice mucho... mucho daño— Continúa con pesar— He cometido errores... errores con tu hermano, con tu madre... con tigo y ahora... la vida no me alcanzará... para remediralos

No puedo más, no puedo seguir, ya no puedo. Siento que me estoy ahogando, siento que todo esto es una maldita pesadilla de la cual quiero despertar, ¿¡Pero cómo lo hago!? ¿¡Como mierda podría despertar a la realidad!?

—No me... queda mucho tiempo— Dice tratando de llenar de oxígeno sus pulmones— Pero no deseo irme... sin tu perdón... por favor hijo mío... perdóname... perdóname