5 Seremos dos

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Me pase despierta todo lo que restaba hasta la hora de alistarme para ir al colegio, tenía muchos nervios ya que estaba decidida a intentar acercarme a Alex, almenos esperaba que me respondiera a los buenos días.

Pasé por el cuarto de mi madre y vi que se encontraba durmiendo en cama.
Era una mañana muy fría y ella solo traía una solera delgada y un short puesto.
Entré sin hacer bulla y le coloqué las sábanas de la cama encima, tenía frío ya que se aferraba a su cuerpo con sus brazos en busca de calor hecha un bolillo.

Verla así, tan tranquila me hizo dar unas enormes ganas de abrazarla y pedirle que ella tambien lo haga, como deseaba que mi madre aunque sea una sola vez en su vida me dijera que me quería, que me besará la frente y que sus brazos me envolvieran ...

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Verla así, tan tranquila me hizo dar unas enormes ganas de abrazarla y pedirle que ella tambien lo haga, como deseaba que mi madre aunque sea una sola vez en su vida me dijera que me quería, que me besará la frente y que sus brazos me envolvieran en un abrazo reconfortante y cálido como debe de ser el de una madre.

Apreté los labios y le di una última mirada antes de retirarme hacía la puerta y dejarla sola como siempre me pedía que lo hiciera; a veces me odiaba por quererla tanto, ella siempre me demostraba todo el odio y resentimiento que me tenía, me hacía sufrir de una manera inigualable con sus palabras pero aún así... aún así la amaba. Amaba a mi madre a pesar de nunca sentir su apoyo con migo, de no tener un solo beso suyo en mi memoria, aún así la amaba y estoy segura de que daría la vida por ella.

Deja de pensar tanto, inevitablemente estas rompiendo más tu propio corazón.

Me reprochó la pequeña voz en mi cabeza he inevitablemente empecé a sentir las lágrimas aglomerarse en mis ojos haciendo que una de ellas cayera por mi mejilla derecha, no me importaba si me veía débil al hacerlo, los pensamientos me sobrepasaban de tal manera que me era imposible retener su peso y dejaba que salieran mediante lágrimas.
Lo dije y lo sostengo, prefiero mil veces llorar hasta quedarme sin lágrimas en los ojos antes de sacar todo el peso que cargo mediante cortadas en mi cuerpo o tomar alguna droga para olvidar; estoy segura de que no podría hacerlo... simplemente la idea me parece horrible; las lágrimas se pueden secar y desvanecerse, las cicatrices simplemente sanan pero te dejan un recuerdo de lo que alguna vez hiciste y de aquél momento en el que fuiste débil.

Cerre la puerta de su habitación despacio y me dirigí a la cocina, tomé una manzana como de costumbre y me dirigí a la salida, ya vería que más comer en el colegio, no quería seguir en casa y darle espacio a mis pensamientos que día con día me hacían perder la cabeza.

🌼🌼🌼

Alex se encontraba haciendo fila a la hora del almuerzo, estaba vestido nuevamente con una capucha negra, vaqueros oscuros y unos auriculares.

Tomé mi bandeja y me acerqué a él, tenía mucho miedo a como fuera a reaccionar, la última vez que hablamos me pidió que no me acercará a él de nuevo; aquella vez vi las cortadas en su muñeca que fue lo que más me preocupó.

-Hola -Susurro una vez que llego y me posiciono a su detrás esperando mi turno.

Alex no responde, estoy segura de que me ha escuchado a pesar de sus auriculares, sus hombros se enderezan viéndose mas alto, quizá tratando de intimidarme.

Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora