Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]

35 ¿Será el final?

Alex

Abro los ojos de golpe y me levanto tan rápido yendo a dar hasta el suelo. Antes de golpear mi rostro contra el suelo coloco las manos y me quedo observando mi sombra en el.

¿Qué diablos fue eso? ¿Realmente acabo de ver y hablar con Gabriel?
Ay Dios, me temo que he perdido completamente la cabeza.
Tantos cuentos de hadas que me contó esa chica finalmente me están haciendo efecto, yo también estoy empezando creer en que en alguna realidad paralela a la nuestra, Gabriel existe realmente y lo que acaba de pasar no fue un sueño.

Trato de recordar, mil imágenes cruzan mi mente... Nuestro mundo... Mi querida Lily... Flores blancas que se tornan azules... Una cascada... Un castillo... Un chico rubio... Sálvala por  favor.

Rápidamente me pongo de pié ante este último pensamiento, Lily esta en peligro. Gabriel dijo que no podía ayudarla y que me necesitaba.

—No, basta, detente— Me digo recuperando la compostura.

Escucho por los altavoces anunciar que mi vuelo sale en unos minutos y ya están llamando para abordar; recojo mi mochila, la cuelgo en el hombro y me dirijo a la puerta 8 rumbo a mi avión... Camino a Francia.

Al llegar a la fila me quedo hipnotizado mientras observo a una mujer que se encuentra dos personas delante de mí.
Ese cabello castaño hasta la cintura, esas delicadas manos y piel blanquecina.
Es ella, ¿Pero cómo? ¿Qué hace aquí? ¿También irá hasta Francia?

No puedo evitarlo y me acerco a ella sin dudarlo mientras la cojo del hombro.

—Oye ¿que...— Las palabras mueren en mi boca, pues no es ella. Esta chica tiene los labios pintados con un brillante color rojo y los ojos verdes; Lily no utiliza jamás un labial tan fuerte y que no sea brilloso, a demás que sus hermosos ojos son café.

—¿Disculpa? —Dice la chica observándome con una ceja arqueada.

—Disculpa, yo... — Observo su mano derecha donde noto unas flores azules al igual que el vestido que lleva, ¡es la misma flor de mis sueños!  Me da la misma sensación de hace rato... Las flores parecían estar muriendo. —¿De dónde las sacaste?

—¿Perdón?

—¡Las flores! ¡¿De dónde las sacaste?! —Levantó la voz y todos voltean a verme.

La chica pestañea varias veces, observa las flores y después a mi.

—Me las regaló un chico rubio antes de hacer la fila para abordar, me dijo que eran algo especial y que todo era real— Dice observando como sale todo el aire de mis pulmones en un jadeo.

Real... Todo era real... Gabriel, los sueños... ¡Lily! Joder, esta en peligro.

Sin pensarlo más, salgo corriendo a toda prisa del aeropuerto, choco con un par de personas pero no me importa; podría chocar contra el mundo entero ahora mismo y no me importaría, no sabiendo que ella está en peligro, que me necesita y no estoy a su lado.