Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro © [EN PROCESO]

4 ¿Que pasará ahora?

Nuevamente sentí mi cuerpo flotar, poco a poco empecé a sentir algo tibio que que me envolvía por completo; como si los rayos del sol se reflejarán en mi rostro pude sentir una luz, abrí los ojos quedándome totalmente sorprendida al darme cuenta que me encontraba bajo el agua, un enorme manto de agua cristaliana me envolvía por completo mientras que los rayos del sol penetraban a través de ella.

Poco a poco mi cuerpo flotaba hacia la superficie, yo tan solo podia ver con curiosidad el cielo que se veía tan hermoso desde donde yo me encontraba.

Al salir busqué inmediatamente la presencia de Gabriel, necesitaba verlo, quería estar con su compañía.

-Aquí estoy Lily

Su voz sonaba tan dulce como siempre, nuevamente se encontraba detrás mío con una hermosa sonrisa y su cabello tan dorado y hermoso bajo los rayos del sol.

-Gabriel... no sabes como deseaba volver... volver contigo. -Sentí mucha vergüenza al decir estas palabras en voz alta.

El sonrió y extendió su mano para que la tomara, no dude en hacerlo.

-Mi querida Lily... -Susurro llevando una mano a mi mejilla y acariciando despacio provocando que cerrará los ojos ante su contacto.

Amaba que me llamara así, sus movimientos, su tono de voz, todo sonaba como si el fuera un príncipe antiguo de esos que vivían en grandes palacios.

-No sabes lo mucho que yo espero tu cálida compañía, la hermosura de tu voz, el brillo que me hipnotiza de tus ojos.
No logro entender aún como es posible tenerte en mis pensamientos durante todo el tiempo, todo lo que quiero es estar a tu lado y cuando estoy contigo... siento que lo tengo todo y que podría morir en ese mismo instante teniendote a ti a mi lado, no le temo a nada.

Escuchar aquello hizo que el corazón se me hiciera pedazos en el pecho, me dolía tanto el pensar que él no era real, que tan solo era algo que mi subconsciente había creado para darme algún tipo de apoyo o fortaleza debido a tantas cosas que me han pasado.

-No... no Gabriel... no me digas eso- Pedí tratando de cubrirme la cara con las manos, pero el las tomó dejando expuesto mi rostro por donde las lagrimas enpezaron a caer.

-¿Por qué no Lily? ¿Por qué no puedo decirte todo lo que quiero? Es tan poco el tiempo que nos conocemos, tan poco que me sorprende la magnitud del cariño que te tengo.

-¡Tu no eres real! ¡Tan solo eres alguien que ha creado mi mente para aliviar el dolor de mi alma! -Grité sin poder contenerme, era tanta la frustración que sentía.- Al despertar todo será como antes... estaré sola en mi habitación añorando una compañía que jamás podré tener a mi lado, un cariño que jamás a existido en mi mundo... y alguien a quien tan solo puedo amar en sueños.

El no dijo nada, su rostro estaba inexpresivo, soltó mis manos y yo las lleve hasta mi rostro tratando de limpiar las lágrimas que ya habían salido de mis ojos sin freno alguno perdiéndose en las olas del mar que hacían un suave va y ven.