CASTA Y FAMILIA

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Apenas las agujas del reloj marcaban las 6 de la mañana cuándo los primeros rayos del alba cayeron sobre el pálido rostro de Harry. Bajo sus párpados unas manchas violáceas eran testigo de las largas horas en vela que había pasado intentando ahuyentar el sentimiento de culpa que lo rodeaba hasta ahogarlo. Repetidas veces había pasado por su cabeza la idea de enfrentar a su padre y negarse a hacer aquel sucio trabajo, pero solo hubiera conseguido recibir algunos golpes por parte de su progenitor, al final, si él no lo hacía tendría que hacerlo otro y la realidad sería la misma.

Nunca había estado envuelto en algo tan malditamente grande y peligroso como esto. Pocas cosas eran ilegales en Marmore, y aunque técnicamente la trata de omegas no lo era, se sentía exactamente igual de mal. Presa del pánico había llamado a altas horas de la madrugada a Liam en busca de algo de consuelo que lograse calmar su desbocado corazón, pero ni las reconfortantes palabras del moreno habían logrado apaciguar su ansiedad. Él no era así, no era como su padre, pero eso poco importaba eso en una ciudad dónde el los bebés de la zona norte nacían con un cuchillo de plata en sus manos, la sociedad podía ser malditamente repugnante.

Todo estaba mal aquella mañana. Los rizos de Harry parecía haber tomado vida propia y se escapaban a su antojo del pobre elástico que luchaba por mantenerlos ordenados sin mucho éxito. Reparó en su vestimenta, un traje negro que Niall se había encargado de comprarle al enterarse de la importante cita a la que acudiría hoy lucía se ceñía a sus músculos. Si no hubiera sido por la guerra que se libraba en su cabeza habría sonreído a su reflejo con arrogancia. Solo el rubio se había aventurado a manifestar su desacuerdo con la situación.

"Si no fuera la mano que me da de comer le cortaría la pelotas" había gruñido el rubio mientras dejaba el traje sobre su cómoda la noche anterior. Harry había sonreído en ese momento, callando que a él también se le había pasado esa idea por la cabeza pero como siempre había un "pero" saliendo de su boca, el de Niall era su sustento y el suyo su propia familia.

Dos suaves golpes en la madera de su puerta captaron la atención del rizado que parecía haberse sumido en sus propios pensamientos. El rostro de una bonita y despeinada omega apareció curiosamente en el interior. Gemma era realmente la omega más bonita que podía existir a los ojos de Harry, era el orgullo de la casa hasta para su padre que disfrutaba presentándola a sus socios con hijos en edad casadera a cada oportunidad que tenía. La omega mostró sus perfectos y blancos dientes al distinguir la figura de su hermano en la penumbra.

"Esperaba poder verte antes de que partieras" con sumo cuidado cerró la puerta a sus espaldas evitando cualquier ruido que pudiera delatarla. Tenía prohibido visitar la habitación de su hermano sin consentimiento de su padre, por alguna razón Desmond Styles no veía apropiado que su dulce y perfecta hija tuviese más contacto del necesario con su hermano. La omega avanzó hasta el tocador desde dónde Harry la observaba con detenimiento, una vez junto a el sus delicadas manos se aferraron su corbata comenzando a acomodarla adecuadamente "Siento que padre te haga pasar por esto" la angustia en Gemma era verdadera, Harry podía sentirlo.

"No tienes que sentirlo" una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios ante la profunda dulzura que desprendía su hermana. Aunque la omega era un par de años mayor que él, siempre había sentido el instinto de cuidarla y consentirla, aún siendo esta más que capaz de cuidarse por si sola. "Ambos sabíamos que esto pasaría tarde o temprano" murmuró antes de hundir la cabeza sobre sus cabellos cobrizos. El olor de su hermana era el único olor a omega que soportaba, no tenía ese olor dulzón característico de la casta que le ocasionaba arcadas, era algo así como la sensación de un rayo de sol sobre el rostro en un día de invierno.  

Gemma se dejó abrazar por su hermano. Pocas veces compartían estos momentos, es más, pocas veces podían verse a solas. Su padre se había encargado de alejarlos poco a poco, Harry ni siquiera podía recordar a Gemma en sus recuerdos de niño.

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora