SERENDIPIA

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El sol ni siquiera había salido para cuándo Louis ya estaba completamente aseado y vestido andando de forma perezosa por los inmensos pasillos de la mansión Styles. El aire se sentía enrarecido por alguna razón que desconocía, pero era algo notorio como los característicos murmullos en cada esquina, los pasos acelerados, los continuos saludos del personal del servicio y el perfumado olor a productos de limpieza se había desvanecido por completo en aquella mañana de jueves.

Frotó uno de sus ojos con el dorso de su mano, aún se sentía terriblemente cansado y se recriminaba mentalmente por no seguir bajo las cobijas de su cama. Si hubiera sido por Louis jamás hubiera salido de la calidez de su habitación hasta la hora del desayuno, y mucho menos antes de la salida del sol, pero algo lo había  empujado de forma repentina a buscar a su alfa.

Su mano voló de forma inconsciente a su cuello, dónde la marca a pesar de sentirse reciente bajo el tacto de sus dedos apenas dolía ya; seguramente en los próximos días la inflamación ya habría bajado casi en su totalidad y la tirantez en su cuello se sentiría como algo normal y cotidiano. No podía evitar que su corazón se acelerase al recordar como los dientes de Harry se habían clavado en su carne mientras se unían en uno solo, como el calor había tomado su cuerpo llevándolo al límite entre lo mundano y lo divino mientras la semilla de su amor llenaba su interior.

Todo estaba en silencio, algo bastante inusual para una casa habitada por cientos de personas. Miró a su alrededor  en busca de algún alma que pudiese tranquilizar sus pensamientos, pero nadie parecía estar en aquella casa hoy ¿sería quizás un día festivo y el no había sido informado?

Un pinchazo en su cuello le hizo apretar la mandíbula, algo pasaba.

Caminó acelerando el paso, buscando con la mirada algo que pudiese indicarle el por qué de la neblina de silencio que se cernía aquella mañana por el lugar y de la que al parecer él era el único desinformado.

"Debemos convocar al Consejo"

Se tensó al sentir la agresividad en aquella lejana voz. A pesar de sentirse demasiado lejos no tuvo problema alguno en reconocer al dueño de aquellas palabras.

"Liam espera, tenemos que pensarlo bien"

Harry.

Aceleró el paso tratando de guiarse por su sentido del oído a través de los laberínticos e interminables pasillos que los separaban. Sus pies se movían a una velocidad demasiado rápida para sus cortas piernas, haciéndolo tropezar con sus propios pies cada cierto número de paso; pronto la cabellera rizada de su alfa se hizo visible ante su gélida mirada entre la penumbra.

El rostro de Liam iluminado por la escasa luz proveniente de la luna llena que esa noche velaba por ellos se ensombreció, frunciendo profundamente el ceño y apretando los labios tanto que Louis temió porque comenzaran a sangrar.

"Necesitamos pensarlo bien, esto es muy serio. Créeme que nadie tiene más ganas que yo de hacer justicia, pero no podemos abordarlo sin un plan"

Harry parecía completamente ajeno a su presencia aunque Liam mantenía su mirada clavada sobre él, consciente de que escuchaba la conversación.

"Esperaré a que amanezca para convocar la reunión, tú ahora tienes asuntos más importantes que atender" las palabras escaparon de sus labios en una especie de bufido mientras dejó a Louis atrás, pasando por su lado sin apartar la mirada de la confusión que rezumaba de sus ojos.

Solo en ese momento Louis sintió los ojos de Harry clavarse sobre él.

"¿Qué haces despierto?" Preguntó el alfa avanzando hacia él con los brazos cruzados sobre su pecho. Louis quería decirle que era en parte culpa suya por haberlo marcado que él estuviese allí, pero prefirió callar al sentir la ansiedad que emanaba del alfa. Definitivamente algo no iba a bien. "Deberías estar descansando, no es bueno que interrumpas tu sueño"

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora