CELO II

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Ni siquiera era consciente del tiempo que había transcurrido desde que cerró los ojos con la intención de descansar por unos segundos para cuando la realidad lo golpeó con dureza. Juraría que no había dormido por más de diez minutos, pero la oscuridad que ahora inundaba la habitación dejaba suficientemente claro que las horas no habían dejado de pasar para ellos.

Harry se removió incómodo al sentir la presión en la parte baja de su estómago complicándole respirar con normalidad. Sorprendido ante aquella sensación, intentó moverse inútilmente en busca de una posición más cómoda; algo sobre él limitaba toda capacidad de movimiento, pero no fue hasta que los gemidos del omega llegaron a sus oídos que el entendimiento lo hizo abrir los ojos.

El verde y el azul se unieron en la escasez de unos segundos antes de Louis echase la cabeza atrás cegado por su propio placer. A ahorcajadas sobre sus caderas el omega serpenteaba en busca de una ansiosa fricción que pudiese apagar las llamas que abrasaban todo su ser, Louis era un bonito lío de gemidos para ese entonces.

El omega parecía estar completamente perdido y consumido por la lujuria, sin embargo, su cuerpo era lo suficientemente sabio como guiarlo a ciegas en el recorrido sobre las caderas de Harry.

El alfa tuvo que contener la respiración y apretar fuertemente la mandíbula ante la erótica imagen de Louis dejando que su humedad impregnase su muslo derecho mientras sus ojos captaban como la manzana de adán de este subía y bajaba marcando cada uno de los músculos de su cuello. Harry no quería asustarlo, pero tampoco tenía claro cuanto más podría aguantar en aquella posición sin emitir un solo ruido ni ceder a sus impulsos; todo se trataba del omega entre sus piernas.

"Joder" gruñó entre dientes lo suficientemente bajo como para no ser oído cuándo Louis comenzó a botar repentinamente sobre su cuerpo simulando ser embestido.

El omega sobre él, gemía audiblemente cada vez que sus erecciones rozaban sobre la áspera tela de su ropa, clavando sus uñas sobre las dos aves tatuadas en sus clavículas. Sentir como sus delgados dedos se hundían con necesidad en una zona tan erógena lo mareaba y excitaba a partes iguales. Llegados a ese momento Louis debía poder sentir la dureza bajo él.

"¿Cómo te sientes?" Preguntó entre jadeos. Louis volvió al movimiento de vaivén al comenzar a sentir como sus piernas se adormecían.

"Te necesito..." gimió el ojigarzo arqueando su espalda, aquel movimiento hizo que todo su peso quedase recabado sobre el mayor. "Te necesito más cerca Harry, necesito sentirte más"

Aquellas palabras terminaron por desatar la locura del alfa. Louis lo necesitaba, lo necesitaba sin ropa y entre sus piernas.

Siendo cuidadoso de medir cada uno de sus movimientos para no asustarlo, tomó con fuerza las manos del omega arrastrándolas sobre toda la extensión de su esculpido pecho; Louis observaba fascinado como el alfa lo guiaba permitiéndole deleitarse con el tacto sobre su cálida piel hasta llegar a la cinturilla de su pantalón.

"Tócame Louis. Tócame todo lo que quieras criaturita" elevó el mentón para mirarlo directamente a los ojos "Y si me dejas yo haré lo mismo contigo ¿Vas a ser una criaturita buena y vas a dejar que te haga sentir bien? Puedo hacerte sentir muy bien pequeño, solo necesito tú permiso"

La manzana de Adán del omega subía y bajaba mientras intentaba acompasar su propia respiración, sus feromónas comenzaban a inundar la habitación y dentro de poco ambos perderían su total lucidez. Harry necesitaba ese permiso antes de que no fueran capaces de controlarse.

La mirada del omega bajó de nuevo hacia el lugar donde sus manos cubrían las suyas, allí donde una tela marcaba el límite de lo indecente.

"Tócame alfa"

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora