ETÉREO

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Advertencia: Incluye contenido +18, si eres sensible a este tipo de narrativa te aconsejo que saltes la última parte.


"¿Me estás escuchando Harry? Esto es importante, ya te dije ayer que no debías beber tanto"

Un gruñido ronco escapó de su garganta cuándo las frías yemas de sus dedos presionaron con fuerza sobre sus palpitantes sienes, intentando liberarse de aquello que parecía golpear su cabeza. Hasta la escasa claridad que lograba colarse entre las aterciopeladas cortinas le causaba un grave conflicto a la hora de mantener sus ojos abiertos, quizás Liam si hubiera tenido razón cuándo le arrebató de entre sus manos el cristal que contenía aquel líquido dorado.

A decir verdad, Harry estaba desentrenado. Podía contar con los dedos de sus manos las veces que aquel arduo líquido se había deslizado por la garganta; es más, hasta hacía un par de meses podía presumir de haber pasado el largo período de 5 años en completa abstinencia en lo que a alcohol se refiere.

Tuvo que apretar la mandíbula como acto reflejo cuándo un nuevo golpe de dolor impactó en su cabeza. No volvería a beber nunca más.

"¿Cuándo fue la última vez que bebiste?"

A pesar de tener los ojos cerrados, no le costó adivinar de quién provenía aquella gruesa voz.

Liam básicamente le había obligado a abandonar la comodidad de su cama cuándo el primer rayo de sol hubo iluminado el horizonte, bajo el pretexto de un reunión de vital importancia. Ahora que llevaba casi 40 minutos sentado en aquel sillón con su amigo burlándose de su estado, casi estaba seguro de que Liam únicamente se aburría demasiado y le apetecía joderlo.

Casi no había tenido tiempo de admirar la belleza de Louis. Amaba ver dormir al omega ¿algo un tanto extraño verdad?. Aquel era el único momento en el que aquella dulce criatura de ojos azules respiraba en completa paz, ajena de cualquier peligro y angustia; tan dulce e inocente como un gatito.

"Desde los 16" mintió trazando círculos allí donde las primeras hebras de cabello comenzaban a crecer. Liam no tenía por qué saber que había roto su promesa.

El alfa asintió en silencio recordando con detalle cada segundo de aquel día. Aquella noche de luna llena fue la primera vez en la que el alfa decidió alzar la voz, la primera y la última, al menos hasta que Louis apareció en su vida. Después de aquello, Liam tuvo que pasarse la noche agarrando el rizado cabello del alfa mientras este expulsaba todo lo que había comido en la última semana.

"Hace ya bastante de aquello" opinó el castaño acariciando la incipiente barba que había comenzado a crecer en su mentón. "No debiste beber tanto Harry"

Por primera vez el rizado abrió los ojos, dejando que la suave luz incidiese sobre ellos.

"Liam tú me diste la primera copa" cruzó los brazos sobre su pecho, acomodándose con delicadeza. "Fuiste tú quién dijo que debía brindar"

"Con una copa Harry, no con diez" Liam levantó ambas manos en señal de inocencia. Era cierto qué él había animado a Harry a brindar por su reciente nombramiento, pero nunca habría podido pensar que su amigo sería un gran amante del buen cava tras esa fachada de abstinencia y autocontrol.

Luchando por mantener sus ojos abiertos clavó su verde mirada sobre el alfa que divagaba en sus propios pensamientos.

"Ahora cuéntame que hago aquí, me gustaría volver cuanto antes a mi habitación. No quiero que Louis despierte solo" exigió entre dientes "No creo que me hayas sacado de la cama por nada"

Liam se removió en su asiento buscando las palabras exactas, finalmente acabó acomodándose en el límite de la silla; quedando totalmente pegado al mueble de madera maciza que lo separaba de su mejor amigo.

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora