ATARAXIA

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Parecían increíblemente lejanos aquellos días en los que Louis tan solo se preocupaba por levantarse temprano, desayunar junto a Gemma en el salón de verano mientras la melodía del pianoforte y el cantar de los ruiseñores amenizaba la velada y llenar el vacío que dejaba la ausencia de su alfa entre papeles pintados y muestra de inimaginables colores. Todo se había vuelto tan atareado a su alrededor que algunos días Louis tan solo tenía ganas de esconderse bajo las sábanas de su mullida cama y no volver a salir, pero para su suerte o desgracia un beta rubio de ojos azules siempre se encargaba de sacarlo de su letargo y recordarle como el gran anillo muestra del amor de su alfa brillaba en su dedo anular.

A veces cuándo nadie lo observaba, a Louis le gustaba jugar a que el sol traspasara el pulido cristal y crease formas irregulares sobre las paredes de su habitación, para él aquello era tan mágico como que el corazón de Harry le perteneciera como el alfa cada día se encargaba de demostrarle que lo hacía.

"Creo que el merengue italiano sería una opción muy acertada para el pastel de chocolate"Niall mordisqueaba de forma distraída el extremo del lápiz mientras sus ojos se paseaban caprichosos sobre la figura de la omega que con el ceño fruncido examinaba las muestras de flores que acababan de llegar aquella mañana.

"Todo el mundo sabe que las fresas van mejor con el chocolate" murmuró la omega con la mirada pérdida en la viveza de los colores y las fragancias que desprendían. Tomó entre sus delicados dedos una rosa blanca, girándola para analizarla desde todas las perspectivas posibles "¿Qué opinas de esta?"

Louis los observaba desde una esquina de la habitación, escuchando en silencio como beta y omega luchaban por ponerse de acuerdo con respecto a las decisiones que Louis les había otorgado acerca de su boda. A decir verdad, la idea de que Gemma y Niall participaran en la elección de las flores y el pastel había sido cosa de Harry, según el alfa Louis estaba demasiado estresado y necesitaba un respiro.

"Las rosas son demasiado clásicas" rebatió el otro tachando algo en el cuaderno que cargaba. "Demasiado delicadas para un alfa como Harry" Gemma rodó los ojos antes de tirarla a algún lugar de la habitación.

Bien, quizás no fuesen de gran ayuda después de todo, pero al menos ambos estaban entretenidos y eso daba margen a Louis para escabullirse a ver a Harry.

"Creo que iré a dar un paseo" anunció poniéndose en pie y tomando su capa de terciopelo rojo que descansaba sobre uno de los muebles. A pesar de que el invierno aún no había llegado, a altas horas de la mañana el frío arreciaba con fuerza. "Me vendría bien respirar un poco de aire fresco, Dios sabe cuándo fue la última vez que vi el sol" intentó bromear.

Niall negó suavemente, estirando los labios con el ceño fruncido y escribiendo algo de manera apresurada en la libreta antes de clavar sus orbes azules sobre Louis.

"El cartero llegará en unos minutos para recoger la invitaciones y aún queda muchísimo que hacer" su vista se deslizó sobre el calendario que desde el día del anuncio de su compromiso descansaba sobre la pared de su habitación "Queda menos de una semana para la boda, ya tendrás tiempo de pasear por el jardín después del evento"

Louis rodó los ojos hastiado y dejó de nuevo la pesada capa en su lugar, para finalmente volver a ocupar el asiento dónde había permanecido desde el amanecer.

"¿Amapolas?"

"¿Quién usa amapolas para una boda? Esto es una gran boda, no una boda de la zona sur"

Louis frunció el ceño, nunca pensó que elegir un tipo de flor y un sabor de pastel pudiese ser tan complicado; pero claro, nada era fácil cuándo se trataba de Niall y Gemma.

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora