MI DROGA

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"El cielo está muy bonito"

Harry asintió en silencio sin molestarse en separar los ojos del pequeño omega que se encontraba tendido sobre la pobre hierba del jardín que rodeaba la casa. Bajo la sombra del gran cerezo que había crecido con él, Louis garabateaba algo en una hoja de papel con el ceño levemente fruncido por la concentración.

El silencio se hizo entre ambos. Harry, incapaz de apartar los ojos de cada movimiento que realizaba el más pequeño, se sentó a una distancia prudente para no incomodarlo, pero lo suficientemente cerca como para no perder detalle.

Louis deslizaba hábilmente el lápiz por el improvisado lienzo creando marcas oscuras que comenzaban a cobrar sentido ante sus ojos. El alfa no pudo ignorar como atrapaba la punta de la legua entre sus dientes inconscientemente, y suspiraba frustrado ante lo que para sus ojos era una completa obra de arte.

"¿Vas a quedarte ahí mirándome?" Preguntó sin levantar la mirada de su cometido.

"No tengo nada mejor que hacer"

La mano de Louis frenó en seco antes de que sus ojos azules encarasen al alfa. Su mirada se sentía pesada sobre Harry, causándole una sensación desconocida en el estómago.

"Entonces, quizás podrías explicarme por qué sigo aquí encerrado" espetó, el tono hastiado era evidente. "Quizás podrías revelarme tus verdaderas intenciones"

"¿Qué?" La confusión y la sorpresa bañaron sus facciones.

"Quiero saber por qué me mantienes aquí encerrado"

"Yo... te salvé"

Una risa irónica por parte del omega heló a Harry, tensando todo su cuerpo. A pesar del repentino ataque de valentía, Harry podía reconocer un amargo olor a miedo emanando del ojigarzo.

"¿Me salvaste?¿Pretendes enserio que me crea eso?" Dejó la hoja de papel a un lado para enfrentarlo "Las personas como tú no hacen favores. Esto es Marmore, nadie hace favores"

"¿Las personas como yo? Louis yo no quiero hacerte nada, solo te estoy protegiendo" Balbuceó.

Louis negó con la cabeza.

"¿Me estás protegiendo encerrándome entre estas paredes? ¿Estás esperando al momento idóneo para cortarme la cabeza?" tragó audiblemente "Sé quién eres"

Con los ojos aún sobre él, sacó torpemente una hoja de papel arrugada del bolsillo trasero de sus pantalones y se la lanzó haciendo que esta impactase contra su hombro izquierdo.

De forma apresurada Harry tomó la bola de papel entre sus dedos y la desdobló con las manos temblorosas. Era una advertencia, alguien había estado en su casa y había dejado una advertencia mientras Louis se encontraba solo e indefenso. Su respiración se volvió errática y descompasada, sentía su sangre hervir y sus colmillos doler, alguien le había hecho daño a Louis y él no había estado ahí para cuidarlo.

Harry clavó la mirada de nuevo sobre el pequeño omega. Una daga se clavó en su corazón al captar como una brillante lágrima surcaba su mejilla. A pesar de la valentía y el descaro que emanaba, el omega se mostraba pequeño y desvalido ante sus ojos, estaba aterrorizado, podía sentirlo.

"¿Qué te han hecho? ¿Te han tocado?" Sonó más como un gruñido que como una pregunta.

Harry apretó sus puños a la vez que sus ojos escaneaban al moreno buscando alguna señal en su cuerpo que pudiera indicarle que habían abusado de él. Había visto tantas veces el modus operandi de esa clase de personas, que no le habría sorprendido encontrar alguna marca violácea sobre la bronceada tez del omega, pero no era así. Louis seguía completamente igual que lo había dejado en la mañana.

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora