La imagen de Gemma envuelta en lágrimas martilleaba en su cabeza. Apenas había podido hablar con su hermana antes de salir de aquel lugar al que hacía ya mucho tiempo que había dejado de llamar hogar. Todo lo que estaba pasando tenía un solo culpable, él, y lo peor era que la inocente omega de cabellos castaños y ojos almendrados tendría que pagar por sus estúpidas e inconscientes acciones. Le habían enseñado desde su nacimiento a no dejarse llevar por lo que su corazón dictase y Harry siempre había sido muy obediente con ello, pero ahí estaba ahora, 22 años después había vendido a su familia por el omega de ojos azules del cual apenas sabía algo más que el nombre.Sus temblorosas manos buscaron a tientas la llave que abría el portón de la maltrecha casa en la que llevaban escondiéndose desde el incidente en las grutas. Aún su cuerpo no se había recuperado de la charla que había mantenido con su padre apenas una hora antes.
" Mírate, eres exactamente igual que tu padre"
¿De verdad se había convertido en un monstruo igual a su progenitor? ¿Cuándo Harry había comenzado a herir a sus seres queridos?
Tragó las lágrimas que amenazaban por surcar sus mejillas antes de hacer ceder la cerradura. Después de todo lo que había pasado,lo ultimo que el rizado habría querido era inmiscuir a su amigo en otro de sus problemas, conociendo a Liam, hubiera dado la vida si fuera necesario por un tonto alfa como él.
La puerta se abrió de golpe debido al fuerte viento que azotaba furioso la ciudad como si fuera consciente de la guerra que se libraba en la cabeza de Harry. Liam permanecía sentado en una de las tres pequeñas sillas junto a la austera mesa de madera que a duras penas se mantenía erguida decorando la sala principal de aquella precaria construcción. Entre sus manos Harry pudo reconocer el título de uno de los libros favoritos del alfa, había visto a Liam leerlo tantas veces que casi le daba curiosidad saber del origen de aquella inocente obsesión, pero jamás le había preguntado, Liam solía ser muy reservado con sus cosas y era mejor esperar a que el castaño hablase por iniciativa propia.
"Al fin llegas" dejó el libro sobre la superficie astillosa. "He intentado alimentar a ese desagradecido, pero solo se ha dedicado a lloriquear"
La mirada de Liam viajó hasta una de las esquinas de la estancia donde reposaban una triste jarra de leche y un pedazo de pan duro envuelto en un pañuelo. Liam hizo una mueca de disculpa al ver como el alfa apretó los dientes ante aquella imagen.
"He recorrido toda la ciudad, pero es lo único que he podido conseguir. Aquí es imposible encontrar algo decente ¡Casi tengo que pelear con una señora por esto!"
"Lo sé"
Las esmeraldas del rizado volvieron a clavarse sobre su amigo, desde aquel lugar podía escuchar la respiración lenta y acompasada del omega tras la puerta, y eso por alguna razón relajó todo su cuerpo como si fuera una nana.
"Se quedó dormido hará unos minutos" explicó ante la mirada interrogante de Harry. "Ha estado llorando desde que te fuiste"
Harry sintió como su corazón daba un vuelco solo de pensar en las amargas lágrimas recorriendo el bello rostro de esa criaturita, aún no sabía como ni por qué el destino los había unido, pero ese chico le hacía sentir cosas que jamás había pensado poder sentir, cosas que lo asustaban y lo embriagaban a partes iguales. Pero el omega iba a desaparecer, debía desaparecer para poder salvar a Gemma, aunque eso supusiera romper su recién estrenado corazón en trocitos.
Levantó la mirada al sentir los impacientes ojos de Liam sobre su cuerpo. El castaño lo miraba ya en pie con el ceño ligeramente fruncido y los labios presionados uno contra el otro como si le asustara dejar salir las palabras de su boca.
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PECADOS CAPITALES
FanfictionBienvenido a Marmore, acaba usted de pasar la frontera del infierno. Esperamos que su estancia sea satisfactoriaria y cumpla con sus expectativas. Le recordamos que está completamente prohibido el paso de los habitantes de la zona sur a la zona nort...