ELOCUENCIA

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Si Harry pudiera definirse a sí mismo en una palabra definitivamente sería impulsivo.

"Cómo sigan saliendo esas estupideces de tu boca ordenaré que corten tu cabeza" vociferó sintiendo como desgarraba su garganta, todos los ojos puesto sobre él. Sentía su rostro arder de ira mientras apretaba con fuerza la madera de su escritorio haciéndola crujir, no iba a aguantar que ningún asqueroso ser de aquella sala dijese tales barbaries, realmente no pensaba dejar que nadie tuviese la desfachatez de pronunciar el nombre de Louis en su presencia.

Desde el fondo del despacho Liam lo miraba tras sus gafas de pasta negra, negando lentamente con la cabeza mientras apuntaba los temas tratados en el día sin ni siquiera prestar atención. Su amigo se había encargado de repetirle aquella mañana al menos cien veces como debía comportarse, y Harry sabía que con aquella reacción había roto como cincuenta de las normas que Liam le había recitado de memoria pero, ¿qué esperaba que hiciera? Dejar a aquel bastardo mancillando el nombre de su omega no era una opción.

"Creo que deberíamos relajarnos" la profunda y serena voz de Liam hizo que todos los murmullos cesasen de inmediato, dejando que el silencio tomase su lugar entre aquellos ceños fruncidos. El castaño se puso en pie dejando su cuaderno y las gafas sobre la silla; y andando por el estrecho pasillo entre las sillas se posicionó junto a Harry. "Llevamos aquí casi dos horas y no hemos arreglado nada. Debemos pensar con la cabeza y dejar de comportarnos como animales" Harry frunció el ceño al sentir la mirada de su amigo sobre él.

"Debe cumplir con su lugar. Si quiere quedarse tiene que aceptar las consecuencias, ese omega debe aceptar su futuro"

Harry rodó los ojos al ver como a su alrededor varios hombres asentían en silencio con la cabeza mostrando su apoyo a las palabras de Conall Cloridge; el casi centenario Conall Cloridge, más conocido por los presentes como "El lobo" o como Harry lo conocía "Tío Conall". Murmullos nerviosos inundaron la estancia haciendo que los nervios de Harry comenzaran a llegar a su límite.

Tras unos segundos dónde los susurros cada vez se hicieron más audibles y los secretos pasaron a ser gritos, Harry miró a Liam buscando un poco de apoyo, sin embargo el alfa permanecía en silencio con la mirada perdida en algún lugar de la habitación, frotando con su pulgar la castaña barba que crecía en su mentón y que comenzaba, descuidada, a perderse en su cuello.

Harry no tenía que ser muy listo para adivinar lo que su amigo pensaba; al fin y al cabo Liam era lo que era y su trabajo no consistía en apoyarlo, sino en velar por los intereses del Consejo, y por tanto de la Casa Styles.

"¿Enserio pensáis que sería buena idea? Louis solo tiene cuatro anillos de los nueve que necesita para formalizar el compromiso. Si nos apresuramos podríamos crear una imagen que nos delate por completo, una marca en su cuello aún cuándo el cortejo no ha finalizado podría demostrar nuestras cartas antes de tiempo; lo último que deberíamos hacer es que Marmore nos vea como una institución inestable"

Harry no pudo evitar dejar escapar el aire de sus pulmones aliviado al escuchar las palabras de Zayn, y más aún cuándo una gran parte de la sala asintió tras su pequeño discurso. Era una realidad que Louis solo tenía cuatro anillos aún, y por lo tanto  sería una ofensa para él ser marcado antes de completar el cortejo, al igual que Harry podría ser tachado como un mal alfa.

El revuelo volvió a formarse, obligando a Liam a alzar la voz para que los asistentes volvieran a centrarse en lo que acontecía y no en cotillear como colegiales.

"El señor Hardford vendrá en un par de días y necesitamos un plan de actuación, ese viejo lleva intentando hacerse con los negocios de Styles en las lindes del terreno de Marmore desde hace varios años y no dudará ni por un segundo en atacar si ve un punto débil" Liam paseó la mirada por todos los presentes con total detenimiento, tomándose unos segundos para clavar sus ojos sobre la mirada de cada alfa que componía el Consejo; como si intentara ver más allá de lo etéreo. "Necesitamos un frente unido, y de poco servirá una marca en el cuello del consorte si ni siquiera podemos tomar una decisión entre nosotros de forma pacífica. Con Hardford aquí no podemos permitirnos ningún tipo de error"

PECADOS CAPITALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora