Tuve un accidente fatal, o eso me dijeron. Avanzaban por un pasillo blanco lleno de luces, entre ellos solo pude disipar a dos de ellos, un chico y una chica que no paraban de moverse rápidamente, la chica sujetaba una bolsa entre sus manos, bolsa, que llegaba hasta mi brazo. El chico por su parte corría y corría sin parar. Se que alguien me hablaba, pero no podía saber quién era, no reconocía su voz mucho menos su cara.
-Dos miligramos de Paracetamol, pondremos morfina total, tiene el cuerpo fatal.
Y tras aquello no volví a escuchar nada más que silencio, es más aterrador silencio que jamás había sentido. Y el fin de las luces para consumir me en una oscuridad que penetraba más de lo que hubiera querido.
Nunca había pensado como era estar en coma hasta en este momento, de alguna forma el cuerpo lo sabe y trabaja duramente por mantenerte sano o lo mejor posible, trabaja en tu mente recordándote pequeñas imágenes que te hicieron feliz o que tienes por un breve anhelo. Notaba que más de una vez me acariciaba las manos, me limpiaban y colocaban las nuevas vías, aún sin saberlo, sin poder verlo, sabía lo que hacían.
Irónicamente se dedicaban a limpiar mis dientes, e incluso limpiaban las zonas más íntimas que si hubiese estado despierta podría haber echo algo con eso, pero en este caso, solo podía... Dejarme rezar porque terminarán cuánto antes.
Escuche la puerta y el pequeño golpe que dio tras cerrarla, un pequeño silencio se hizo con la habitación hasta que pude notar como el colchón débilmente descendía. -Necesito que despiertes.
Susurro. Acariciando mis manos y entrelazando las suyas. "Leinsa" por más que intentaba cerrar la mano era una tarea que se hacía imposible, mi cuerpo... Simplemente no podía.
-No sabes cuánto te echo de menos.
Beso mis labios con una delicadeza sublime, y por alguna razón mi cuerpo ahi sí que reaccionó, escuchaba como la máquina iba a mil por hora dictando los latidos de mi corazón. "Pensaba que estabas dormido"
-¡Enfermera!
Y nuevamente manos que no conocía tocaban mi cuerpo de arriba a bajo, buscaban el porqué del estado de los pálpitos, hasta que Leinsa volvió a tocar mi manos derecha y este volvió a dispararse.
-Vaya parece que la causante es usted.
-¿Yo? No, no lo creo, estará soñando... Solo quiero que despierte.
Una breve conversación que llevo a los enfermeros a suspirar, costosa mente y cansada mente, como si hubieran intentado todo lo posible y no sirviera de nada.
-Mañana intentaremos despertarla, si no funciona habrá que esperar.
Se que mis padres habían venido, les escuchaba discutir en el pasillo, como mi padre tocaba las narices a mí madre y como mi madre simplemente le insultaba o le decía que tenía cosas más importantes de las que ocuparse, de mi.
Dos semanas después me despertaron, al principio fue casi una desesperación tenía un tuvo metido en la garganta, instintivamente intenté quitármelo, pero, las manos de mi madre ma pararon.
-No, no debes, te destrozaras la garganta, tranquila, respira con tranquilidad. -Mi madres es enfermera así que sabía bien cómo manejar la situación. -Mira ella es Sarah tú enfermera y el es Mike tu tcae, van a quitarte el tuvo, tú relájate, y para ayudarles ve tosiendo. ¿Vale?
Asentí a mí madre. Tanto Sara cómo Mike agradecieron a mi madre que me relajara, y sobretodo que me diera instrucciones para que ellos pudieran ir quitando el tubo. Ellos iban tirando, y yo iba tosiendo poco a poco tal y como dijo mamá. Mi madre mientras me daba ánimos, e iba comentando que faltaba poco.
Dos minutos y el tubo estuvo fuera, dolió, fue horrible la peor sensación del mundo, me entraron ganas de vomitar, pero me contraje en una pequeña bola para no hacerlo.
-¿Como estás princesa? -Entonces me tense mi cuerpo se quedó rígido, al verla, al sentir su mano sobre la mía, y que mis padres estaban ahí...
La máquina empezó a pitar muy rápido tanto que mi madre comenzó a reírse mientras que mi padre llamaba a la enfermera, Leinsa se asustó soltando mi mano con delicadeza.
-¿Que ocurre? -Sarah me miró un momento topándose con unos mofletes que estaban intensamente rojos. -Jajajaja vaya sí que eres vergonzosa. -Acompañaba a mí madre riéndose de mi ambas.
-No lo entiendo... -Expreso Leinsa.
-Le da vergüenza que conozcas a sus padres jajajajajaja. -Entonces Leinsa me miró un momento yo, cerré los ojos dandome la vuelta.
-¿Es eso pequeña? -Asintí.
Y empezó reírse también, aunque un poco avergonzada, creo que hasta ahora no se había dado cuenta de que estaba delante de mis padres acariciándome, sujetándome la mano derecha etc.
Mis padres empezaron a contarle anécdotas de cuando era pequeña, mientras que yo, cenaba gustosamente mi puré de patata con salchichas que nada tenia sabor, estaba asqueroso, pero era lo que había.
-Se pequeña hablaba con todo el mundo, enserio te dabas la vuelta y estaba hablando con un señor una señora le daba igual con quién. -Leinsa a veces me regalaba una sonrisa.
-Entonces no ha cambiado mucho.
-La verdad es que no. -Dijo mi padre bebiendo coca cola.
Mis padres se fueron, mi madre a mi casa que Leinsa se ofreció a llevarla, pero se negó, argumento que yo le necesitaba más. Mi padre por su parte se fue aún hotel.
-Estamos solas. -Pegue dos toques a la cama para que se tumbara conmigo, cosa a la que accedió con mucho cuidado. -¿Como te encuentras?
-Algo mejor. -mi voz sonaba tranquila.
-He dormido contigo todos los días. -Me extrañe. -En ese sofá... No quería molestarte ni hacerte daño así que dormí ahí.
Cogí el cuello de su camisa y la atraje a mí lo más que pude. -Duerme conmigo. -Y la bese. En todo ese proceso de coma, me di cuenta de muchas cosas, mientras mi cuerpo trabajaba por mantenerse vivo mi mente viajaba por muchos recuerdos, y los que más anhelaba eran los de ella, me había echo feliz muchas veces, pero lo mejor era lo que sentía cuando estábamos juntas, y era la necesidad de tenerla más cerca.
-¿Quien podría negarse ante un argumento tan convincente? -Se quito la ropa, estaba preciosa en ropa interior, babeaba casi literal. Se quedó en culot con una camiseta y se metió conmigo teniendo mucho cuidado de las vías.
-Te quiero... -Dije besando su frente...
ESTÁS LEYENDO
"A mis 25... una, ¿profe?"
RandomA ver si, puede que no te ha lógica, puede que incluso sea un tanto estante entender la situación. Pero si, a mis 25 añazos ya cumplidos desde octubre, obtengo la afortunada respuesta del universo, ese que por alguna razón está en mi contra, contand...