Solo sentir sus labios fue suficiente.
Por más que la llamaba, los pitidos sonaban hasta llegar al contestador. La había dejado mil mensajes y parecían no ser suficientes para que mi joven empleada cogiera el teléfono, una señal de vida habría sido más que suficiente.
Flasback.
La pequeña... Su cercanía me pilló por sorpresa y más aún tener que taparme por no recordar que mi pecho estaba al aire ha vista de todos. Aún con mi vergüenza sujeta entre mis manos y apoyadas contra la toalla, la pequeña fue una gran sorpresa, sus pómulos estaban completamente rojos, se mordía el labio inferior mirando hacia algún lado que no fuera en mi dirección y movía los dedos levemente con cierto nerviosismo.
Acaricie la palma de su mano demostrando la que no pasaba nada, total ya me había visto y no había ningún cambio posible en tan poco tiempo.
-Lo siento, pensé que te gustaría que te sorprendiera. -Estaba apagada como si miles de ideas se le estuvieran pasando por la cabeza.
Me levanté y me senté tras ella, apoyando su cuerpo contra mi pecho. -Me a gustado mi princesa. -Susurró.
Cada vez que la llamaba así, su cuerpo se tensaba, solo había que mirar su mandíbula como casi en segundos los músculos se hacían más visibles. Sabía que aquella palabra significaba mucho para ella. Un recuerdo que no tenia intención de borrarla.
Bese el hombro en el que se había quemado. -Deberias cuidarte más la piel, intentar no quemarte.
-No ha sido por gusto Leinsa. -Mi princesa aún con todo lo que demostraba y demás seguía llamandome por mi nombre. -Ademas ya me han echado crema. -Se levantó tendiendome la mano.
-Se que no ha sido por gusto, pero tienes que cuidarte mejor, princesa, si no... Deja que lo haga yo. -Sentencie observando en su rostro, de nuevo, la tensa mandíbula.
Pero de alguna forma sí que demostraba que no quería apartarse de mi, de hecho se tumbaba encima mia, o apoyaba la cabeza en mis piernas, mientras la acariciaba, la besaba y aunque los otros compañeros estaban con nosotras, esa importancia que tenía al principio de que no, nos vieran, se había disipado. Disfrutaba de ella.
-¿Sabes? creo que me tienes muy arriba por ser tú jefa, tienes que relajarte nunca te voy a juzgar ni a tratar mal, al contrario.
-Lo se. -Me beso. -Es solo que eres más mayor que yo, de ahí mi respeto.
"Debo protegerla y hacerla ver qué es algo más." Cada palabra se repite en mi cabeza. Al igual que su sonrisa la cual me embona.
Lo que me hace pensar y no entender cómo fueron capaces de hacerla tanto daño, es una persona que da demasiado por los demás, que quiere de verdad y ama de una forma que nadie consigue.
-Princesa quiero hablar algo contigo. -Las lleve conmigo a un lugar apartado.
Las olas golpeaban las rocas, y el sol levemente comenzaba a esconderse poco a poco. La sente delante de mí apoyándola contra mi pecho, agarre sus manos, y abrace su cuerpo.
Mi pequeña me dedicaba pequeños besos en las manos y en los brazos, y si no fuera por las ideas que me rondaban la cabeza, hubiera grabado esta imagen para siempre.
-Mi vida quiero decirte algo. -Llame su atención lo suficiente como para que girara su cuerpo hasta estar de frente. -Veras, sé que soy mayor que tú. Se que crees que me debes un respeto por ser tú jefa y tú formadora, pero Ann... -Clave mis ojos en los suyos. -Estoy enamorada de ti, y quiero pasar más tiempo contigo, no quiero que te vayas ni desaparezcas, quiero que estés conmigo.
Fin del flasback
Tras aquella conversación no volví a verla, literalmente desapareció, volvió a Madrid por un tiempo.
Empezando de cero era lógica su decisión ya que la empresa cerro, todos los comercios cerraron por el ataque de algo que desconocíamos, pero que empezaba a alarmar a las ciudades metropolitanas.
Por ende mi princesa se marchó, sin decir adiós únicamente a Jonash y Tati, quienes fueron los únicos en saber de ella, fueron los únicos con los que se comunicaba continuamente. Incluso en las reuniones mi pequeña permanecía con la cámara apagada, solo contestaba breves respuestas que no, nos decían nada. No nos aclaraban absolutamente nada.
Intente llamarla casi cada día, pero no obtenía ninguna contestación, ni un mensaje, nada. Y incluso en este punto, conociéndome habría desistido y mirado para otro lado solo por no tener que estar detrás. Pero, por alguna extraña razón no lo hice, quizás fueron las palabras de Tati antes de marcharnos.
"Recuerda que ella no es fácil, pero merece la pena, tanto esperar como enamorarla, créeme la conozco muy bien."
Y tenía razón total se habían hecho súper amigas, y eso que al principio se odiaban, se echaban miradas de odio que luego Tati explicó. "Siempre miro así a las chicas por qué la mayoría son unas hijas de..." Además que la chavala era argentina al igual que Jonash, y, ya se sabe, sangre caliente.
Al final se hicieron súper amigas, se contaban todo, de hecho confíe mucho en Tati, cada cosa que le contaba esperaba que llegara a Ann de alguna forma u otra, y por supuesto toda la información llegaba, a excepción de los detalles que mi corazón pedía a gritos, gritar. Esos detalles Tati, los descartaba por completo. Reconozco que al principio me lo tomé mal, no me gustaba que Tati se dejará detalles, pero luego con el tiempo la entendí. Ann no estaba para eso, Ann necesitaba saber de la empresa y punto, yo, era secundaria en este momento y Tati me lo hizo saber a base de hablar mucho de Ann y conocer cosas que la pelirroja se guardaba por respeto a su amiga.
-Bueno Leinsa yo la daría tiempo, y sobretodo esperaría, a las malas tiene que volver. -Hablabamos todos los días.
-Se que tiene que volver, pero no quiero que vuelva en plan... Obligada. -Y cada vez me abría más a ella. Tati había conseguido destruir algunas barreras.
-Lo se y créeme no lo hará si tiene que seguir ignorando te, lo hará... No te creas que por el hecho de ser su jefa te va a lamer los pies. -Reimos ambas.
-No lo quiero ni lo espero. -Dije segura.
Después de esa conversación ambas colgamos, me deseo buenas noches, e igual por mi parte.
Una vez me duche y me metí en la cama observé el teléfono, la foto de mi pequeña en la playa, sonriente, con el pelo mojada, sin separarse de mi. En otra foto jugando con Tati. Y en otra jugando con su perro. Eran preciosas por qué en todas tenía esa mirada iluminada que nos hacía revivir a todos.
"Te hecho de menos pequeña."
Cada pensamiento que me venía a la cabeza era cada vez más confuso, por una parte sabía que no debía llamarla ni decirla nada, total tampoco era quien, pero por otra me moría por escuchar su voz.
Es lo que tiene querer a alguien.
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"A mis 25... una, ¿profe?"
SonstigesA ver si, puede que no te ha lógica, puede que incluso sea un tanto estante entender la situación. Pero si, a mis 25 añazos ya cumplidos desde octubre, obtengo la afortunada respuesta del universo, ese que por alguna razón está en mi contra, contand...