"no me importa su vida."

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1- Feliz año nuevo ! Que todas vuestras metas se cumplan, y deseos ! :)

2- Quiero decir que ojalá os este gustando la historia ya que la escribo con todo el cariño del mundo.

3- Quiero saber vuestras opiniones, que os parecen los personajes... Etc..

4- Que espero que comience un año en el que no tengáis que estar lejos ni separados de vuestras familias, porque como la familia nada.

5- Muchas gracias por vuestros votos y por compartir !! ♥️♥️

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La verdad no me imagino lo que pudo ser esas palabras en mis padres, en Leinsa, incluso en Mike y Sarah, soy joven, y si no daba señales de vida, me quitarían la mía como si no significará nada.

Todos los días notaba las manos de Leinsa junto a las mías, las acariciaba, de vez en cuando apretaba un poco mientras decís algo que no puedo descifrar, hablaba en catalán, aún sabiendo traducirlo fácilmente, en este estado apenas le entendía.

-Voy a cambiar las vías. -Es lo unico que pude apreciar en un susurro ahogado por parte de Sarah.

No entendía porque a mi cuerpo le costaba tanto estar al 100%, ni siquiera entendía que provocó otra vez el coma, me sentía bien, y con fuerzas, pero al parecer mi cuerpo era otra historia, internamente lo más probable es que estuviera en las últimas.

-¿Crees que mañana?

-Quizas, ojalá Leinsa.

Creo que mis padres se habían ido, no sentía que estuvieran cerca, tampoco les oía, solo apreciaba el perfume de Leinsa por toda la habitación.

No entendía nada... Tan derepente... mi sistema fallando vete a saber porque, y el otro diciendo que posiblemente tendría que desconectarme ¿Se puede saber cuánto llevo así? ¿Tanto?

Los días pasaban y yo no despertaba, todo mi alrededor se acentuaba en una simple esperanza. Esperanza que se disipaba al ver las pruebas.

-Su cerebro está... Dañado en varios puntos.

"Perfecto"

-¿Pero tiene cura no? Me refiero... ¿Podrá despertar?

-Eso intentamos Leinsa...

Tras aquello no volví a escuchar nada más, solo música, televisión, alguna que otra conversación que tuvieron mis padres y poco más. Para ser sincera jamás pensé acabar así, me refiero viene a Barcelona por amor, me salió como peor que mal, conocí a Leinsa, mi vida comenzó a mejorar, ella era parte de mi vida de una forma especial, pero, nunca supe apreciarlo, tenía tanto miedo... Una mujer como ella, fría y calculadora, pero que conmigo se abría de una forma que no hacía con nadie, siendo la persona más buena del mundo, protectora, cuidadosa, amable.

No se, quizás debí hacer todo de otra forma, quizás debí compartir más con ella, y dedicarme menos a pensar, al si y al no, simplemente dejarme llevar, total la quería, era cierto, la quería muchísimo, pero yo misma me engañaba, me habían hecho tanto daño, aunque no es excusa, realmente no tengo excusa.

(...)

Comencé a escuchar el sonido del agua tibia que empapaba mi piel, poco a poco y delicadamente la esponja formaba pequeñas gotas que se resbalaban por mis brazos, notaba el sol calentando mi cara, al igual que notaba la brisa caliente del aire acondicionado. Estaba agusto muy agusto, era como volver a casa.

Aquella canción sonaba en silencio, solo el agua tibia era protagonista del sonido acústico de la guitarra.

Mis ojos comenzaron a acostumbrarse a la luz que entraba gustosa por las cristaleras. Bosteze débilmente estirando un poco mis brazos, provocando que algunas gotas que descansaban en mis brazos, cayeran en mi cara, me reí, aquello me hizo sentir viva, renacer.

-Esta despierta. -Escuche. Me di la vuelta observando las vías, había tres, una de suero, otra de sangre y la otra imagino que sería morfina, o algún medicamento para el dolor.

-¿Como te encuentras? -Sarah estaba pálida, casi no pudo pronunciar aquellas palabras. Quieta y esperando respuesta mantenía la esponja en sus manos empapándose el brazo izquierdo por las gotas.

La observé un momento y le regale una sonrisa. -Bien, la verdad es que me siento muy bien. -Me estire de nuevo.

Sarah asintió bajo la atenta mirada de mis padres quienes enseguida se lanzaron a darme besos y caricias.

Leinsa, se mantenía dormida en una silla junto a mi, echa bolita bajo una manta, y sujetándome la mano derecha, sonreí, estaba preciosa. -No sea separado ni un solo segundo. -Susurro Sarah. -Es increíble la fortaleza que tiene, que tenéis. -Se corrigió. -Juntas sois increíbles. Y eso que sea pasado las noches llorando, pero cada mañana se limpiaba la cara, se maquillaba y peinaba para estar perfecta para ti.

-Para mi siempre lo está. -Acaricie la mano que tenía sobre la mía. -¿Nos dejáis un momento a solas?

Sara y mis padres asintieron. Le saltó tiempo para dejarnos solas, creo que no se lo pensado, simplemente se fueron.

-Leinsa cariño. -Susurre acariciando sus labios, ella limitó un leve "mmmm ?" -Mi vida. -Acaricie la pecas de su nariz. Bostezo débil echándose hacia el otro, pero sin soltarme. -Leinsa mi vida. -Bese su mejilla.

-¿Que pasa? -Dijo al vacío.

-Que te quiero. -Entonces vi como su figura se daba la vuelta con mucha lentitud, cuando sus ojos se clavaron en los míos se llenaron de lágrimas, y sin pensarlo dos veces saltó sobre mis brazos abrazándome y dándome besos en la mejilla y en la cabeza.

-Yo también te quiero, te he echado tanto de menos. -Su voz sonaba algo rota. -Te quiero Ann te quiero muchísimo.

Beso mis labios con pasión y ganas pero también como si los hubiera olvidado, extrañado o lo que sea. Estaba en mis labios besandome dulce y nerviosa, mientras sus lágrimas no dejaban de caer.

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"A mis 25... una, ¿profe?" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora