La observaba tras el espejo. Tenía la mirada viva, sus ojos ardían, estaban completamente iluminados, deseosos mientras que su respiración se alteraba.
Apoye mi mano en su pecho y la atraje a mí hasta que su cuerpo sintió el mío, acaricie su nuca echando hacia atrás su cabeza, y bajo su atenta mirada... Mordí su cuello acariciando con mi lengua hasta llegar al lóbulo de su oreja. Un gemido ahogado salió de su garganta.
Con la mano libre atraje su cadera lo más que pude, hasta que sus piernas temblaron débilmente. -Eres preciosa. -Susurro jugando con su cuello, acariciando sus piernas y dejando que mi respiración se contagiae de la suya.
-Deje se jugar señorita. -Muerde mi labio inferior agarrando con fuerza mis manos.
-Estas en mis manos Leinsa. -Susurro mordiendo lóbulo de su oreja.
Un gemido sale de sus labios, un gemido que me lleva a la colera, mi cordura se disipa, se detiene, y me convierto en una leona apunto de estallar. Aún sigue de espaldas a mí por lo que apoyo su pecho contra la mesa, ella se queda sorprendida aunque un poco asustada, porque no sabe que voy a hacer. Acarició su espalda, hasta llegar a sus caderas y con mucha delicadeza le bajó el culot, veo su rostro reflejado en ese espejo, está agitada, deseosa por saber mis movimientos. Cuando el culot llega al suelo le doy la vuelta bruscamente, arrodillada ante ella, levantó sus piernas y las apoyo en mis hombros,y comienzo a acercarme.
-No Ann, mi vida eso no, para porfavor... -Suplica levantando mi mentón. -No me gusta que hagas eso mi vida, no lo necesito. -Sonrie.
-Pero te gusta.
-Si, pero no quiero que tú lo hagas mi vida, sube. -Pero no escucho cojo sus manos contra la mesa y empiezo a lamer todo lo que me encuentro, ella al principio se resiste he intenta zafarse de mi agarre, pero en esta postura y jugando con la lengua tengo más fuerza.
Leinsa gime, y gime tan fuerte que pienso que nos van a escuchar, así que suelto una de sus manos y se la llevó a la boca. Ella lame mis dedos, los muerde, juega con ellos sobre sus labios, y siento que no puedo más por el placer que me está provocando. Siento que si sigue, llegaré ahí mismo.
Intensificó los movimientos, más rápidos y más fuertes, noto como se empapa, noto como se contrae, y sobretodo como intenta controlar sus manos para no agarrarme y hacerme daño.
-Quita la boca. -Grita, pero niego moviendo más rápido mi lengua. -Ann... Quitala... -Vuelvo a negar.
Su cuerpo se contrae, su espalda acaba pegada en la mesa, las venas de su cuello se hinchan y un gemido ahogado pero poco silencioso penetra en la habitación, mientras que en mis labios acaba toda ella.
Me he levantado y la estoy mirando, está preciosa, su pecho sube y baja con rapidez. Beso su mejilla y ella al instante me agarra apoyándome en su pecho, acarició sus brazos y su vientre para que su respiración se vaya relajando.
Entonces me sonríe, la sonrisa más bonita del mundo me la dedica a mí, me acerca con sus piernas dejándome entre ellas, levanta un poco su cuerpo y me besa como si no hubiera un mañana, como si mis labios fueran a desaparecer.
-Te quiero. -Susurra y yo sonrió. Realmente está mujer es una diosa caída del Olimpo.
En mitad de esos besos tan apasionados, siento que algo va mal, algo no funciona bien mi cuerpo, mis manos comienzan a temblar, y me duele un montón la cabeza, es como si me fuese a estallar.
Se que me he desmayado he notado el duro golpe contra el suelo, también el agarre de Leinsa porque no me cayera, en vano, aún sus piernas no respondían bien, sé que probablemente me habrán vuelto a conectar todas esas vías y que posiblemente me vaya roto una costilla, pues el costado, ahora, me duele más que antes.
(...)
Noche y más noche es lo único que veo, es lo que único que hay en este tránsito tan desesperado. No soy dueña de él y es lo que más me molestan por qué en el fondo se perfectamente que si salgo de esta tendré que agradecer a muchos, es algo que no quiero hacer, no me apetece, no es mi devoción. Por otra parte aún siento a Leinsa cerca, más bien su perfume, el cual sea intensificado en la habitación. Se que ha llorado he notado sus lágrimas y sus súplicas.
Mis padres han vuelto a discutir, Leinsa intenta quedarse al margen, la conozco y sé perfectamente que se muerde la lengua. Uno quiere irse el otro quiere más por su parte, y así están, posiblemente Leinsa este pensando que se vayan los dos. O quizás quien es mejor y quién peor.
Sarah viene casi todos los días, su olor la delata, frutas. Su voz también, siempre me habla y me dice que soy muy joven, que tengo que ponerme bien sea como sea, también habla con Leinsa, le da ánimos.
-Tengo que darles una noticia... Su hija lleva un mes en coma, si no despierta... Tendremos que... Desconectarla. -Aquello enfada a mi madre y a Leinsa, mi madre critica que haya ancianos por los que se lucha mucho más que por jóvenes que están en la flor de la vida.
Leinsa le echa en cara que en una de las habitaciones hay una señora de 60 años que lleva dos años en coma y que ni han pensando en desenchufarla, el médico simplemente dice... "Es lo que hay"
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"A mis 25... una, ¿profe?"
RandomA ver si, puede que no te ha lógica, puede que incluso sea un tanto estante entender la situación. Pero si, a mis 25 añazos ya cumplidos desde octubre, obtengo la afortunada respuesta del universo, ese que por alguna razón está en mi contra, contand...