"Juan"

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Los días posteriores fueron muy intenso, por mi parte estaba muy cabreada, mis padres querían que bajara a mis tierras, mientras que en el curro la situación cada vez se ponía más difícil, y para más inri y como siempre me vino algo que añadir a la mochila que ya llevaba de carga.

-Mira Juan soy lesbiana, entiendo lo que me dices pero me gustan las mujeres y aún con ellas soy muy muy especialita. -

-Ya Ann... Pero, me gusta como me miras, me miras con deseo con ganas. -Juan se acercaba, mientras mi mente dibujaba la salida perfecta.

-Juan no, no me gustas de esa forma, te miro así como a todos. -Intentaba sonar lo más tajante posible.

-Me gustas. -Fue lo último que conseguí escuchar antes de que sus labios chocarán contra los míos.

Le empuje débilmente intentando mantenerle lo más lejos posible, pero el insistía presionando hacia delante. En un acto reflejo conseguí separarme de él y mantenerle en una leve distancia, acercándome con precaución hacia la puerta. Entonces un olor conocido me embriagó y me tenso a la vez.

Choque contra el pecho de Leinsa, y mi mente directamente fue a buscarla, al girar la cara me encontré con su mirada la cual estaba llena de incredulidad, a la vez que de enfado.

Suspiró pasando por mi lado sin tocarme, miro a Juan quien se apoyaba en la mesa con una sonrisa de satisfacción. Paró sus pasos un momento y giró en nuestra dirección.

-Te ha dicho que no Juan. -Intento sonar tranquila.

-Ya pero tampoco es que se haya resistido mucho. -

Leinsa viajo por mi mirada cabizbaja y sin ganas, suspiré costosa mente adelantando los pasos hacia la puerta, dedique un leve "adiós" y salí de allí.

Estaba triste y cansada, en las dos hora siguientes Leinsa apenas me miraba o me dirigía a la palabra simplemente pasaba de mí como si no existiera.

-Ahora cuando termines baja por favor, quiero hablar contigo del examen. -

En sus palabras se notaba el enfado, además del dolor que sentía por tal traición, así es como ella lo veía, tampoco había escuchado mi historia, y tampoco es que estuviera por la labor.

-¿Que la hiciste? -Dijo Tati tocándome el hombro.

-Juan me ha besado.

-¡¿QUE?! ¿COMO MIERDAS LE DEJASTE?

-No le dejé Tati, Leinsa lo interpretó mal, escucho mí no, pero no quiere escuchar todo...

-La cagaste. -

"Gracias Tati por obviar" no conteste. Me limité a levantarme para ir hacia las escaleras principales y perderme entre el mundo, aunque ya tenía tareas pendientes, la principal, Leinsa quería hablar conmigo.

Di dos toques a la puerta que obtuvieron un breve respuesta "adelante" al entrar, Leinsa permanecía en su despacho sentada y con papeles en mano mientras observaba el portátil.

Una vez terminó dirigió la vista a los papeles... El tiempo pasaba le to de hecho te iba un reloj puesto en la pared en el que se podía apreciar el leve "tick tack" que aumentaba la tensión del despacho.

-Vale, perdona por hacerte esperar. -Dejó los papeles pero si vista seguìa en ellos. -Te he llamado por qué has suspendido el examen. -Seguía sin mirarme. -Quiero saber que ha podido ocurrir, entiendo que ciertas cosas no las sepas, entiendo que ciertos productos sete escapen, pero... Sacar un 22 de 50 está fatal, peor, que mal Ann. -Trague intentando encontrar las palabras adecuadas pero nada salía de mis labios. -O te centras, o, sinceramente tendré que tomar medidas que no quiero tomar.

"A mis 25... una, ¿profe?" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora