"Quizás algo nuevo, quizás no. Part. 1."

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Lo primero que hice en cuanto llegue a mi entorno, fue describir una leve teoría que se conspiraba en mi cabeza, entre imágenes y recuerdos, describían una historia que tras detallarla en papel quizás me daría unas directrices más concretas de aquello que tanto me agobiaba, entre otras cosas Leinsa.

Ella. No me agobiaba en si. Lo admito, siempre estaba atenta a mí, pendiente, protegiendo, cuidando. El problema seguía en mi interior, no sabía cómo cuidar eso que teníamos. Al igual que no sabía hasta donde sería capaz de llegar.

En primer lugar era mi jefa, en segundo lugar de alguna forma u otra los compañeros se habían dado cuenta, quizás no todos, pero entre ellos estaba Jonash qué día tras día me machacada con whatshaps. Tati, otra compañera, se mantenía al margen, y aunque a veces me dedicaba alguna mirada, la típica de mira ahí está. Era más cuidadosa.

El segundo punto, ya venía conmigo, con mi interior, estar enamorada de alguien que venía y se iba de la misma manera, pero ni siquiera era capaz de engañar a mí subsconciente, puesto que incluso en casa de mi madre, dos noches que me quedé, soñé con ella. Lo curioso, era lo que sentía en esos sueños, por qué encierta forma apenas se la veía la cara.

Curioso. Sentir que ella está ahí.

Que ese abrazo es solo suyo por como te sientes.

"Se que tendré que vivir con ello, pero... ¿Sabré hacerlo? Me refiero; por el resto de mi vida querré a alguien a quien tuve, a quien di todo lo que tenía dentro de mí y ni conocía. Ella, también me lo dió todo, por circunstancias de la vida se fue a la mierda. Y ahora... Viviré con ello."

Por último. "Ni siquiera sé si quedarme en Barcelona es lo mejor."

Jonash: os venís para la playa boluda ?

Pero, aún con todo ese cacao mental que tenía en la cabeza... Jonash conseguía apartarme un poco del tema.

Ann: Okey nen nos vemos allí.

Cogí el biquini, la toalla, las chanclas... Todo lo necesario para meterlo en la mochila y largarme cuanto antes, aún teniendo en cuenta que eran las doce de la mañana, siempre, el agua de allí estaba helada, y contra más tarde fuera menos podría bañarme.

Decidí ir en metro en vez de andando, me gustaba ver a las personas pasando un trayecto juntos, cada quien con sus hobbies, hablando por tlf, whatshapeando, otros hablando con el de al lado, cada uno con una historia, una de esas que eran compartidas a todos, y de alguna manera daban un poquito de si.

Al llegar las calles estaban casi vacías por no decir que teníamos sitio de sobra para hacer lo que quisiéramos, dato que es raro tener aquí.

-Hey llegó. -Me abrazó. -Que ¿Cómo estuvieron estos días?

Ni lo había pensado la verdad. -ham... Me apetece mojarme antes de empezar una entrevista.

-Okey.

Necesitaba sentir el agua, necesitaba ese descanso que me produce nadar y bucear, sentir que las olas me llevan, sentir la arena en mis pies, perseguir a algún pececillo para tocarlo.

Estuve como una hora en el agua, hasta que estos me hicieron señas para comenzar a comer. Cuando el agua dejo de taparme tenía los hombros y las piernas rojas.

-Joder se me olvidó por completo echarme la puta crema.

-Si pues mirad quién está ahí.

A mi derecha estaba ella, tumbada en la arena boca abajo con el bikini quitado para no dejarse marcas. El pelo recogido y los cascos puestos. Hice el amago de ir, aunque me eché atrás en cuanto Jonash me echo la crema en los hombros.

-Ve, déjame terminar y decidla algo.

-Jonash es que no sé ni qué quiero con ella...

Jonash seguía echando la crema. -Escuchad, hagas lo que hagas creo que ella estará ahí.

"Espero que te has razón..." Pensé.

Caminé hasta ella, la tape un poco quitandola el sol, pero nada la chica seguía a lo suyo. Así que me puse de pie dejando mis piernas a cada lado de su cuerpo, metí la rodilla entre sus piernas y poco a poco y muy despacio bese su espalda. Derrepente me vi empotrada contra el suelo, ella encima mis con las gafas aún puestas. Mire hacia a bajo viendo que el bikini se le había ido por completo. Me sonroje y gire la vista hacia otro lado, ella miro hacia bajo tapando su pecho.

Se echó de nuevo contra la toalla y comenzó a hablar. -Menudo susto princesa.

-Lo siento quería darte una sorpresa. -Seguia mirando al horizonte.

-Tranquila. ¿Te he echo daño? -Negue. -Puedes mirar ya me he puesto el bikini, además ya me has visto, lo que no quería es que me vieran todos estos. -Reimos.

-,¿Puedo besarte?

-No deberías ni preguntarme cariño. -Acaricio mi rostro, dándome un sutil beso en la frente. Luego se puso encima y poco a poco se fue acercando hasta besar mis labios con total sutileza. -¿Mejor? -Asentí apoyando las manos en su espalda. -Te están saliendo más pequitas.

-Te dije que soy una maldita pecosa. -Si, pero sigues igual de blanca... Jajajajaja.

-Mira te montas y pedaleas. -Sonrió besándome de nuevo.

-Salis molt bellas noias.

Se me habían olvidado estos por completo. Leinsa se quitó de encima mientras que Jonash la cogía las cosas acercando las más a los demás.

Así comimos. Todos juntos. Leinsa me acariciaba la pierna de vez en cuando o me daba algún beso en la mejilla, siempre estaba atenta a que estuviera bien, las caras que ponía, o lo que hablaba. No era controladora, era muy protectora y eso me estaba empezando a gustar de una forma que me daba bastante miedo.

"A mis 25... una, ¿profe?" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora