"La que me va a caer."

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Al final acabaron todos borrachos, por mi parte con la coca cola era más que feliz, Leinsa bebía cerveza traída de Francia, ya llevaba la tercera y seguía perfecta, con su moño bien hecho las gafas ajustadas... Ni siquiera se había manchado la camisa, estaba totalmente perfecta. Hubo un momento en el que no me di cuenta, la coca cola se había acabado y solo quedaban los hielos con los que estaba jugando para derretirlos un poco.

-Te traigo otra.

Fue un leve susurro que me erizo por completo, aquello no era una pregunta, solo confirmo y afirmó su siguiente movimiento el cual no me dejó apartar la vista de ella. Los chicos no paraban de beber y comer, estaban con una juerga llena de algún que otro desplante por parte de las chicas. Yo, solo les observaba en silencio como jugaban al lobo, y que no se dieran cuenta de que las chicas se estaban empezando a cabrear.

-Toma. -En un principio ambas estábamos a cada lado, Xavi estaba en medio al igual que Jonash, pero no se en que momento me habían abandonado y dejado paso a Leinsa. -Te he pedido esto, quizás te relajes un poco conmigo.

La cerveza de limón, ansiaba mi sed, en el pub hacía mucho calor, y aunque todos llevábamos el uniforme de manga corta, no parábamos de beber para saciar nuestra sed. Mire la cerveza y acaricie las gotas de hielo que deslizaban por esta. No quería beber por qué no me fiaba de ninguno de los aquí presentes, pero por otra parte su sonrisa me daba confianza.

Bebí el primer sorbo que por fin sacio y calmo mi sed, luego deje la cerveza, Leinsa me miraba mientras hacía esos pequeños movimientos para intentar no ser vista, sin suerte, aquella mujer solo sonreía mientras daba tragos a la suya, y en esos tragos dejarme observar más aún si cuello.

-Entonces...

Deje de mirar para prestar atención, siempre tiene algo que decir, y siempre dice cosas que no son nada cómodas.

-Me alegra saber que la cerveza con limón si te gusta.

-Lo que te gusta es haber acertado.

Sonriò sacándome la lengua. -Tienes razón no puedo negarlo, eso. -Señalo a los chicos que nos habían abandonado. -Es lo que más me gusta.

-No sabía que se habían ido.

-Lo se, ya observó yo por ti, y... Si, estamos solas. -Trague en seco queriendo acariciar la mano que tendía encima de la mesa. -¿Que te parece una de preguntas rápidas?

Al principio me quedé callada, simplemente mirándola, pero después no sé qué o quién me hizo asentir, quería conocerla mejor, aún sabiendo que sus preguntas serian mucho peores.

-¿Cuantos años tienes? -Me dejo llevar la situación a mi terreno, de hecho sonreí victoriosa cuando sus cejas se levantaron con sorpresa.

-33. -Alce las cejas, ahora la sorprendida era yo. -¿Muy mayor para ti?

-¡¿Que!? -No me esperaba esa contestación, ahora era ella quien reía victoriosa. -No.

-Me toca. -Bebiò. -Fecha de nacimiento pequeña.

-5 de octubre del 9-4. -Jugue con los números para hacerla pensar, conseguí lo contrario. Acepto la jugada con una sonrisa y asintió levemente.

-Asi que 25... Y eres libra.

Asentí. -¿Tú fecha?

Se quitó las gafas apoyándolas en la mesa, luego se sentó de lado hacia a mí cruzando las piernas. -3 de abril del 8-7.

-¡Eres aries! -Aquella afirmación me encantó, los aries y los libras son un pedazo de equipo, se llevan súper bien, por lo que empezaba a entender por qué nos llevábamos bien, y por qué con una mirada la una sabía de la otra.

-Si que te ha hecho feliz que sea aries. -Dijo acariciando mi muslo con mucha dulzura.

-Bueno, es que nos llevamos muy bien. -Sonrei.

Leinsa se acercó mas, con un dedo hizo un movimiento para que me diera la vuelta, algo a lo que accedí sin decir nada. Apoyo sus manos en mis hombros y empezó a masajear los, de vez en cuando me acariciaba la nuca y el pelo, luego bajaba a las lumbares y volvía a subir hasta los hombros.

Me estaba relajando muchísimo, sentirla me ponía nerviosa al mismo tiempo que me relajaba, y ella lo sabía, lo que estaba provocando en mi, hacía mucho que no lo sentía.

Cuando parò, decidí tomar las riendas, he hice lo mismo que ella había hecho solo que en vez de en la espalda me tomé la libertad de poner sus piernas en las mias. La sorprendió pero acepto, se tumbó por completo dejando que hiciera lo que quisiera. La quité los tacones y empecé acariciarla los gemelos, al principio se tenso, sintió mis dedos y se puso rígida, pero, al cabo de unos segundos decidió cambiar la posición.

Se dio la vuelta dejando su cabeza en mis piernas, me acarició el labio justo en la herida, luego cogió sus manos y las llevo a sus piernas, dejándome que siguiera.

Apreté un poco sus gemelos, la carga de los tacones se le notaban, luego seguí con los muslos sin subir demasiado, lo máximo para relajar la pero no incomodarla. Ella simplemente se relajaba en mis piernas dejándose hacer, como si aquello fuera simplemente un masaje.

Entonces acaricie su cadera, no se por que, pero algo me dijo que debía hacerlo, lo que provocó que ella abriera los ojos, se levantó acariciando la zona que acaba de tocar.

-Lo siento, no era mi intención que te sintieras incómoda. -Ellla asintió levemente. -Hey Leinsa si te ha molestado, perdona.

Me tapo la boca con el dedo índice. -Nunca te disculpes por algo que querías hacer.

Asentí. Leinsa sonrió.

Más tarde llegaron los chicos más borrachos aún, jonash se estaba mirando con María, mientras que Xavi estaba discutiendo con Sebastián, y Lluís ahí bailando solo como el que no quiere la cosa.

-Menudo show.

-Mañana no se acordaran de nada, pero tú si. -La mire. -Y podrás recordarles todo lo que han hecho.

Ambos nos echamos a reír. -Quiero proponerte algo, pero no quiero que pienses mal. -Asenti dejándola seguir. -Mi hotel está en frente de la flaship, tengo dos camas...

-Espera espera... ¿Por qué me propones esto?

Leinsa se sorprendió ante mi comentario, cogio las gafas y se las puso en silencio. -Te propongo esto, por qué mañana abrís, y tienes cara de cansada, sé que tú casa está lejos de aquí, y tienes dos opciones o te llevo hasta allí o te quedas conmigo.

-Creo que es raro, quiero decir eres la directora y nuestra profesora de formación. -Acentue dejándola claro por donde iba. -Estais pensaran que me lié contigo y que estoy aquí por qué me follo a la directora. Y, no quiero eso.

-Ellos pueden pensar lo que quieran, lo importante aquí, eres tú.

"A mis 25... una, ¿profe?" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora