||Once Upon A Time||- P.J.M.

ESPECIAL PARTE. 4

—¿Qué haces aquí?— espeté sin ningún tipo de filtro en mi voz que fingiera gentileza.

—Cuanta amabilidad— pronunció con sarcasmo—¿A dónde se fueron tus modales, se perdieron en el tiempo?— su mano subió hasta mi hombro, el rechazo que sentía hacia su persona excedía cualquier límite.

—No sé que es lo que pretendes al venir aquí pero no pienso volver a repetirlo, vete mientras aún mantengo mi compostura— quité su mano e intenté pasar de ella.

—No deberías tratar así a tu novia— su comentario pausó mi andar—Por si no lo recuerdas nosotros jamás terminamos.

Giré hacia ella nuevamente y sonreí sin emoción.

—¿Debería felicitarte, aplaudirte? No cualquiera tiene tanto cinismo como para decir esa clase de barbaridades. Ahórrate todo esto y vete.

—Oh mi querido Jiminnie, no son barbaridades son hechos.

—Lo dices con tanta seguridad que aterra, si de verdad crees eso entonces seriamente tienes un gran problema.

—¿Por qué eres tan malo conmigo? No me estas dejando muchas alternativas Park— suspiré, esto estaba casándome.

—No me hagas llamar a seguridad, por favor márchate— soltó una leve risa.

—Yo siempre estoy un paso adelante— apoyó sus manos en mis hombros para poder inclinarse sobre mi—Me gusta tu nuevo estilo, ya no usas esos feos lentes, tu cabello se ve bien y tu cuerpo está ejercitado, definitivamente has cambiando, prefiero al actual tu.

—No todo se basa en el físico de la gente, pero eso es algo que las personas como tú jamás comprenderían— la empujé sin brusquedad, utilizando únicamente suficiente fuerza para apartarla.

—Eres cruel, eso me atrae aún más.

—¿Qué es lo que quieres?— cuestioné de manera directa.

—¿No he sido demasiado obvia? Te quiero a ti.

—Si es todo lo que tienes por decir puedes retirarte— no perdería más tiempo en esa persona.

—¿Acaso no escuchaste lo que acabo de decir? He venido por ti— con su mano sujetó mi brazo, encajando su uñas debido a la fuerza que estaba ejerciendo.

—Temo informarte que regresarás con las manos vacías. He sido considerado contigo todo este tiempo cuando no mereces siquiera una mirada de mi parte, dime ¿no sientes ni una mínima pizca de culpa y remordimiento? No hagas esto por mi sino por ti, deja de humillarte.

Mis palabras no tenían efecto sobre ella, lo supe al verla sonreír y apretar aún más su agarre.

—Te dejé ir una vez, no estoy dispuesta a volver a cometer el mismo error dos veces.

—No te necesito en mi vida, moriste en mi memoria al mismo tiempo que mi antiguo yo.

Negó repetidas veces con su cabeza murmurando cosas que no lograba descifrar debido al bajo volumen y palabras entrecortadas.

—No es verdad, tú me amas, me amas tanto como yo a ti— levantó su brazo, sacudiendo su muñeca frente a mi
rostro— ¿Recuerdas? Me diste este brazalete el día que comenzamos a salir, ese día prometiste quedarte a mi lado, prometimos estar siempre juntos y cuidar del otro.

—No fui yo el primero en romper su promesa. Aferrarte a esos recuerdos es lo más tóxico que puedes hacer, nunca me tuviste ni un poco de cariño, no metas la palabra amor en algo tan horrible como lo fue eso, una persona que ama no deja a su  suerte a su amado... no te importó que yo pudiese morir, nunca tuviste intenciones de evitarlo, me guiaste a ese lugar esperando mi muerte, jamás fue un secreto para ti.