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Salí del camerino no sin antes  asegurarme de no olvidar nada dentro, apagué la luz y cerré la puerta, el sonido de mi celular me hizo dar un ligero respingo por el susto, la mayoría de las personas ya se habían ido por lo que el lugar se encontraba demasiado silencioso.

—¿Señor Lee?— atendí la llamada, continué mi camino por el largo pasillo.

—Señorita SeulGi, lo lamento mucho—fruncí mi ceño denotando confusión.

—¿Por qué se disculpa, qué está sucediendo?—abandoné el set y caminé apresurada hacia el ascensor.

—Mi esposa llamó, Kyun está muy mal, su fiebre no ha bajado desde la tarde y necesito llevarlo al hospital— asentí comprensiva, por supuesto que lo entiendo.

—No se preocupe, yo regresaré sola a casa puedo pedir un taxi— eché un vistazo al reloj que adornaba mi muñeca, 2:35 a.m.

—Me encargué de eso, le pedí al joven Park que la llevara a casa— salí del elevador, yo enserio no planeaba volver a verlo hasta mañana, sentí mis mejillas sonrojarse ante el recuerdo de lo sucedido minutos atrás.

—De verdad espero que Kyun mejore, manténgame informada sobre él ¿Si?, y no se preocupe por venir mañana a trabajar, estaré bien—me detuve en la entrada del edificio.

—Muchas gracias señorita SeulGi, es usted un ángel.

—No hay porqué agradecer, estamos hablando sobre la salud de su hijo—salí del edificio buscando con la mirada el auto de Jimin—Adiós, hábleme cuando tenga noticias sobre el pequeño Kyun.

—Lo haré, nos vemos pronto— la llamada terminó, guardé el celular dentro del bolsillo de mi abrigo.

Con pasos lentos me dirigí hacia el estacionamiento, no podía evitar sentirme nerviosa.

Fue solamente actuación.

Aquellas palabras cargadas de realidad se clavaron en mi mente, asentí desilusionada, es cierto, solo se trató de actuación, es todo lo que significó para él.

Entrecerré los ojos buscando mi objetivo, una vez enfoqué el auto me acerqué con desgano, sin siquiera permitirme observarlo entré al auto y fijé mi vista en la ventana. El camino era silencioso, la tensión se sentía en el ambiente.

—Las personas suelen ser impulsivas y decir cosas hirientes que no necesariamente sienten o creen cuando están molestas. Así somos, es un hecho lamentablemente innegable—comenté sin alejar la vista de la ventana—Soo te adora, tal vez la hayas lastimado a tal punto de merecer su rechazo, más no guarda odio ni rencor hacia ti si eso es lo que piensas, lo único que ella anhela es tu atención, solo eso—pausé unos segundos para después retomar mis palabras.
—Desconozco tus razones así como también tus sentimientos pero no hay nada más importante que la familia, no es tarde para recuperar a tu hermana y te aseguro que nada la haría más feliz que tenerte a su lado en uno de los momentos más importantes de su vida, no faltes a la inauguración de su compañía— pedí con tono suplicante, preferí tomar su silencio con una afirmación.

Me esforzaba por mantenerme despierta hasta llegar a casa, ¿Desde cuando el camino se volvió tan largo?, maldecí en mis adentros por no tener autocontrol de mi cuerpo, mi lucha interna por no cerrar mis párpados se me dificultaba cada vez más.

—SeulGi, despierta—ahogué un quejido, vaya al parecer esto se está volviendo costumbre—SeulGi—No me inmuté ante su llamado y me acurruqué más en el asiento, escuché la puerta del auto abrirse y ser cerrada después de unos segundos.

||Once Upon A Time||- P.J.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora