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—¡Park Jimin, te dije que en cuanto hirviera el agua debías apagar el fuego!— el caldo del estofado se derramaba sobre la estufa goteando en el piso.

—¡¿Y cómo se supone que sabría que ya estaba hirviendo?!— solté un quejido y lo señalé con el trapo que acaba de agarrar de la mesada.

—No volveré a confiarte la comida, ahora sal— mis ojos se agrandaron al ver la tontería que estaba apunto de cometer.
—¡No toques eso, te quemarás!— corrí apurada y golpeé su mano con el trapo antes de que ésta pudiera llegar a la olla.
—Vete, anda— lo empujé por la espalda hasta sacarlo completamente de la cocina.

—Intentaba ayudar.

—Créeme que un chico con la mano herida no me hubiese sido de gran ayuda.

Me apresuré a limpiar el desastre ocasionado, sabía que no era buena idea ir a contestar aquella llamada, si no lo hubiera dejado solo esto no habría sucedido. Solté un suspiro de cansancio, mi cabeza comenzó a palpitar haciéndome recordar que estaba enferma.

—¿Estás enojada conmigo?— asomó su cabeza por el marco de la puerta.

No lo estaba, no realmente, solo me sentía exhausta.

Sus ojos me miraban con arrepentimiento, sus labios mantenían un adorable puchero, y sus mejillas se encontraban de un tono rosado.

Negué con una leve sonrisa mientras extendía mis brazos hacia él, me lanzó una mirada desconfiada, ladeé mi cabeza y cuando estuve apunto de bajar mis brazos caminó hacia mi y me abrazó por la cintura.

—De verdad lo siento— su aliento chocó contra mi cuello causándome cosquillas.

—Está bien, no es la primera vez que tengo que lidiar con algo así, convivo con JungKook y Yerim— pude escuchar una pequeña risa de su parte— Fue un accidente, no ocurrió nada.

—Acomodaré la mesa, eso sí puedo hacerlo bien— se separó de mi y se encaminó a la alacena.

Mi celular volvió a sonar, ¿quién será esta vez?, arrastré mis pies hasta llegar a la sala, tomé mi celular del sofá.

¿HoSeok?— pude escuchar una pesada respiración detrás de la línea.

SeulGi, ¿dónde estás?— caminé al comedor, todo estaba absolutamente acomodado, Jimin se acercó con la olla y la dejó justo en el centro de la mesa.

En casa, ¿por qué, te sientes mal, necesitas que vaya contigo?— estaba preocupada y su silencio no me tranquilizaba.

Seul, soy un idiota, acabo de arruinarlo todo.

—No lo eres, no digas esas cosas— fruncí mi ceño con molestia.

De verdad no sé que hacer.

—Si me contaras que sucede tal vez podría ayudarte— dirigí mi mirada hacia al frente en busca de Jimin, éste se encontraba de espaldas frente a la puerta del baño con su celular en el oído.

No puedo hacerlo, me avergüenza decirlo, ella debe odiarme.

—¿Con ella te refieres a SooYoung?— una vez más otro silencio—¿Tu serías capaz de odiarla?— después de largos segundos pude escuchar su voz.

No, jamás podría hacerlo.

Entonces ella tampoco puede odiarte, porque no puedes odiar a alguien a quien amaste con todo tu ser solo porque sí, es imposible. HoSeok no saques conclusiones sin antes hablar con Soo.

||Once Upon A Time||- P.J.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora