capitulo 24.

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El día del profesor Payne venia con cansancio incluido, luego de terminar la clase de filosofía con los de primer año y había quedado de ir a secretaría ni bien finalice, agarro su portafolios, su bolso y se dirigió allí.

En el camino por el largo pasillo escucho como alguien lo llamaba a lo lejos, frenándose en el lugar para ver si no estaba loco.

- ¡profesor Payne! ¡Espere! -gritaba Leticia, la profesora de química

- ¿Leticia? ¿Qué pasó? -preguntó el

- Quería saber si ibas para la dirección, yo voy para allá y podíamos ir juntos -mencionó mientras se acomodaba el pelo

Para Liam no era noticia que alguna profesora o alumna se le quiera tirar encima, junto con el profesor Logan eran los únicos profesores jóvenes de esa institución y también los únicos hombres además del director.

- Si, Justo estaba yendo para allá

- ¿Me esperas que compro un café? Siento que me duermo sentada

- Si cómo no -se sentó en una banca a esperar

Habían pasado como unos diez minutos y en cinco terminaba el receso, todavía la profesora no había llegado con su café, espero unos segundos más hasta que la vio venir con dos cafés en la mano.

- Pensé que quizás querías uno, no es fácil ser profesor con estos chicos -rio para ablandar el ambiente

- Lo voy a aceptar porque lo necesito -reía- ¿cuánto es?

- No lo compré para que me lo pagues, la verdad te admiro -siguió riendo- ser profesor en una escuela de ocho de la mañana a once del mediodía para después seguir dando clases en su domicilio? Es de admirar

- Todos me dicen lo mismo y la verdad no lo siento tanto como una tortura, supongo que es porque me gusta mi profesión

- Tienes razón, y.. ¿el profesor más deseado de la institución tiene novia u esposa?, no lo tome a mal, solo para sacar tema hasta que lleguemos a la secretaría

- Pues.. estoy tratando de empezar algo serio con alguien pero nada importante, usted?

- Que bien! estoy en pareja hace unos meses pero la verdad es que extraño la soltería -reía nuevamente- esto de tener que hacer un lugar para estar con alguien más en vez de disfrutar el silencio de mi casa con una taza de chocolate caliente y ver una película no me gusta

- Decimelo a mi que lo implemente por dos años seguidos, me refiero a lo de la soltería

- ¿esto es en serio? Ya lo público en los periódicos, ¿el profesor Payne sin ninguna mujer durante dos años? -carcajeaba- es de no creer, tiene que ser muy especial esa chica como para sacarte de dos años seguidos.

Los profesores siguieron riendo y burlándose entre ellos, la verdad es que desde que el entro a dar clases nunca había tenido la oportunidad de conocer bien a los demás y la verdad es que la profesora Castillo le cayo bastante bien, tanto que acepto ir a cenar algún día de estos.

Sin darse cuenta habían llegado a la otra punta del colegio donde se encontraba secretaría, tocando dos veces y aguardando hasta que el director les indique pasar.

Luego de que tuvieron la charla sobre las clases particulares de Claudia con el director, el profesor se retiro a dar las clases faltantes. La realidad es que quería ir atrás de ella para saludarla con un beso como los que ella sabía dar, extrañaba tanto sus labios que era preocupante. Pero luego de perder de vista a su alumna prefirió seguir dando clases y no perder más.

Por fin su día había acabado, se subió al auto y se recostó en el asiento para relajarse un poco, los últimos alumnos de segundo año le consumían la paciencia que le quedaba, eran buenos chicos pero muy irresponsables y mal educados.

Llego a su casa y acomodo un poco para recibir a los alumnos que tenía ahí, se dio una ducha, ya cambiado y con el pelo seco bajo para hacerse el almuerzo, de no ser porque el timbre anunciando la llegada de su primer alumna había interrumpido sus planes.

Sus clases particulares por suerte habían estado bastante tranquilas, la mayoría pudo entender todo lo que se planteaba y eso a Liam lo ponía feliz, saber que estaba haciendo bien su trabajo y ayudándolos a poder pasar la materia.

Agarro el celular y seguidamente le mando un mensaje a Claudia haciéndole acordar que mañana tenían clases y que la extrañaba mucho, le resultaba raro que no le lleguen y que desde las once de la mañana no se conectaba pero pensó que se había quedado sin batería y prefirió no dar más vueltas al asunto.

Preparo la cena como todas las noches y luego de comer con su amigo ambos fueron a sus camas como era rutina diaria. Antes de acostarse finalmente reviso de nuevo su celular y ahí estaba, el primer chat y con una sola palomita anunciando que no le llegó el mensaje.

Se levanto por el insomnio y vio la hora que marcaba, exactamente la 1:30 de la madrugada y fue hacia la terraza que tenía su casa como cada vez que quería pensar con la noche.

Sacó de su bolsillo trasero una cajetilla de cigarrillos y un encendedor, prosiguió a prenderlo y aspirar todo el humo que para el era relajante en estas situaciones, odiaba pensar de más y comerse la cabeza con eso.

Aveces, las personas mayores en el amor no quieren ver la realidad, en vez de reconocer fácilmente las cosas les cuesta más y prefieren decir que no, como niños chiquitos que hacen un capricho cuando no les compras algo. El estaba negado a aceptar que cada vez le interesaba mas su alumna, cerrado al amor luego de la última vez.

Liam siempre fue un hombre que hizo todo sin pensar las consecuencias, el solo vivía y disfrutaba lo que se le daba. Hace dos años todo cambio y empezó a detenerse para pensar en frío las cosas, calculaba las ventajas y desventajas de cada cosa, trataba de no dar ningún paso en falso y hacer todo a la perfección. Eso volvió a cambiar hace unos meses, cuando la conoció.

Solo de pensarla hace que se sienta feliz, su simple tacto hace quererla tener siempre con el, nunca entendió porque esto sucedió tan rápido y tampoco que era lo que sentía, pero decidió que era hora de volver a confiar en que todo se va a dar como tenga que ser, esta vez ya no quería ver los pro y contra de cada situación, quería disfrutar de ella y de lo que sentían.

Apagó su segundo cigarrillo, dejándolo a la mitad y volvió a su cama para ver si esta vez podía conciliar un poco el sueño, esto fue así ya que ni bien apoyo la cabeza en la almohada se durmió profundamente.

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora