Capitulo 4.

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¡CLAUDIA!, reacciona -dijo el profesor Payne mientras la dejaba delicadamente en el sillón del living- ¿está muy cansada? ¿Comió algo?

- No, no comió nada, mencionó que no tenía hambre y no pude hacer nada para que coma -mencionó su amiga asustada por verla tirada en el sillón sin reaccionar

Luego de un rato moviéndola para ver si despertaba o llamaban una ambulancia por fin Claudia reaccionó y miró a todos lados pérdida

- ¿Qué paso? ¿Profesor Payne? Me duele la cabeza, alguno me explica qué pasó y dejan de mirarme? -soltó Claudia confundida por ver a su mejor amiga y al profesor en otro lado que no sea el colegio

- Clau, te desmayaste por no comer nada, te dije que comieras que te iba a hacer mal y no me hiciste caso -gritó reclamándole Amelia

- Perdón, es que no tenía hambre.. ¿profesor Payne?

- ¿Como estás Claudia? ¿Te sentis mejor?

- Si, solo me duele un poco la cabeza y estoy algo mareada pero es normal. ¿Donde estamos?

- Estamos en mi casa, ustedes tienen clases particulares conmigo

- Cierto, bueno no retrasemos más las clases y vamos a aprender un poco -sonrío Claudia falsamente y algo nerviosa por hacer contacto visual fijamente con el profesor

- Si si, siéntense ahi, una a cada lado y saquen sus libretas para hacerme una consulta. Claudia, por cierto, no terminamos el tema del examen anterior -mencionó Liam mientras intentaba hacer contacto visual con Claudia

- Si, es que.. bueno, usted sabe que me fue muy mal y no creo que centrarnos en eso me ayude mucho a esta altura. ¿No puede explicarme lo necesario para pasar el examen y aprobar la materia?

- Señorita Mileghar, ¿usted piensa que viene acá, me dice explíqueme esto y aquello y en un día aprende todo?, si pensaba así déjeme decirle que se equivoco. Acá vamos a ir paso por paso y va a aprender lo necesario y más -explicó el señor payne con algo de enojo notorio

- Perdone, no fue esa mi intención, yo ya fui a bastantes particulares y se como es esto. No necesito que usted me explique cómo se manejan -replicó Claudia con el mismo enojo

- Señoritas, ¿vienen a aprender o a hacerse las ofendidas cada vez que alguien les dice la verdad? -soltó sin más el profesor haciendo poner bordo a Claudia y riéndose interiormente porque ese era su objetivo

- Si, yo tengo una consulta. Necesito saber cómo armar este ejercicio -dijo Amelia para amortiguar el aire tenso en esos momentos

La tarde de clases particulares pasó enseguida, era tan sólo una hora que se les pasó como el viento. Para las 4:30 p.m ya se encontraban de vuelta en la casa de Claudia mientras preparaban algo para merendar y hablaban de trivialidades.

- Interesante el profesor Payne, ¿No Claudia? -mencionó su amiga tratando de sacarle algo de información guardada

- No, no tiene nada de interesante. Es un arrogante y piensa que sabe todo como el mismísimo Einstein, como todos los profesores.

- Es amable aunque no lo admitas, tu también tuviste culpa de que te tratara así

- ¿Culpa de qué? ¿De decirle un par de verdades que nadie le dice? Además, no se si vuelva a ir

- ¿POR QUÉ? Me prometiste que no me ibas a dejar sola, ademas explica mejor que todos los profesores

- Ya se que te lo prometí pero los vi tan a gusto hoy que no creo que estando solos la pasen mal

- Claudia mírame -dijo su amiga mientras le sujetaba la cara y trataba de que la mire a los ojos- si tú tienes malos recuerdos con el idiota ese no es culpa de el profesor Payne que simplemente está haciendo su trabajo, ¿ME ESCUCHASTE?

- Si Amelia pero yo ya di por perdida esa materia, no se para que ir si de todas formas el profesor no me va a aprobar, seguro hasta le caigo mal

-No interesa, vos vas a demostrar que podes pasar esa materia a pesar de ser una arrogante hija de puta que solo se fija en ella misma, promételo

- Te prometo que voy a hacer hasta lo imposible para pasar la materia a pesar de ser una arrogante hija de puta -dijo Claudia alzando su mano mientras decía su promesa

- Así me gusta, vamos a comer algo que tengo hambre -mencionó Amelia mientras ambas amigas se levantaban a comer algo

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- Estoy muerto, estoy para comer una fruta e irme a dormir - Contó el señor Payne mientras se tiraba en el sillón del living

- Yo no se como aguantas a nenes insoportables en una escuela por 5 horas y después seguís soportando más en tu casa como profesor particular Li -mencionó Lucas el amigo de Liam mientras se tiraba al otro lado del sillón

- Es lo que me gusta, si no ni siquiera lo haría. Pero, hay momentos que me dan ganas de agarrar a todos esos chicos juntos y darles una rescatada en la nuca, como hoy

- Aparte de que les estás enseñando son irrespetuosos, la gran mayoría, no hay que generalizar. ¿Cómo fueron tus clases de hoy?

- Bastantes tranquilas, salvo por una chica que me saca de quicio que no solo es mi alumna en la institución si no que también está tomando clases particulares

- Seguro le gustas -rio Lucas tratando de hacerle una broma a su amigo

- Lo que menos creo es que le parezca aunque sea lindo, no solo es una menor de edad si no que cada cosa que digo me la discute y pelea por todo

- Bueno, si hablamos de menores de edad.. Lidia también lo era. No puede ser tan terrible esa chica, esta en plena edad de ser insoportable

- Lidia era otra persona totalmente diferente a Claudia, ni siquiera se asemejaba a lo que es esta alumna. Pero quiero dejar de hablar de esto, vamos a pedir unas pizzas así me acuesto que estoy muerto

Luego de su plática de amigos y unos chistes que iban y venían los chicos comieron pizzas y cada uno se fue al cuarto para descansar, debido a que vivían juntos cada uno tenía su habitación y sus cosas.

Liam no solo no pudo pegar un ojo en toda la noche, si no que también en toda la noche pensó en Lidia. No se asemejaba en nada a Claudia, si bien las dos tenían ese lado de querer discutir por todo Lidia era la mujer más hermosa que sus ojos habían visto.

Recordar a la mujer que le cambió la vida lo llevo a inspirarse y a dibujar, hace años que no agarraba un lápiz y un cuaderno para dibujar. Empezó haciendo una cara pero no de alguien que conociera, era como una mezcla entre dos personas pero no supo entre quienes.

Así el profesor paso toda la noche, pintando, dibujando y pensando cómo no lo hacía hace meses.

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora