capitulo 39.

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hoy era un día importante para Claudia, la cual se encontraba temblando de nervios mientras desayunaba.

el día de la prueba de contaduría había llegado, la única materia que le faltaba para que le den el diploma, si reprobaba claramente no se lo iban a dar por lo que no podía entrar a la facultad.

había estado repasando día y noche, pasó noches sin dormir por estar estudiando, eso y pensar en que iba a hacer con su relación.

Amelia no estaba tan nerviosa pero igualmente repasaba sin parar, la rubia tenía la prueba a la primera hora con el profesor Payne mientras que la pelinegra tenía a la
segunda hora con el otro profesor.

se prepararon con el uniforme y agarraron sus cosas para ir al colegio, en el trayecto se iban tomando lo repasado la una a la otra.

ni bien llegaron se desearon suerte y cada una fue para su salón. Ni bien entro Claudia al salón al ver que no había rastro de la profesora repaso para la siguiente hora, hasta que 10 minutos después empezó la clase de filosofía.

por el otro lado, su amiga había llegado al salón hacia 15 minutos y estaba repasando desde entonces al igual que todos los demás mientras esperaban al profesor Payne.

la puerta abriéndose llamó la atención de todos los presentes y un profesor lleno de ojeras, cabizbajo y cansado se abrió paso hacia el escritorio, sacando todo lo necesario para comenzar.

- bueno chicos -terminó de sacar todo- solo dejen arriba del banco una lapicera, lápiz, goma y liquid

el mayor se paró con unas fotocopias en mano y fue repartiéndola a cada alumno

- no quiero ninguna hoja encima del banco ni abajo, todo en la mochila y se responde en la fotocopia que les estoy dejando -se paró en el lugar de Amelia y le entregó la hoja- suerte y decile a Clau que necesito hablar con ella en el recreo acá por favor -susurró

la menor solo asintió y emitió un gracias por lo bajo. Contados los minutos todos empezaron a responder, lo único que se escuchaba en ese salón eran las borradas y los lápices escribiendo rápidamente.

el profesor decidió que ocupen hora y media de las dos que eran en responder y entregar, lo restante se consideraba una hora libre, en la que podían escuchar música con auriculares mientras el corregía lo que podía.

el timbre indicando el receso estaba sonando sin parar, todos se levantaron rápidamente sin siquiera decir adiós.

las dos amigas se encontraron en el kiosco cómo de costumbre mientras la más bajita encargaba por las dos.

- como te fue linda? -agarraba los cafés y las medialunas del kiosquero

- creo que bien, por suerte entendí y por mis cuentas tendría un 8,50 o 9 con ayuda del barba -reía

- me alegro, yo no paré de repasar y no se cómo esté profesor toma prueba entonces estoy más cagada que de costumbre

- dicen que es bueno -respiro hondo para decirle- linda, Liam me pidió si podías ir a su salón en el recreo

- no se Ame, no nos vemos desde ese día más que en el pasillo y si en ese momento me dan ganas de llorar no me quiero imaginar si lo tuviera en frente otra vez, quiero esperar a decirle

- ya lo se amor pero seguro es algo importante, se veía muy mal, no es necesariamente para que le digas en lo que pensaste

- está bien -agarro su café- cuanto me queda para volver a los salones

- yo te diría que corras -miro su reloj- quedan 20

sin decir palabra la pelinegra corrió hacia el salón que quedaba en la otra punta del patio.

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora