capitulo 35.

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tercer día en Camboriú y esa tarde tocaba pool party que según los coordinadores iba a ser una de las mejores.

ambos cursos se encontraban ya desayunando, voces se escuchaban por todo el comedor, algunas chicas hablando de que bikini usar y los chicos la mayoría de temas triviales.

en la mesa de las dos amigas se encontraban en completo silencio, la rubia no había tenido buena noche y con todo lo que había tomado raro sería que no se sienta como si un camión le hubiera pasado por la cabeza.

la pelinegra en cambio estaba en silencio comiendo su lemon pie con su taza de café mirando a un punto fijo, pensando que ese día tenía que retener sus celos enfermizos a cómo de lugar.

- te sentís mejor? -rompió el silencio Claudia

- algo, todavía me duele la cabeza pero creo que con otro paracetamol estoy bien -sorbió su café- vos estás bien? estás ida

- si, estoy bien -escondió su cara a través de la taza

- mirame a los ojos y repetilo

- estoy bien -sin embargo, sus ojos no estaban en los ojos de su mejor amiga

- esa es mi frente, dije los ojos

- basta Amelia, si estoy celosa porque van a haber mil chicas en bikini en frente del profesor esta bien? contenta? -se levantó a buscar más café dejando a la rubia con la palabra en la boca

estaba buscando con la mirada al mayor mientras se servía más café, al no encontrarlo agarro su taza y sin que nadie la viera subió hacia el cuarto compartido.

dejo el humeante líquido negro en la mesita de luz y se tiro boca abajo en su cama, enterrando su cara en el almohadón y gritando lo más fuerte que podía.

se repetía mil veces que ese viaje era para pasarla hermoso y sin embargo ahí estaba ella, llena de inseguridades y desconfiando de las personas una y otra vez.

paró de pegarse en la cabeza cuando escucho golpes en la puerta, pensó mil veces si abrir o no, su mejor amiga tenía llave y si era alguna profesora no tenía ganas de escucharla pero sin embargo abrió.

la sorpresa que se llevó fue tan grande que se le llenaron los ojos de lágrimas y no podía articular palabra alguna.

- MATH DIOS -se abalanzó sobre el llenándolo de besos- TE EXTRAÑE MUCHO NO SABES LO QUE TE NECESITABA -no paraba de gritar emocionada

- yo también hermosa te extrañe un montón -se adentro a la habitación con Claudia arriba suyo- cómo estás tanto tiempo?, la están
pasando bien? donde está Ame?

- estamos bien, creo que ella está abajo -trató de sonar lo más convincente que podía- vos cómo estás? cómo van las cosas con la chica secreta?

- uf por donde empezar, primero que este chico ya -se señaló a sí mismo- ya tiene novia

- QUÉ? CÓMO QUE MI BEBE TIENE NOVIA? CUANDO? POR QUÉ NO ME DIJISTE?

- y vos porque no me dijiste primero lo del profesor eh? mira que yo acá me entero de todo

- eso es lo menos importante, contame cómo le pediste TODO

pasaron unos treinta minutos en los que Math le contaba cómo le estaba yendo y cómo se había puesto de novio, todo era risas hasta que la puerta de la habitación se abrió y tras esta apareció Amelia.

ambas sabían que al principio era algo incómodo pero también sabían que no durarían mucho así, no con su amigo ahí.

el primer reflejo de la rubia fue abalanzarse al pelinegro y llenarlo de besos tal y como lo había hecho Claudia, después cayó que también estaba ella y el aire se volvió tenso otra vez.

¡PELIGRO, ES MAYOR! || L.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora