Tic Toc marca el reloj, Tic Toc suena otra vez, Tic Toc te jalan los pies.
¿Alguna vez te contaron la historia de que si te portabas mal el boogyman saldría debajo de tu cama? ¿Del clóset? ¿O del rincón más oscuro de tu habitación?
Pues damas y caba...
La mente de Hades era un caos: evitando a Felix, incomunicado con SeHun, las palabras de su hermano, un YiBo haciéndose lugar en su mente casi todo el día, un poco de esto... un poco de aquello. Pero el principal problema era uno de sus hábitos peculiares... un chico...otro chico...
Si no hubiera sido tan promiscuo, no tendría ese pequeño problema. El día anterior comenzó despertando en los brazos de YiBo, nunca pensó en que volvería a ser aquel Hades empalagoso sediento de caricias pero como no lo sería si por fin tenía para él a su amor. En la tarde decidieron comer en Canadá, lo cual gracias a las habilidades del dios era demasiado sencillo, pasearon... visitaron distintos lugares... todo iba bien hasta que llegaron al hotel donde planeaban pasar la noche The Fairmont Chateau Lake Louise.
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Hades se adentró a la habitación con una mirada inquieta, en su mente había un plan... por increíble que parezca el dios pensaba en ser sincero con YiBo y decirle, pedirle, solicitarle... de los nervios no sabía ni como empezar pero quería que el menor supiera que ya no habría nadie más, sólo YiBo lo complementaba, sólo él lo hacía sentirse diferente, sólo él provocaba que su inexistente corazón latiera.
Por su parte Wang YiBo estaba emocionado, desde que dejó incapacitado al dios y dijo su pequeño discurso las cosas mejoraron entre ellos, incluso podría jurar que su Zhan Ge ignoraba las llamabas del insistente Felix. Todo parecía perfecto... así es... parecía...
El hotel tenía un bello lago y ese era el lugar perfecto, el dios pidió que les prepararan una cena a la luz de la luna cerca del lago "Sí, definitivamente estará perfecto todo".
Ambos caminaron hacia el lugar tomados de las manos, degustaron de la deliciosa cena y cuando el momento llegó...
También llegó él... SeHun.
–Hades bebé, me dijeron que estabas acá –saludó felizmente el pelinegro.
El rostro de YiBo se descompuso totalmente, enfocándose sólo en el postre.
El dios lo saludó sin correr hacia él como solía hacerlo, a SeHun le pareció interesante así que continuó. –¿No hay un beso bebé?
La mandíbula de YiBo se tensó al pensar "¡¿Cómo rayos puedo reclamar?!, Ge Ge ni es mi novio, ni mi esposo, ni nada. ¡Aghhhh estúpido SeHun! Bueno no, el idiota aquí soy YO por estar con Zhan Ge sabiendo como es". Sin pensar más se puso de pie. –La cena está deliciosa SeHun, deberías probarla con permiso –y así se retiró del lugar, marchándose directo a la habitación.
Hades se quedó sin palabras, en un silencio incómodo que rompió el mismo SeHun con una pequeña sonrisa.
–¿Se puede saber qué es tan gracioso? –preguntó Hades con los brazos cruzados.
SeHun seguía sin borrar su sonrisa. –La respuesta es simple...TÚ.
