♪MENTIRAS♪ |Kookmin|

♪24♪

JiMin

Camino por el parque cerca de la casa de TaeHyung. No iré a su departamento estoy en un 99,9% seguro de lo que están haciendo y no los quiero interrumpir.

A sido un día del asco...

Sé que lastimé a Jackson, pero no puedo corresponder sus sentimientos hasta olvidar los que tengo por JungKook...

Me dirijo a la zona de los moteles. Quizás debería pasar está noche en uno de ellos.

Me siento tan agotado mentalmente...

Arrastro mis pies hasta un hotel que no se ve de mala muerte, pero tampoco cinco estrellas.

—Si, está bien... —una chica pasa mi lado. Durante unos segundos le veo el rostro y detengo mis pasos.

E-Es... Es ella, no se cuál es su nombre pero jamás podré olvidar ese rostro. El rostro que destruyó mi vida...

—Si, no te preocupes estoy ahí en dos minutos. Espérame con la champaña, querido. —casi está en la puerta pero aún la escucho perfectamente—. Te haré llegar al cielo, te lo aseguro.

¿Querido? Oh no, JungKook está ahí adentro.

—No te preocupes por él. Se quedó en la casa de un amigo... Si, no creo que le interese mucho dónde estoy, le mandé un mensaje, eso es suficiente —por algún motivo la sigo—. No seas ridículo, te aseguro que no le interesa, no nos interrumpirá... ¿Qué por qué estoy tan segura que no le interesa? Es sencillo, jura a morir que me ama, pero sé que es solo una ilusión lo que siente... Ya no importa, dejemos de hablar de Jeon. Me encuentro en el hotel subo en un momento. —me voy corriendo antes de que me noté.

Así que la zorra le está siendo infiel a JungKook...

Camino a otro hotel sin poderme creer lo que la zorra dijo...

¿Debería contarle a JungKook?

Me pregunto a mí mismo.

Por muchos motivos no lo vas a hacer.

Me dice mi subconsciente.

—Quiero oírlos...

Primero, no te creerá, pensará que es mentira para que le termine a la perra y vuelva contigo.

Segundo, no es de tu incumbencia lo que suceda con ellos dos.

Tercero, no te humillarás contándole algo que a ti te ocultó por meses.

Cuarto y más importante, tienes que dejarle probar una cucharada de su propia medicina.

—Es verdad. No le diré ni una palabra al imbécil de Jeon.

Entro en el lugar y me acerco a la recepción.

—Buenas tardes, señorita —saludo a la recepcionista—. Me gustaría una habitación.

—Si señor, dígame, ¿Desea la suite real, una suite sencilla, una habitación doble o sencilla? —me pregunta con una sonrisa.

—Una sencilla por favor.

—Claro señor, puede pagar en efectivo o tarjeta de crédito.

Saco mi cartera y le paso mi tarjeta.

Ella la pasa a través de una máquina que me pasa para colocar mi clave. Una vez realizado me sonríe.

—Aquí tiene, señor —me pasa una llave—. Habitación 201. Si quiere puede solicitar room service a cualquier hora del día. Que tenga linda tarde y una hermosa noche.