♪MENTIRAS♪ |Kookmin|

♪77♪

(Cuando vean este símbolo 🎶 reproduzcan la canción de multimedia)

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JiMin

Azotamos la puerta de mi apartamento cuando entramos en medio de besos.

Este es el mejor cumpleaños del mundo.

—Ju-JungKook —tartamudeo entre el beso—. Kookie.

—¿Si Minie? —JungKook baja sus besos hasta mi cuello.

Un gemido se escapa de mis labios y JungKook gruñe como respuesta. Succiona, lame y muerde la piel de mi cuello y estoy seguro que me dejó más de una marca.

—M-Me voy a detener o después te voy a terminar comiendo entero. —me dice JungKook, pero yo no quiero que lo haga.

—N-No lo hagas Kookie. No te detengas. —le pido volviendolo a acercar a mis labios.

JungKook ruge y me muerde el labio inferior con fuerza. Lo cual solo incrementa mi deseo por él.

—¿Estás seguro? —me pregunta besando distintas partes de mi cara—. Porque en este momento me siento como un animal que solo desea tu hermoso cuerpo.

Mi deseo incrementa y le digo unas palabras que lo vuelven loco.

—Entonces conviertete en mi bestia.

🎶

JungKook parece soltar su propia correa invisible y se lanza a devorar mis labios mientras sus manos se pasean por mi espalda hasta llegar a mis glúteos, los cuales aprieta con fuerza sacándome un gemido alto.

—No sabes lo que acabas de hacer. —me levanta desde mis glúteos y yo enlazo mis piernas a su cadera.

Nos seguimos besando hasta llegar a mi habitación.

¿Cómo puede mantener su equilibrio son el bastón?

JungKook me lanza a mi cama y eso me sorprende.

Él sonríe socarron y se quita lentamente la chaqueta.

—Te dije que no sabías lo que acababas de hacer. —toma el primer botón de su camisa y lo pasa por el ojal lentamente.

—Vamos, hazlo más rápido —lo aliento—. ¿O quieres que busque placer con alguien más? —lo provoco—. ¿Qué tal TaeMin? —lo miro sonriendo mientras alzo una ceja.

JungKook me mira mal y jala su camisa, mandando a volar los demás botones.

—Te voy a partir JiMin. Voy a hacer que me supliques que me detenga y solo hasta que te hayas corrido por lo menos unas cinco veces, te voy a dejar en paz. ¿Me oíste? —se posiciona encima mío y también arranca mi camisa de tirantes rompiéndola en dos.

Baja su cabeza a mi pecho y besa mis clavículas, las lame y mordisquea cada cierto tiempo.

—¿Sabes cuánto amo tu lunar de aquí? —me pregunta pasando su lengua por la zona—. Ese lunar me vuelve loco.

Continua bajando por mi pecho mientras deja un rastro de saliva. Se acerca a uno de mis pezones y succiona con fuerza.

—¡Dios, JungKook! —grito cuando lo muerde y jala hacia él.

—Amo tus botoncitos marrones. Son tan perfectos. Son suavecitos y saben tan bien. Los extrañe tanto. —se acerca al izquierdo y repite el proceso pero más fuerte. Sacándome otro gemido.

Cuando ha dejado ambos pezones erectos y sensibles sigue su camino por mi pecho hacia el costado de mis costillas, donde empieza mi tatuaje. Con su lengua traza cada letra y baja un poco más hacia mi abdomen. Se detiene en mi ombligo y lo rodea con la lengua.