♪05♪

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JiMin

—¡JiMin abreme la puerta por favor! —escucho los gritos de TaeHyung en la puerta más sus golpes en la misma, pero no soy capaz de abrirla—. ¡Por favor Minie, abre la puerta!

Con dolor me pongo de pie y en lentitud me acerco a la puerta. Tomando la manija, la giro y en un segundo TaeHyung está adentro mirándome con extrema preocupación en su rostro.

—Minie, ¿estás bien? —me pregunta sujetando mi rostro con sus manos.

—Dime si te gustaría encontrar a HoSeok en la cama que comparten ustedes dos con una mujer, poseyendo su cuerpo mientras le declara que la ama más de lo que alguna vez amo a alguien —le digo con un nudo en la garganta mientras mis lágrimas hacen su camino por mis mejillas—. ¿Estarías bien luego de eso?

—Ay Minie... —TaeHyung me atrae a sus brazos en un abrazo fuerte—. Es un jodido imbécil. Vas a olvidarlo fácilmente, ya verás.

—S-Si claro. C-Como si fuera tan f-fácil mandar por la bo-borda casi tres a-años de relación con algui-en por el que has dado tu vida —respondo entre hipidos.

—Está bien, no es fácil. Pero aquí estaré, sabes que no te dejare solo —besa mi frente—. Eres prácticamente mi hermano y no te abandonaré en un momento tan difícil.

Ay Tae... Por eso te amo, por eso eres mi mejor amigo.

—¿C-Cómo sabías que estaba mal? —le pregunto regulizando mi respiración.

Él me mira extrañado cuando se aleja.

—¿A qué te refieres?

—Pues a tus insistentes llamadas de hace una hora. —lo miro con obviedad.

—Minie, no sabía que estabas mal —responde—. Te llamé porque como tú me dijiste que hoy volvías, quería saber cómo te estaba yendo y por lo que vimos te fue del asco.

—Ah... —susurro mirando el suelo.

—Eso, además del extraño mensaje que me mando el idiota ese. —exhala con furia—. Por supuesto, ahora entiendo a qué se refería.

Rápidamente alzo mi mirada a Tae.

¿Mensaje? ¿Qué mensaje?

—¿Cuál mensaje? —pregunto con rapidez.

TaeHyung sorprendido, saca su celular del bolsillo de su pantalón, lo desbloquea y me lo pasa.

Ahí veo un mensaje, es corto pero es de JungKook.

Imbécil rompe corazones 🤬😡

Por favor cuida a JiMin.

JK.
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¿Imbécil rompe corazones?

—¿Siempre lo tuviste agendado así? —le pregunto devolviéndole su celular.

—No, lo cambie cuando venía en el taxi —se encoge de hombros y mira alrededor—. Toma tu maleta, guarda más ropa aparte de la que traes desde Tokio y vámonos de aquí. No te quiero en este lugar por más tiempo.

Asiento con la cabeza y me encamino a la habitación con mi maleta en mano.

El recuerdo de ellos dos se tatua en mi mente, y las palabras de JungKook en mi memoria...

—Yo igual, preciosa. Te amo como jamás he amado a alguien...

La opresión vuelve.

Joder, esto si duele cada vez que llega.

Ignorando la cama, me acerco al armario. Al abrirlo encuentro solo mi ropa y solo unas prendas de la suya.

Tomo camisetas, ropa interior, algunos pantalones y... y una camisa que JungKook que está entre mis cosas. La aproximo a mi rostro e inhalo profundamente, huele a él, a su exquisito aroma natural.

¿Por qué nos hiciste eso? Sabías que te amaba más que a nadie; no, que aún te amo más que a nadie.

¡JiMin, ¿estás listo?! —grita Tae desde la sala.

—¡Solo un momento! —le respondo—. ¡Me faltan mis productos de aseo!

¡Vale, apúrate!

Asiento con la cabeza a pesar de saber que no me ve.

Regreso la mirada a la camisa negra de él y la aprieto en mi mano.

¡¿En qué estaba pensando hace un momento?! ¡Deja de ser estúpido JiMin!

¡Él te engañó!

Me grita mi subconsciente viéndome con desaprobación.

¡Debo olvidarlo a como de lugar!
Por supuesto aún lo amo, no puedo extinguir esos sentimientos en tan solo horas. Pero debo olvidarlo.

Secando mis lágrimas, camino al baño, saco mi cepillo, shampoo, cremas para la piel, entre otras cosas.

—¡JiMin apresúrate ya casi son las diez de la noche y no es segura la ciudad!

Termino de guardar todo en la maleta y me acerco a la sala.

Solo me falta una cosa...

Mirando sobre el sofá, empiezo a buscar aquella cajita que traje conmigo está tarde. ¿Dónde está?

Sigo mirando, pero no hay rastros de ella. Por favor Diosito, que no la tenga él, que no la tenga él. Sé que era un regalo, pero eso ya quedó en el pasado. Si él mira su interior, sería el colmo de las humillaciones para mí.

—¿Qué buscas, Minie? —me pregunta Tae caminando hacia mi.

—Es una cajita casi de tamaño de mis dos manos —le respondo intentado crear el tamaño con las mismas—. Estoy seguro que la deje aquí.

—¿De qué color es? —empiza a buscarla conmigo.

—Rosa y azul. Ambos son colores pastel. —¡¿Dónde está?!

Seguimos buscando entre los dos durante minutos. Miramos el sofá, la mesita, debajo de ambos. Pero, nada.

—JiMin, aquí no está. —habla TaeHyung colocándose de pie para después caminar hacia la puerta—. La buscamos después, está muy oscuro y es muy tarde. Hay que irnos.

Resignado me levanto del suelo, tomo mi maleta y me acerco a Tae.

—Vámonos —susurro pasando mi mirada por el lugar.

Alguna vez fue mi hogar... Fue nuestro hogar. Ahora solo alberga dolor y perdida.

Suspiro y cierro la puerta caminando con Tae, para irnos a su apartamento.

¿Por qué lo mandaste todo al carajo JungKook?































Primer capítulo del día. Lo siento, no podía dormir. Ha sido el más largo hasta el momento, espero realmente les guste. En unas horas público otro. Disfruten el capítulo.

EDITADO

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