Capítulo 20 | Hannah

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Alan no demoró mucho en irse después de rechazar mi propuesta

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Alan no demoró mucho en irse después de rechazar mi propuesta. No lo culpé. Luego de apagar las ansías de golpe, comprendí que tenía razón: mi corazón no estaba listo para acobijar un nuevo amor. Lo de Drake seguía estando reciente y Alan no merecía ser un simple desahogo momentáneo. Alan debía ser el tesoro, no la consolación.

Además, yo más que nadie debía entender su cautela. Joanne Sinclair no solamente fue su primera ilusión amorosa, sino la chica que jugó con su corazón adolescente. Él fue su fiel ayudante en todo y ella le pagó humillándolo en público. Era una suerte que hubiese sanado lo suficiente como para desarrollar sentimientos hacia mí y tener la determinación de esperarme. Era un gesto valioso que haría lo posible por honrar.

Pensaba en Ethan, en Alan, en nosotros, y en las posibilidades que podían existir, cuando sentí una punzada en el brazo. Primero fue leve, así que le resté importancia, pero se intensificó al punto de tener que desarroparme para ver qué ocurría.

En mi brazo había una cortada que se iba alargando y cambiando de ángulo. Una hoja invisible parecía estar penetrando mi piel y yo no pude hacer nada para detenerla. Gruesos hilos de sangre salieron de la herida. Con los músculos tensos, me di cuenta de que se estaban formando letras.

La explicación que surgió en mi mente fue que tenía que ser obra de Drake. A pesar de la distancia, de alguna forma, lo que le sucediera continuaba ligado a mí y por eso se reflejaba en mi cuerpo. Al leer: SIGO AQUÍ, mi teoría cobró más sentido. Drake se había cortado para trasmitirme ese mensaje.

Sin dudas la intención de Drake fue recordarme que no me había liberado de él todavía, porque existía un vínculo invisible que unía nuestras vidas. Ni la protección de los Seward, ni de los Cephei, ni siquiera la de un hechicero, iba a poder romperlo tan fácilmente. Ni siquiera sabía qué se necesitaba para hacerlo y si alguien tenía el poder para deshacer una obra del nivel de Zigor, un descendiente de Priska.

Con tanta convicción de mantenerme conectada a él, ¿cómo pudo permitir que me capturaran? ¿Por qué? No me extrañaría que fuera parte de algún plan.

Esperé a que más letras surgieran. Esperé alguna instrucción, o algún indicio que pudiera comunicarme sus deseos. Sin embargo, no siguió manifestando su presencia. Unos minutos después, subí al baño para limpiar la sangre.

Debido a ese episodio, me costó todavía más conciliar el sueño. Sentía que en cualquier momento otra cortada podía aparecer. El hacer hincapié en no tener control sobre mi bienestar físico, reabrió la preocupación sobre mi destino. Si daban con Drake y lo mataban antes de interrumpir nuestra conexión, era sencillo deducir que yo tendría un destino igual al suyo. Lo mismo ocurriría si lo torturaban o generaban cualquier otro daño.

Por unos instantes me planteé contarle a Alan lo que ocurriría para que se lo comunicara a Josh, pero terminé descartándolo. El nuevo alfa de los Cephei —con su desprecio hacia mí— podía alegar que se trataba de un truco para proteger a Drake y que debí autolesionarme. ¿Cómo demostrar lo contrario? Sería prejudicial si me llevaban ante cualquier juicio.

La Traidora | Trilogía Inmortal II [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora