Las salidas de la parte poblada de la isla de los Pólux estaban delimitadas por grandes arcos de madera: la zona playera más apartada, el río que les surtía agua dulce, el bosque, y tierras más elevadas hacia la montaña. Clovis y Daria nos acompañaron hasta la última, para despedirnos y desearnos buena suerte. Así inició el viaje de unos tres días, al que dos miembros de los Pólux, Yok y Kurt, se sumaron al grupo conformado por Drake, Wallace, Wendy, Kevin, Max, y yo. El resto de los Malditos de Aithan se quedó.
Las primeras horas fueron sobre terreno limpio e inclinado. Camino de tierra aplanado, sin maleza y tramos con barandas. Incluso nos encontramos con algunas paradas de descanso. Esa primera parte se usaba para practicar senderismo.
Después, dejó de existir un sendero. Rocas incrustadas, ramas y capa de césped. De un momento a otro noté la cantidad de metros que habíamos ascendido. Podía verse la copa de los árboles junto a la montaña, así como en la distancia la apenas distinguible figura del área habitada.
—Me parece curioso que no se hayan establecido en otros puntos de la isla, o por lo menos expandido. Según entendí, cuentan con los mismos límites desde hace siglos. Tal vez algunas remodelaciones, pero no han construido en más terreno —dijo Wallace mientras se secaba el sudor de la frente con un pañuelo. Ya no tenía la misma condición física de aquel joven explorador.
Caminaba junto a Yok, detrás de Drake y de Kurt. Yok había participado durante esas horas en las conversaciones que iniciaba el profesor, saciando su curiosidad con un entusiasmo casi contagioso. Al joven Pólux le gustaba hablar sobre su estilo de vida y lo hacía con amabilidad, mientras Kurt se sentía más cómodo con el silencio de Drake. El líder solo consultaba el mapa y el diario —a veces murmurándole algo a Kurt— y ojeaba en mi dirección de vez en cuando, como asegurándose de que continuara allí.
Yo avanzaba al lado de Max, a unos pasos del profesor, y Kevin y Wendy iban de último. Ir de dos en dos era lo que permitía la anchura de la ruta. Drake le encargó a Kevin el cuidado de la humana, lo que no lo puso muy contento.
—No somos como ustedes. No queremos conquistar a la naturaleza, sino convivir con ella. Vivimos con lo necesario y nuestra población se mantiene equilibrada para que el manejo de los recursos no sea perturbado —replicó Yok.
—Algunos de sus edificios son bastante ostentosos, así que no creo que vivir con lo necesario sea una manera de definirnos.
—Simple: son en honor a Diana. No le daría gracia que sus hijos vivan en chozas hechas con pasto.
—Qué excusa tan conveniente...
—Wallace, silencio —gruñó Drake.
Cuestionar el estilo de vida de otros de esa forma no era cortés, y podía ser un punto de discrepancia entre aliados. Wallace había perdido el tacto en sus comentarios y menos mal que Drake estaba atento a todo. Seguro se metió en muchos problemas durante su juventud. Además, no tenía moral para sermones de ostentosidad. Los Pólux no vivían en mansiones espaciosas y lujosas, sino con ciertas comodidades.
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La Traidora | Trilogía Inmortal II [COMPLETA]
Hombres LoboCuando Vanessa aceptó irse con él no fue para permanecer a su lado. Estuvo lista para dejarlo ir, pero él supo mover los hilos, manipulándola de la única forma en la que se le ocurrió: con su amor de madre. Drake sabe que lo odia. Lo sabe y la empuj...