Sábado.
Ya llegó el sábado, son las diez de la mañana, aproveché para venir al hospital ya que a las tres entreno con Jasy y luego vienen los chicos a casa para ir a la fiesta en la noche.
- ¿Cómo te encuentras mami?- Pregunté.
- Bien cariño, hoy me levanté de maravilla- Dijo sonriendo.
- No sabes cuanto me alegro- Sonreí- ¿Te gustaría salir al parque a beber algo? Hay un sol hermoso.
- Está bien amor.
Salí de la habitación y volví a entrar con la enfermera de turno, sentamos a mi madre en la silla de ruedas y sin mas comenzamos a andar hacia el ascensor, una vez arriba presioné el botón y al llegar a la planta baja nos encaminamos al patio.
Acomodé a mi madre en la mesa y yo me senté en la banca de su lado.
- ¿Qué quieres beber mami?
- Quiero un batido de frutilla- Dijo sonriendo.
- Espérame, ya te lo traigo.
Me encaminé a uno de los puestos, esperé en la cola y pedí un batido de frutilla para mi madre y uno de chocolate y café para mi.
Le pagué a la chica del carrito de batidos y me encamine a la mesa encontrándome con lo que no quería y menos esperaba.
Caminé rápidamente hacía la mesa interponiendo mi cuerpo entre mi madre y Dominic.
- ¿Qué demonios haces Dominic?- Hablé furiosa dejando los batidos en la mesa.
- Cielo, tranquila, el levantó mi anillo del suelo.
- ¿Ya tienes tu anillo?- Pregunté a mi madre.
- Si amor, no seas grosera.
- No lo conoces madre- Dije aún mas furiosa- Si ya le diste el anillo puedes irte por donde viniste- Hablé a Dominic.
- Tranquila, no iba a hacerle daño, solo se le calló el anillo, se lo di y nos quedamos hablando, me pareció raro verla sola.
- Cómo vez, no está sola, deja de meterte en mi vida- Dije amenazante.
- Hija, basta, tu no eres así- Reprendió mi madre.
- Tranquila señora, fue un placer conocerla- Dijo sonriéndole a mi madre para luego marcharse.
Me giré y senté al lado de mi madre.
- Valeska, no tenías que ser tan grosera, el fue muy amable.
- Madre, no lo conoces, no sabes como es.
- ¿Y tu si lo conoces?
- Va a mi colegio, no deja de hacerme problemas y perseguirme desde que comencé.
- Cariño, lo lamento, no sabía eso, de todas formas conmigo fue amable, no te preocupes- Dijo sonriendo.
- Esta bien- Sonreí liberando tensiones- Ten tu batido.
Mi madre agarró el batido y tomó un sorbo cerrando los ojos, ya se a quien le saqué ese gesto.
- Está delicioso, gracias cariño.
- Nada que agradecer mami.
Estuvimos un buen rato charlando y tomando nuestros batidos hasta que se hizo la hora de entrar ya que dentro de poco mi mamá tiene que almorzar y yo entrenar con Jasy.
Subimos por el ascensor y con ayuda de la enfermera acostamos a mi mamá en la cama de su habitación.
- Señorita, en quince minutos vendrá el almuerzo para su madre, si gusta puede quedarse a acompañarla- Habló la enfermera con una sonrisa.
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El Diablo Blair.
Teen FictionSoy la chica del MMA, con diecisiete años de edad tengo demasiadas peleas ganadas, ninguna perdida, familia difícil, amigos complicados y una gran sorpresa que pronto descubrirán; ojo, que sea una gran sorpresa NO quiere decir que sea una BUENA gran...