Soy la chica del MMA, con diecisiete años de edad tengo demasiadas peleas ganadas, ninguna perdida, familia difícil, amigos complicados y una gran sorpresa que pronto descubrirán; ojo, que sea una gran sorpresa NO quiere decir que sea una BUENA gran...
Al llegar a casa llamé a Luke contándole todo lo de mi madre, el se emocionó, hasta lo escuché llorar de felicidad y me dijo que mañana iría sin falta a visitarla.
Luego hablé por un grupo de Whatsapp con los chicos y me dijeron que en unos minutos estarían todos aquí.
Subí a mi habitación, me di una rápida ducha fría, lavé bien mi cabello y al salir me puse mis bragas y abrí mi placard para buscar que ponerme.
Encontré un precioso vestido color bordo, que acompañé con zapatos negros, algunas joyas, labial bordo, rimel para mis pestañas, un delgado delineado negro y ya estaba lista.
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Una vez lista, bajé las escaleras y terminé de acomodar la mesa ya que los chicos pronto llegarían. Aún no se si son mis amigos, pero creo que abrirles la puerta de mi casa demuestra demasiada confianza en ellos.
Cociné una deliciosa lasaña la cuál tenía ya lista en el horno, tenía dos vinos dulces en la heladera para que se mantuvieran fríos y arreglé la mesa con un mantel color vino tinto, copas, cubiertos, platos blancos, servilletas de tela del mismo color que el mantel y algunas rosas blancas.
El sonido de mi celular llamó mi atención.
Al encender la pantalla noté un mensaje de Steffan.
- Morena, ¿crees que pueda llevar a dos nuevos amigos? creo que ya los conoces del colegio, pero no recuerdo si te caen bien, aunque pensándolo bien, nadie te cae bien, menos yo, o eso espero jaja.
Su mensaje me hizo reír, sin pensarlo envío mi afirmación, no me hará mal conocer personas nuevas.
La noticia de mi madre me puso increíblemente feliz, creo que nada ni nadie podría opacar esta felicidad.
A los pocos minutos el sonido del timbre me sacó de mis pensamientos.
Me encaminé hacia la puerta encontrándome con Sam, Matew y Steffan, los dos últimos tomados de la mano, ya sabia yo que estos se la traían.
- Hola, bienvenidos a mi hogar- Dije sonriendo- Adelante.
- Dios, es una casa preciosa- Habló Steffan sonriendo.
- Si que lo es- Afirmo Sam
- ¿Te importaría que venga a vivir contigo?- Preguntó Matew.
- Oye, que si viene el, yo también vengo- Habló Sam.
- Entonces vengamos todos- Dijo Steffan haciendo que yo riera a carcajadas.
- Estas preciosa More, tu casa es preciosa y tu eres y estas preciosa- Habló Sam casi babeando.
- Yo soy gay y mi novio esta a mi lado así que no debería decir nada, pero si fuese heterosexual ya te estaría besando- Dijo Matew mirándome de arriba a bajo.
