Habitación 153.
- Buenas tardes mami- Dije entrando a la habitación.
- Buenas tardes cariño- Habló mi mamá en un hilo de voz.
- ¿Cómo te sientes?
-Estoy bien cariño, pero agotada, es raro porque no dejo de dormir un segundo- Dijo soltando una pequeña risa.
- Ya vas a estar bien mami, tenlo por seguro.
- No pudiste competir mas, ¿cierto?
- Ese no es un problema ahora ma.
- Lo se cariño, pero es algo que amas hacer.
- Si, claro que amo hacerlo, pero tu importas mucho mas, además sería fácil para la policía encontrarme si compito, aunque lo haga con otro nombre.
- Lo se amor, ojala todo esto termine pronto, ya no aguanto más los dolores.
- Lo se mami, vamos a merendar al patio, ¿quieres?- Propuse cambiando de tema.
- Esta bien cariño.
- Llamaré a la enfermera.
Salí de la habitación y hablé con la enfermera para que me ayude a levantar a mi madre y sentarla en la silla de ruedas.
Luego de ese despliegue comencé a caminar por los pasillos del hospital mientras conversábamos de diversos temas.
Entramos al ascensor presionando el número de planta baja, para así dirigirnos al patio del hospital y comer algo rico que vendían en los puestitos de comida.
- Mami, ¿qué quieres comer?- Pregunté una vez la había acomodado en su silla.
- Hace días que tengo ganas de tomar un gran helado y papas fritas- Dijo sonriendo levemente.
Yo comencé a reír por la combinación de comida.
- ¿Te parece si primero comemos las papas fritas y luego el helado así no se derrite?
- Está bien- Dijo riendo.
- Espérame aquí.
Y sin mas me dirigí a uno de los puestitos donde vendían conos de papas fritas.
Pedí el mío con crema de verdeo y panceta y el de mi madre con queso cheddar y panceta ya que a ella le encanta el queso.
Luego de unos pocos minutos volví donde estaba mi madre esperándome con una sonrisa.
- Aquí tienes- Dije entregándole su cono con un tenedor- ¿Puedes sola?
- Creo que no, ¿te molestaría darme hija?
- Claro que no mamá.
Tomé su cono y puse los dos en una bandeja para que no se caigan. Pinche algunas papas y se las di a mi madre, luego pinche algunas de verdeo para mí, y así pasamos toda la tarde hasta que comenzó a levantarse viento y empezaron a caer algunas gotas.
- Espero que te hayan gustado las papas y el helado- Dije empujando la silla donde se encontraba sentada mi madre.
- Estuvo delicioso hija, gracias- Dijo sonriendo.
- No tienes nada que agradecerme y lo sabes.
Una vez que llegamos a la habitación, con ayuda de un enfermero subimos a mi madre a la camilla y la acomodamos con los demás cables que la rodeaban.
El enfermero salió dejándonos solas para así poder hablar.
- Mañana volveré mami, no te prometo unas papas fritas con helado porque no creo que te haga bien tantos días seguidos, pero te traeré algo para que almorcemos- Sonreí.
- Gracias cariño, ve a descansar que no has dormido nada, nos veremos mañana amor.
- Te amo mami- Dije besando su frente.
- Yo a ti pequeña diabla.
Y sin mas salí de la habitación encontrándome con el enfermero que me ayudó con mi madre anteriormente.
- Disculpa, quería saber si te apetece salir a cenar- Dijo sonriendo.
- No, gracias- Contesté seria.
- Esta bien, ¿quizá otro día?- Insistió.
- No lo creo, pero gracias nuevamente.
Y sin mas me encaminé al ascensor apretando el número de planta baja al ingresar.
Al llegar al último piso saqué el celular de mi chaqueta para ver la hora y mis redes sociales mientras salía del edificio y me encaminaba a la moto, grave error. Un cuerpo se interpuso en mi camino haciendo que golpee mi pecho contra el suyo.
- Joder- Me quejé levantando la vista y guardando el teléfono en mi chaqueta.
- Se pide disculpas, no se maldice.
- Otra vez tu- Dije pasando por su lado.
Acto que resulto en vano ya que el tomo mi muñeca deteniendo mi paso.
- Espera, por favor.
- ¿Qué quieres?- Dije soltándome bruscamente de su agarre.
- Es que no logro entenderte- Habló Dom haciendome reír.
- ¿Disculpa?
- No logro entender tus actitudes de mierda, ¿tan superior te sientes que tratas mal a todo el mundo?
- Mira maldito imbécil, yo no tengo porque darte explicaciones a ti ni a nadie de mi vida privada, no sabes nada de mi así que no logres descifrarme porque no lo vas a conseguir- Dije enfadada- Y otra cosa, tu no puedes hablarme de tratar mal a cualquiera porque los primeros que me empezaron a joder fuiste tu con tu grupito plástico robótico, así que déjame tranquila y métete en tus asuntos de niño rico. No te conviene meterte conmigo.
Y sin mas caminé hasta mi moto bajo la mirada de Dom, me puse el casco, la encendí y aceleré por las calles húmedas.
El cabello me golpeaba la espalda mientras que las pequeñas gotas de agua caían sobre mi cuerpo mojándolo poco a poco.
Sin dudas, esta es una de las mejores sensaciones del mundo.
Al llegar a mi casa, abrí el garaje y guardé mi preciosa moto junto con los demás vehículos.
Subí a mi habitación, me duché y cambié con una remera que me llegaba un poco mas arriba de las rodillas, bajé a la cocina y me serví una deliciosa pizza que tenía de la noche anterior, un vaso de coca cola y una película en la sala de estar.
Este es uno de los momentos en los que digo "Odio la soledad, pero amo estar sola"
Holaa, espero que les este gustando la novela, este es un capitulo un poco mas corto que los demás.
Espero que les guste.
Gracias a todos por leer!!
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El Diablo Blair.
Teen FictionSoy la chica del MMA, con diecisiete años de edad tengo demasiadas peleas ganadas, ninguna perdida, familia difícil, amigos complicados y una gran sorpresa que pronto descubrirán; ojo, que sea una gran sorpresa NO quiere decir que sea una BUENA gran...