Capitulo 1.

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Me hago llamar Morena Martinez, vivo en Buenos Aires, de diesiciete años de edad, cabello negro, ojos azules y piel morena.

El MMA me ayuda mucho con mi estado físico, tengo 1,75 metros de altura y soy peso liviano, algo que me ayuda mucho en mis peleas.

Comencé con las artes marciales a los diez años, y desde mi primer día en el gimnasio, no he parado de entrenar, soy la mejor luchadora del mundo, o al menos lo era...

*****

A las seis de la mañana sonó la alarma en mi mesita de luz, me levanté, cambié con ropa deportiva y salí a trotar por la vereda de mi cuadra. 

Es algo que acostumbro a hacer, entrenar antes del desayuno ayuda con el humor, aunque el mío no tiene arreglo, con la perdida de peso, la masa muscular, y muchas otras cosas que benefician el cuerpo humano.

Hace ocho meses me mude a Buenos Aires, puedo decir que es una ciudad hermosa, tiene unas calles preciosas, el clima es de lo mejor; el sol mañanero golpea mi cuerpo mientras una leve brisa ayuda con el calor.

Luego de media hora corriendo, me dirigí hacia el jardín de mi casa y me puse a hacer abdominales, flexiones, sentadillas, zancadas y demás ejercicios.

A las siete me duché y arreglé para el colegio, hoy es mi primer día, lo mínimo es llegar temprano, ¿no?

Luego de ducharme y cambiarme con una remera celeste, un short negro y mis botines del mismo color. Preparé mis tostadas con café, até mi cabello en una coleta y al terminar de desayunar salí disparada hacía el colegio.

Falta mas de media hora, y en coche llegaré en menos de quince minutos, pero mejor antes que tarde, ¿no?

Abrí la puerta de mi bello Lamborghini negro y como dije, en menos de quince minutos ya estaba en el colegio.

Al entrar al estacionamiento, todas, y cuando digo todas, son todas las personas que estaban fuera del colegio, se quedaron embobados viendo a mi lambo

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Al entrar al estacionamiento, todas, y cuando digo todas, son todas las personas que estaban fuera del colegio, se quedaron embobados viendo a mi lambo.

Algunos se fueron acercando mientras que otros solo miraban desde lejos.

Abrí la puerta de mi bebe, saque un pie mientras tomaba mis cosas, luego el otro para después salir del auto y poner el seguro.

Evitando la mirada de las demás personas, ajusté mi mochila al hombro y comencé a caminar hacia la dirección.

- ¡Oye tu, niña rica!- Gritaron a mis espaldas.

Detuve mi paso mientras giraba mi cuerpo enfrentando aquella voz.

Una zorra, con extensiones rubias y rostro totalmente embadurnado en maquillaje, me miraba de arriba a bajo con sus respectivas amiguitas.

- Disculpa, ¿me hablaste a mi?- Pregunté totalmente seria.

No me creo una "niña rica", primero porque no soy una niña y segundo porque.... en realidad no se, si tengo dinero, pero dinero que gané con mucho esfuerzo en mi labor.

El Diablo Blair.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora