Domingo.
Acabo de levantarme, son las seis de la tarde, dormí fácil siete horas y me encontraba totalmente renovada.
Los chicos vendrían esta noche a dormir para mañana irnos juntos al colegio.
Me levanté, bañé y cambié para luego tomar una manzana y salir en uno de mis bebes directo al supermercado, tengo varias cosas que comprar.
Al llegar, tomé un carrito y metí varias cosas de higiene personal, comida, harina y distintas cosas para hacer pasteles y comida salada, entre muchas otras cosas, infaltable mi preciada coca cola.
Luego de hacer la cola y pagar los productos, salí con el carrito lleno de las bolsas con mis cosas y las puse en el coche para luego volver al super a dejar el carrito en su lugar.
Encendí mi auto y sin mas volví a mi casa, desinfecte las cosas y guarde cada una en su lugar excepto las cosas que comeremos con las películas esta noche.
Subí a mi habitación, me bañé nuevamente y me cambié con un pijama de remera, buzo y short negro, una gorra blanca y medias del mismo color.
Bajé las escaleras acomodando bien los sillones, las cosas saladas y las palomitas con la bebida y vasos.
Agarré mi celular para mandarles una foto a mis amigos y apurarlos ya que volvía a tener sueño.
-Si no se apuran me voy a quedar dormida.
Luego de mandarles a mis amigos, me tiré en el sofá, algo que fue en vano ya que el timbre sonó haciendo que vuelva a levantarme.
Al abrir la puerta me encuentro con todos mis amigos detrás viendo sus celulares.
- ¡Hola!- Saludé bromeando- ¿Qué tanto ven?- Pregunté extrañada.
- A ti te vemos- Habló Sam sonriendo.
Yo comencé a reír a carcajadas.
- Chicos, ¿en serio están todos viendo esa horrorosa foto?- Pregunté.
Las seis personas detrás de la puerta giraron sus celulares hacia mi rostro mostrando mi foto en todas sus pantallas.
- No lo puedo creer- Dije negando con la cabeza- Entren antes de que me arrepienta de haberlos invitado- Reí levemente.
Ellos entraron y se desparramaron en mis sillones.
- ¿Alguien mas no cenó al igual que yo?
Dominic, Cameron y Steffan levantaron la mano.
- ¿Pizza?- Pregunté.
- ¡Si!- Dijeron al unísono.
- ¡Hey! yo también quiero- Se quejó Sam.
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El Diablo Blair.
Teen FictionSoy la chica del MMA, con diecisiete años de edad tengo demasiadas peleas ganadas, ninguna perdida, familia difícil, amigos complicados y una gran sorpresa que pronto descubrirán; ojo, que sea una gran sorpresa NO quiere decir que sea una BUENA gran...