MURDER | ÉLITE

six: talk to me, please!

AL DÍA SIGUIENTE.
El teléfono de Hailey no paraba de sonar, mensajes, llamadas, de todo. La chica sabía de quién eran esos mensajes, y sabía que en algún momento tendría que dar una contestación. Pero sabía que no podía ser ahora, seguía demasiado sorprendida y avergonzada. No se esperaba que de todos los rostros que existían en el mundo, tendría que encontrase de frente con el de el, con Ander.

Sentía una vergüenza inmensa de solo recordarlo. La chica sabía que era una mala idea meterse en una aplicación así. Aunque fuese un infierno estar con Carlos, no podía ocultar el hecho de que seguía siendo su pareja. Ella no tenía nada que hacer en una aplicación así, aún seguía estando con alguien. Además que, sabía que esas aplicaciones podían traerles problemas. Y no fue la excepción, le trajo un problema y uno muy grande. Sería inevitable el momento en que tenga que darle una explicación a Ander.

Ya se empezaba a hacer tarde, entre los mensajes se escuchaban las alarmas y los gritos de Eduardo para que Hailey se levantase. Pero la chica aún seguía ahí, en su cama. Se había anclado a su cama y no había nada ni nadie que la sacasen de ahí. Sonó un golpe en la puerta, y de la forma en que sonó supo que era Eduardo.

- Es tardísimo, Hailey. —Preguntó Eduardo corriendo hacia su hermana— ¿Porque sigues en la cama?

- No me siento bien, creo que no iré hoy a la escuela. —Contestó Hailey restregando sus ojos

- ¿Segura? —Preguntó sentándose junto a Hailey— Te tendrías que quedar sola con papá y con Esteban.

- Lo se, pero te lo juro que siento que ni me puedo parar de la cama. —Mintió mientras se acurrucaba en sus sábanas

- ¿Quieres que me quede contigo? —Preguntó acostándose junto a Hailey— No quiero dejarte sola con ellos.

- Si eso te da paz, si. —Contestó mirando hacia el techo— Me vendría bien un poco de compañía, la verdad.

Los hermanos se quedaron dormidos nuevamente, Eduardo seguía muy cansado por la puesta y Hailey necesitaba ese escape para dejar de pensar en lo que pasó la noche pasada.

Ya era pasado el medio día, ya cada cual se había despertado y estaban haciendo diferentes cosas. Sin salir de los cuartos, ya que Gustavo y Esteban estaban por la casa junto con socios del trabajo. Aunque no por mucho, ya que saldrían a seguir dialogando del negocio.

Una vez no había nadie más en la casa, o por lo menos que ellos supiesen, fueron a la cocina para así por fin poder comer algo. No habían comido nada desde que se habían levantado, simplemente por evitar ver a su padre.

Habían ya pasado algunas horas, ya se supone que era la hora de salida. Hailey se encontraba en su cuarto, haciendo unos pequeños arreglos a un trabajo especial. En eso, Eduardo entró a su cuarto con su teléfono en mano.

- Ley, ¿estás molesta con Ander? —Preguntó Eduardo mientras observaba a su hermana

- ¿No? —Contestó Hailey sin dirigirle la mirada a Eduardo— ¿Porque la pregunta?

- Porque me llamo y me preguntó porque no le contestas los mensajes ni llamadas. —Contestó— Sonaba un poco preocupado. ¿Pasó algo?

- No pasa nada, de verdad. —Mintió mientras tragaba saliva— Solo, me quiero alejar un poco de mi celular. Es todo, te lo prometo.

- Bueno, lo que tú digas. —Contestó no muy convencido

El chico se fue, dejando a Hailey nuevamente sola en su habitación. La chica volvió a ponerse sus audífonos y siguió haciendo su trabajo tranquilamente.

(...)

Un golpe en la entrada llamó la atención de Hailey, haciendo que la misma se acercara a la puerta. Al abrirla, se encontró de frente con el rostro que no quería encontrar, con Ander. Con el impulso, la chica intento cerrar la puerta. Pero Ander logro sostener la puerta antes que cerrara.

- ¿Se puede saber porque mierda me ignoras? —Preguntó Ander sosteniendo a Hailey de los brazos— No me contestas por ningún lado, Hailey, por ninguno.

- Suéltame, por favor. —Contestó Hailey sin mirar a la cara a Ander

- Perdón. —Dijo soltando a Hailey rápidamente— Perdón, Ley.

- No te disculpes. —Contestó bajando la mirada

- ¿Es por lo de ayer? —Preguntó cerrando la puerta detrás suyo

- ¡Calla! —Regaño tomando al chico del brazo— Aquí no, vamos a mi cuarto.

La chica llevo a Ander a su cuarto y cerró con seguro el mismo. Ander solo daba vueltas por el cuarto.

- ¿Fue por lo de ayer? —Volvió a preguntar Ander— ¿Por eso no me contestas?

- Cálmate primero, Ander. —Contestó Hailey tomando al chico de los brazos

- Bien. —Dijo después de suspirar hondo y sentarse en la cama de Hailey

- Si, es por ayer. —Contestó sentándose junto a Ander— No sabes la vergüenza que me dio verte allí.

- ¿Porque? —Preguntó un poco extrañado

- Ander, tengo pareja. —Contestó bajando su mirada—Por más que odie admitirlo, Carlos es mi pareja.

- Y entonces, ¿Porque tienes la aplicación? —Preguntó dirigiendo su mirada a Hailey

- No lo se. —Contestó mirando hacia los ojos del chico— Supongo que, lo quise ver como un escape a Carlos. Pero jamás pensé que terminaría viéndote ahí.

- Yo me cree la cuenta hace un par de días. —Dijo— Tampoco esperaba verte ahí.

- No puedes decirle a nadie, a nadie. —Pidió— No me quiero imaginar lo que pudiese hacer Carlos.

- Le tienes miedo a Carlos. —Dijo— ¿O me equivoco?

- A ti no te puedo mentir. —Contestó haciendo una sonrisa muy adolorida— Vivo en pánico a su lado. Es capaz de muchas cosas, demasiadas.

- ¿Porque no lo dejas? —Preguntó tomando a la chica de la cintura, acercándola así para poder abrazarla

- No va a ser algo sencillo. —Contestó bajando la mirada

- Vamos a encontrar una solución. —Dijo tomando a Hailey de las mejillas— Te lo prometo.

El chico sostuvo las mejillas de Hailey por un tiempo, ambos se miraban fijamente a los ojos. Sus miradas paseaban entre sus labios y ojos. Comenzaron a acercarse lentamente, sin quitarles las miradas a los labios de cada quien. Hasta que Hailey tomo las manos de Ander, cuales estaban sosteniendo sus mejillas, y las alejó. Recostó su cabeza en el pecho del chico y dio un suspiro.

- ¿Como vamos a encontrarla? —Preguntó Hailey, rompiendo lo que iba a ocurrir

- Haciéndolo enojar. —Contestó Ander carraspeando su garganta— Lo suficiente para que se canse de seguir contigo.